miércoles, 30 de abril de 2014

Cuando el progreso llegue a Morquecho de Mata Palacio

Marcos Barinas Uribe

Morquecho es la capital de Matapalacio, un distrito municipal de Hato Mayor perdido entre bateyes, cítricos y algunas vacas famélicas.
La estructura urbana de Morquecho son apenas tres calles asfaltadas que forman un triángulo alrededor de un parquecito con una glorieta.
Si haces un search en Google la noticia más importante te relatará de un agricultor y su pareja, quienes recibieron la descarga de un rayo mientras arriaban unos chivos en su propiedad. 
Ella salvó su vida luego de arrastrarse 200 metros hasta la vivienda más cercana. 
Así de remoto es Morquecho, así de rural, así de agreste.

Hasta Matapalacio llegó el presidente Danilo Medina en una de sus visitas sorpresa a comunidades rurales necesitadas.
Y su visita a este municipio no es fortuita. En Matapalacio el 91% de los hogares son pobres y el 41% vive en pobreza extrema, índices que duplican y triplican respectivamente el porcentaje nacional.
La tasa de desempleo alcanza el 23% y apenas un 14% tiene un nivel de educación por encima del nivel primario.
La planificación de comunidades rurales es uno de los componentes territoriales que más atención deben recibir en el futuro. 
En nuestro país la cobertura de suelo agrícola se ha disminuido considerablemente mientras la huella urbana ha duplicado su porcentaje.
Los conglomerados urbanos están tendiendo a crecer y superan ya en porcentaje a la población rural, pero eso no significa estrictamente que las comunidades rurales se han despoblado, los habitantes del campillo siguen siendo una población considerable y además los que menos reciben.
De acuerdo a datos del Ministerio de Economía, la inversión pública ha concentrado más del 25% de la ejecución del presupuesto en la región Metropolitana, otras regiones como Yuma, Higuamo, El Valle, Cibao Nordeste y Enriquillo juntas no alcanzan este monto.
Las consecuencias de este escenario de inequidad económica no son solo demográficas.
La problemática ambiental no se reduce a lo estrictamente urbano, en el ámbito rural existen elementos centrales en la preocupación por el medio ambiente fundamentales para la sostenibilidad futura de la sociedad urbana.
El deterioro sistemático de los ecosistemas, la degradación de suelos fértiles y la reducción de fuentes hídricas importantes, tienen un impacto directo sobre la seguridad alimentaria, el abastecimiento de agua potable y la salud de las poblaciones urbanas.  
Atender este problema implica esfuerzos a gran escala que requieren de mucho tiempo y dinero.
Sin embargo, también es posible atender la superación de estos desequilibrios económicos, sociales y ambientales a través de acciones de acupuntura que impacten directamente sobre el bienestar de las personas.
El gobierno dominicano ha realizado ya más de 350 visitas sorpresas que han impulsado un buen número de microproyectos de desarrollo agrícolas y comunitarios con un monto asignado de más de RD$8,000 millones.
Nos agrada ver al Presidente acudiendo personalmente a las comunidades más pobres impulsando aspiraciones locales largo tiempo ahogadas por la ausencia de esperanza, pero consideramos también que es necesario gestionar modelos que puedan encauzar estas acciones locales dentro de un modelo de planificación territorial a mayor escala que garantice su sostenibilidad y empodere a las comunidades.
Bajo este esquema podríamos asegurarnos que aún si Danilo Medina no se apersone hasta allí, el día que el progreso llegue a Morquecho nos salvamos.

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