jueves, 24 de junio de 2010

Anciana de 112 años quiere salir de la pobreza


FAUSTINO REYES DIAZ
NEIBA.- Aunque dice el refrán “no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”, una caficultora con 112 en una comunidad rural de este municipio vive en medio de la extrema pobreza, sin contar con el respaldo de alguna autoridad o institución que proteja los ancianos.
Cristina Vallejo, pasa el tiempo con su pipa en la boca, cuela café o prepara algo de comer que le proporcionen los vecinos en un fogón de leña en una pequeñita cocina, casi sedimentada por los arrastres de las lluvias, en el Paraje Las Cañas de la Sección Los Guineos en la Zona Cafetalera de Panzo, a 18 kilómetros del casco urbano de Neiba.
Envuelta en la miseria, en una vivienda carente de todo: piso de tierra, sin sillas, cama inadecuada, falta de alimentación, etc. Esta centenaria madre no tiene de que agarrarse, años atrás vendió su única parcelita de café para cubrir gastos en el velatorio de uno de sus vástagos. Vive con su hijo Víctor, un jornalero en una zona donde el que más tiene sufre los mismos problemas del que menos pueden.
Se quejó porque las autoridades no la ayudan y no recibe apoyo de ninguna institución pública ni priva “que me de algo porque vienen aquí y no me dan na”, dijo la anciana caficultora, constituida en una de las personas más viejas del mundo, cuando se le preguntó lo que deseaba del Presidente Leonel Fernández.

Todo el que conoce dice que fue una mujer muy trabajadora en la agricultura. Ella misma dice que sembró y recolectó mucho café, ahora se encuentra como la más pobre dentro de las 50,000 familias que tiene el sector cafetero en todo el territorio nacional, esperando que se tomen en cuenta sus aportes antes de morir.
Aunque no recordó los Expresidentes Juan Bosch, Hipólito Mejía, Jorge Blanco y Don Antonio Guzmán, no así con Rafael Leonidas Trujillo Molina, cuando mencionamos su nombre dijo que era “un hombre bueno porque todo era legal”, quizás comprando sus tiempos anteriores con las calamidades que sufre en el presente.
No ofreció mayores detalles, pero recuerda la revolución de 1912, conocida con el nombre de (Los Quiquises), motivada por los afanes continuistas de Eladio Victoria, sucesor del perecido presidente Ramón Cáceres, en noviembre de 1911.
Cristina Vallejo, procreó nueve hijos con dos esposos y le sobreviven Maximina, Pachín y Víctor. Manuelito Vallejo, con 40 años es su primer bisnieto, los hijos de este se convirtieron tataranietos y algunos de ellos muy pronto madres y padres.
TOMADO DE ecosdelsur.com

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