MANUEL ANTONIO VEGA
HATO MAYOR.- Los valiosos y destacados aportes de la ganadería hatomayorense al movimiento económico, político, social y existencial de nuestra nación data desde el origen mismo de la comarca, 1520, que fue considerado como el mayor hato ganadero en la isla del Rey Carlos V.
Aunque la crisis ha golpeado a esta ciudad en las últimas décadas, Hato Mayor cuanta al día de hoy con unas 60 mil reses en pie, que producen 50 mil litros leche diario y generan beneficios por RD$ 365.0 millones al año. En carne, se produce unos 3 mil kilos anual.
La leche y la carne producida va destinada en su mayoría a la producción de lácteos, productos cárnicos y el consumo humano de la ciudad y hoteles de la zona turística de Higüey.
La provincia cuenta con unos 250 pequeños y medianos productores, con unas 600 fincas, que aportan unos 10 mil empleos de manera directa e indirectamente, según explicó a El Tiempo, Miguel Laureano Nova, presidente de la Asociación de Ganaderos de Hato Mayor, entidad que fue fundada en el primer quinquenio de la década de 1970.
Junto a las provincias de Higüey y El Seibo constituye la cuenca lechera más importante de la República Dominicana y se convierte en una de las mejores zonas para garantizar el sistema Sirvopastoriles, que permite la siembra de árboles con los pastos, garantizando de esa manera el equilibrio ecológico y evitando las erupciones y deslizamiento de tierras.
En la provincia operan unas cuatro asociaciones de ganaderos: Asociación de Ganaderos de Hato Mayor, El Valle, Sabana de la Mar y la Hato Mayor Inc, que coordinan y programan actividades de capacitación y programa para mejorar la producción ganadera en la provincia.
La Asociación de Ganaderos de Hato Mayor cuenta con un centro de acopio de leche en la comunidad de Los Hatillos, donde también opera una planta de producción de alimentos para animales y opera la cooperativa, que nace de la entidad y agrupa a decenas de productores.
El litro de leche es comprado a los productores a razón de veintiún pesos con cincuenta centavos, lo que ha dejado satisfechos a los proveedores, que ven estabilidad en la compra y venta de la leche.
Cuentan con un técnico en mega leche y actualmente coordinan con la Universidad Central del Este, el CONALECHE y el CONIAF, la impartición de cursos, seminarios y talleres de capacitación a dueños y manejadores de fincas.
También cuenta con su tienda de insumo, médicos veterinarios y técnicos disponibles para el asesoramiento y asistencia gratis a los productores.
Las razas de ganado básicamente que se produce en Hato Mayor es Mestiza Holstin con Cebú, Pardo Suizo con Cebú y últimamente se está introduciendo Gyr que es de raza lechera y le favorece el clima tropical y el nivel pluviométrico que se registra en la zona.
Miguel Laureano Nova, presidente de la Asociación de Ganaderos de Hato Mayor, sostuvo que actualmente las importaciones de leche no les afectas, porque la producción es estable y los precios son rentables.
INCONVENIENTES
Como inconvenientes, los productores de leche y carne vacuna de Hato Mayor, presentan las deplorables condiciones de los caminos de acceso y penetración.
Entre esos caminos citaron los de la sección Don López, considerada la zona mayor productora de leche y carne de la provincia, así como los del distrito municipal de Mata Palacio, Los Hatillos y las carreteras de Yerba Buena, Hato Mayor-Vicentillo-Yabón y la que lleva a los municipios de El Valle y Sabana de la Mar.
HISTORIA
Las familias Dávilas Coca y Landeche, considerada los fundadores de Hato Mayor, aparecen como donantes de reses en circunstancias políticas el 7 de enero de 1901, cuando Don Antonio Dávila Coca entrega 50 reses para alimentar a las tropas de invasores haitianos.
De esa fecha para acá, según relata el asesinado historiador, Manuel Antonio Sosa Jiménez (Boby), Hato Mayor siguió siendo “El ancestral sostenedor de la población”.
Destaca que solo las tropas de Desalines consumieron más de 30 mil reses vacunas.
La más demoledora crisis de la ganadería criolla se presentó durante la Guerra de la Restauración Nacional, cuando las tropas españolas tomaban por la fuerza el ganado de Doña Rosalía Bastardo, esposa y madre de los ex presidentes de la Republica, nativo de Hato Mayor, Pedro Guillermo y Cesáreo Guillermo Bastardo
La tradición, muy enraizada, plantea que desde Hato Mayor emigraron muchas familias hacia Higüey, El Seibo y otros lugares con grandes cantidades de ganado, por los que fueron los repobladores en esos lugares.
Tras la intervención norteamericana de 1916 y el fomento de ingenios, la producción de ganado vacuno, comenzó a mermar en Hato Mayor y todo el Este, quedándole a la ganadería menos área para su desarrollo.
Antes de la intervención, cuenta la tradición histórica se “amarraban los perros con longanizas”, por la gran cantidad de cerdos y reses existente, donde las festividades municipales contaban con sobradas reses y licores donados por los ricos de entonces, para darle a las cofradías y visitantes.
Relata el historiador Manuel Antonio Sosa Jiménez, en su libro “Hato Mayor del Rey”, página 61, que la generala Secundina Reyes, tenía tantas reses que “entregaba a cada uno de sus ahijados, que sobrepasaban el millar, una vaca de leche, para que se críen fuertes”.
El gobierno de Horacio Vásquez, de arraigo popular y tradicional entre los hateros, dinamizó la ganadería doméstica, pues hacia el 1927 implementó la progresista Estación de Monta y Remonta, contribuyendo a mejorar las diferentes especies y razas de la pecuaria, incluida las aves de corral.
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