viernes, 18 de julio de 2014

Piden clausura y destrucción cárcel preventiva de Higüey


MANUEL ANTONIO VEGA
JUAN BAUTISTA R.


HIGÜEY.- Legisladores y grupos comuunitarios pidieron hoy la clausura y destrucción de la cárcel preventiva, donde han fallecidos unos 14 reos, afectados de múltiples enfermedades por el hacinamiento imperante.
Los congresistas, así como la Federación de Jutas de Vecinos y la Comisión de los Derechos Humanos de Higüey, pidieron al presidente Danilo Medina, que evite se sigan produciendo más muertes por el hacinamiento y la presencia de plagas de ratones, cucarachas y bacterias en el penal.
Entre los legisdores está el senador Amable Aristy Castro, Juan Julio Campos Ventura, Hamlet Melo, Guido Cabrera, Ricardo Sánchez, y el presidente de la Federación de Juntas de Vecinos, Esteban Garrido y Virgilio Almánzar de los Derechos Humanos, quien visitó el penal, a constatar lo que allí ocurre.
La cárcel preventiva está ubicada en la calle Duarte, esquina Colon, donde en 20 metros cuadrados se encuentran operan dos celdas que tienen capacidad cada una para 20 personas y en la actualidad malviven unos 335 reclusos.
A diario recluso son  trasladados al centro de salud pública de Higüey, aquejados de serios quebrantos de salud, por las picaduras de cucarachas, mosquitos y ratones.
Se recuerda que el director provincial de Salud, Jaime Rodríguez, clausuró esta preventiva pero la misma fue reabierta de nuevo porque la policía nacional tiene poco lugares donde mantener recluido aquellas personas que violan la ley.
Para muchos higüeyanos, la preventiva se tiene operando, porque representa un negocio limpio para oficiales ya gentes policiales, que se las buscan con las desgracias de los reos.

Los peticionarios esperan que el presidente Danilo Medina, agilice lo más rápido posible la construcción de una nueva cárcel preventiva en Higüey, para evitar que en cualquier momento surja un brote en la ciudad turística y que la misma opera a 300 medros del santuario de la Virgen de la Altagracia, lo que representa una vergüenza.

Los presos  orinan orinas sobre las paredes, lo que se esparce o desparrama por los contenes, originando olores nauseabundo.

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