miércoles, 31 de mayo de 2017

Higüey, ciudad turística que se arrabaliza y transita el camino de la haitianización

MANUEL ANOTNIO VEGA

HIGÜEY.- De ciudad turística y mediterránea que es, Higüey, registra y exhibe un acentuado nivel de arrabalización, y camina a la haitianización, lo que entorpece las actividades turísticas, comerciales y el tránsito vehicular y de peatones.

El cabildo ha sido acusado de ser incapaz de enfrentar las obstrucciones de aceras y avenidas, lo que hace la vida más tortuosa para conductores y peatones, unos que tienen que andar a una baja velocidad, para no atropellar y otros que tienen abandonar las aceras, para tirarse a la vía, exponiendo sus vidas.

El sistema de transporte conocido como moto-taxis aunque es una fuente de empleos, es un caos en Higüey, creándose en ocasiones en desorden con taponamientos.
Calles y avenidas han sido tomadas por los motoristas, quienes  improvisan paradas en las intersecciones de las calles, impidiendo el libre paso de los peatones y vehículos.
Su desordenada forma de operar impacienta a los usuarios, tanto locales como turistas  nacionales y extranjeros que buscan conocer los atractivos urbanos del municipio.
Un levantamiento hecho por las autoridades de la AMET, precisa que más de cinco mil motores corretean para arriba y para abajo la ciudad, en muchas ocasiones zigzagueando y haciendo piruetas, lo que pone en evidencia la apatía de las autoridades policiales, judiciales y municipales para regular el transito, en esta turística ciudad.
El transporte interurbano, es otra molestia al parecer insalvable, obstaculizando las vías y haciendo más pesaroso el transito en calles y avenidas.
Carros piratas han invadido las principales, provocando en ocasiones enfrentamientos con  sus escuelas de muertes y heridos con el transporte organizado.
TARANTINES
Las calles además han sido invadidas por vendedores de la economía informal, que trabajan libremente sin atajo.
El mercado municipal es un solo arrabal y las aguas residuales sorprenden en cual esquina de barrios y el centro de la ciudad.
El sistema sanitario, construido en la década de 1980, colapsó, mientras la poanta de tratamiento de las aguas residuales, nunca funcionó.
HAITIANIZACIÓN
Justificando que tienen que vivir y no dejarse morir, miles de haitianos han tomado las calles, barrios y comunidades circunvecinas de la turística provincia de Higüey, vendiendo e instalando de manera ambulatoria todo tipo de negocios, lo que está trastornando el tránsito de peatones y afectando la imagen del turismo en la zona.
Muchos vienen atraídos por el buen pago que hace el buen pago en el sector de la construcción.
Desplegados en calles, avenidas y callejones de barrios, los vendedores ambulantes, expenden desde gofio, maní tostado, coconete, caña, arroz con leche hasta maíz hervido.
Los puntos más críticos lo constituye las inmediaciones de la Basílica y el Mercado Municipal y las paradas de guaguas, donde pasajeros y transeúntes son importunadas por los comerciantes extranjeros.
Esta situación está tomando un aspecto de un mercado haitiano, donde el descontrol y la falta de supervisión por parte de las autoridades son tangibles.
Los vendedores haitianos ambulantes, una vez sienten realizar cual necesidad fisiológica la realizan en cualquier esquina donde venden sus productos.
La presencia masiva de vendedores haitianos en calles y avenidas de esta ciudad católica y turística, está dando un aspecto de aldea o batey arrabalizado a esta ciudad, que es predominante en el turismo en la región Este.
Hay barrios como Los Platanitos, La Malena, Villa Cerro y en distrito municipal de la Otra Banda, donde más del 30 por ciento de sus moradores son de origen haitiano, quienes tienen la venta de viandas y frituras como medio de sustento en la ciudad.
En los hechos de violencia, el crimen organizado y el narcotráfico, se ve un gran número de haitianos, según las estadísticas policiales y judiciales.
Las calles se están minando de haitianos, dedicados a las ventas de viandas y todo tipo de comida hervidas y chucherías.
Se denuncia que la oficina de Inmigración está solo para que algunos miembros del Partido de la liberación Dominicana (PLD), que controla el gobierno, cobren sueldos considerables, mientras la ciudad se arrabaliza por la presencia haitiana.


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