martes, 11 de febrero de 2014

LOS ROSARIOS: LOS HIJOS DE HIGÜEY

Pachico Tejada 

HIGÜEY.- En la música popular Los Hermanos Rosario tienen un sitial importante. En los últimos 36 años han llevado una trayectoria en la que el sonido de sus merengues ha marcado el ritmo que ha puesto a bailar a toda una generación de dominicanos. En la actualidad, la orquesta que vio la luz en Higüey se prepara para presentar, el 20 de febrero, el espectáculo “Dinastía Rosario”, en el que Rafa, Luis y Tony se reunirán con su hermano Toño. 
“Me siento contentísimo, orgulloso y muy decidido a trabajar con mis hermanos”, dijo Toño al hablar de sus expectativas sobre este concierto. 
“Nos vamos a dar el gusto de juntarnos y le vamos a dar el gusto a la gente”, expresó Rafa al referirse a la celebración del show.

Hermanos  en la música  
Rafa, Toño, Tony y Luis se juntaron el pasado domingo en Higüey,  provincia La Altagracia, la ciudad que los vio nacer, a la vida y al arte. El lugar de la reunión fue la Basílica, un lugar de esta provincia tan emblemático como ellos.

Los transeúntes, quienes comparten el gentilicio con los artistas, al verlos los saludaban, hablaban con ellos y les pedían hacerse fotos. En este encuentro no faltaron las típicas bromas que se hacen los hermanos, muchas de las cuales solo ellos reían por ser los que conocieron la historia cuando eran niños.
Atrás quedan los problemas que pudieron en su momento causar la deserción de Toño, quien en contraposición con Rafa, tiene un comportamiento más informal y relajado. 
“Parece que tenemos todavía nuestra adolescencia encima, porque vivimos discutiendo, como hermanitos pequeños, pero nos queremos en realidad”, asegura el intérprete de “Alegría” y “Víbora del mar”, y quien durante esta entrevista no paró de hacer bromear a costa de sus hermanos.
De hecho, Rafa dice que son los hermanos que mejor se llevan del mundo. “Recuerdas que una vez vendiste un carro en 40 mil pesos y no nos diste nada”, replica, entre risas, Luis. “No les di nada, pero ahora les doy demasiado”, le contesta con el mismo humor Rafa.
Los merengueros, quienes serán los protagonistas de “Dinastía Rosario”, el espectáculo que los reunirá en el escenario del salón La Fiesta del hotel Jaragua el próximo jueves 20 de febrero, recordaron los días y a la forma en que comenzaron su camino por la música. “Los iniciadores fueron papá y mamá”, apunta Toño al establecer la responsabilidad que tienen sus padres, Ramón y Aura. “Mamá nos hacía el pico de la botella como trompetas”, recuerda Luis, bajista de la agrupación. 
Con ese “instrumento” de viento, y los demás armados con güira y tambora, cantaban merengues al tiempo que “maroteaban” frutas en los alrededores de su casa. “Vivíamos en los montes, cantando encima de las matas”, rememora Rafa, y que en ocasiones pasaba la profesora Sonia Cedeño, quien fue la primera en pagar por su actuación, 10 y 15 centavos.
Con Pepe Rosario
A esto se suma los palos, que tocaban en su pueblo y en San Pedro de Macorís. “Pepe era un buen palero”, comenta Toño, hablando de su hermano, fallecido en marzo de 1983, y quien era el pianista y director de la orquesta, y quien además acuñó el grito de “acabando”, que tanto identifica a la agrupación.

Ese golpe casi paraliza el camino de los intérpretes de “El lápiz”, “Pecadora” y “La cleptómana”, y quien fue el que reconoció el talento de cada uno de sus hermanos. “El que nos enseñó y nos puso en cada lugar y lo que íbamos a hacer fue Pepe”, sostiene Luis.
Recuerda que fue el cariño de la gente, expresado en numerosas cartas, lo que hizo que tuvieran fuerzas para continuar como grupo. “En cada show, en cada momento importante de nuestra vida, tenemos que dedicarle un segmento a Pepe Rosario”, dice Rafa.
En sus primeros años como agrupación, consiguieron tocar en algunos clubes higüeyanos, a los que entraban saltando las paredes, y donde al ver a artistas como Johnny Ventura o Cuco Valoy, se atrevían a pedirles tocar. Recuerdan que Cheché Abreu los presentó como sus sobrinos en una ocasión. 
De esta manera se fueron dándose a conocer y sus primeras actuaciones las realizaron en hotel Naranjo, de esta ciudad, y el que cobraban 50 centavos la entrada. “Por la gracia divina hemos tenido más de lo que esperábamos”, considera Rafa, ya que nunca pensó que luego de casi 40 años aún estén en el escenario.
El principio de la historia
En 1978 iniciaron su andar profesional presentando su primer disco en 1980, al año siguiente se mudaban a Santo Domingo, para que su arte llegara a todo el país. Para la época Rafa aún no había terminado el bachillerato, pero se decidió a no dejarlo así, y volvía a examinarse a Higüey. 

Desde entonces el sonido y el estilo de sus merengues les hizo un sitio en el gusto del público. Un merengue “bomba”, como lo llaman ellos que tiene la esencia de lo que Pepe le puso desde el principio. “Podemos buscar cualquier arreglista, pero tiene que tener la esencia con que nacieron los Hermanos Rosario”, apunta el cantante y líder del grupo.
Sobre el momento que vive el merengue hoy día, Toño y Rafa coinciden en que, aunque siguen siendo reclamadas orquestas del género que hacen para distintas fiestas y  actividades, hacen falta relevos jóvenes que den forma al ritmo en este tiempo.

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