martes, 16 de octubre de 2012

POR QUÉ SE MATÓ EL EX SENADOR DE EL SEIBO

DR. GERALDO AQUINO ÁLVAREZ
Manuel Antonio Vega

EL SEIBO.- Tras la muerte y posterior enterramiento del cuerpo del ex  senador, Geraldo Apolinar Aquino Álvarez, ocurrida la mañana del pasado domingo en El Seibo, quedan unas serie de interrogantes por completar en el libro de las conjeturas.
¿Por qué se mató, porque él era tranquilo y nunca usaba arma de fuego?
¿Qué cosa tan grande pudo llevarlo a tomar esa decisión?
¿Acaso debía dinero?
¿Fue por problemas en el matrimonio?
¿Por qué se dio dos balazos y no uno?
¿Estaba enfermo, qué enfermedad tenía?
¿Sintió soledad al ver que ganó Danilo Medina la presidencia de la República?
¿No pudo resolver algún caso judicial a algún cliente?
¿Realmente, qué pudo haberle pasado por la mente a Aquino Álvarez?
¿Alguien de El Seibo, un familiar, amigo, vecino, sabía de su estado de depresión?
¿Qué pasó ahí?
¿Por qué no buscó ayuda profesional si se sentía deprimido?
¡Dios mío!
Pudieran ser más de 10 las interrogantes, y más de mil los pensamientos, pero lo que hizo no tiene explicación.
Yo que lo conocí, que visitaba su casa cuando fue legislador y gobernador, no acepto lo que ocurrió con respuestas baladíes.
No hay núcleo ni epicentro que me haga entender aún lo que pasó por la cabeza de Geraldo.
¿Fue un accidente?
¿Creen que se puso a jugar con el arma de su amigo y accionó el gatillo y pun, pun, se mató?
¿Lo premeditó?
¿Realmente se le bloqueó la cabeza por falta de afectividad en el hogar?
¿Creen ustedes la versión de que se deprimió al saber que el hombre que lo crio no era su padre?
¿Por qué se mató Geraldo Aquino?
A mí hay que buscarme una o varias respuestas, porque no acepto que su capacidad lo haya ofuscado a tal grado que se quitara la vida.
Yo, como muchos seres que lo conocimos, sabemos que algo raro pudo haber estado pasando en la vida de este probo y responsable hombre.
¿Era correspondido afectivamente por su esposa?
¿Era cabaretero, gustaba de las pirujas?
¿Quién lo conoció siendo un ser celoso?
¿Era realmente feliz en el hogar?
Quisiera ir dando respuestas a mis propias preguntas, pero ni yo puedo llenarlas, porque mi cerebro no ha podido almacenar la verdad de que ya está muerto.
Quiero llenar las interrogantes, pero me fluyen otras, que alguien tendrá que llenar con la exactitud del inexorable tiempo.
¿A qué fue el domingo mi amigo Geraldo a su oficina?
¿Qué fue a buscar, qué lo aguardaba?
¿Buscaba o andaba la muerte detrás de él?
¿Qué lo hizo salir de la cama tan temprano?
¿Quién me deja satisfecho?
Sé que todo el mundo buscará respuestas a estas interrogantes, pero nadie tendrá el acierto real de lo que pasó
Sé que la autopsia practicada al cadáver determinará la real causa de muerte, incluso si sofría de alguna enfermedad, pero no podrá determinar por qué lo hizo.
Dejaré de preguntarme, porque lo que ahora busco, como lo están haciendo sus hijos, hermanos, amigos, compañeros de politica, sacerdotes, pastores, todo el pueblo de El Seibo, es por qué lo hizo.
Las respuestas y las preguntas se harán de diferentes formas y estilos, pero dudo que alguien la llene correctamente.
Yo conocí a un Geraldo cariñoso, afable, educado, sonriente, honesto, responsable, afectuoso y optimista del desarrollo que exhibía su amado pueblo, por el cual luchó y contribuyó grandemente a desarrollar.
Siempre lo vi altruista, dispuesto a ayudar y a recibir gente en su casa, pese a los pleitos del hogar.
Se me fue un amigo y un amparo del pueblo de El Seibo.
Espero volver a verte, amigo, porque un ser como tú lleno de ambiciones para la familia, los amigos y tu pueblo no morirán nunca.
Espero encontrarte… 

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