miércoles, 16 de mayo de 2018

Higüey, ciudad donde las vacas van de "compras"

MANUEL ANTONIO VEGA
HIGUEY. La católica y turística ciudad de Higüey está seriamente afectada por el cúmulo de basura, la vagancia de animales, la falta de agua y un inadecuado sistema sanitario.
Las aguas residuales se derraman por las principales calles, debido a que la planta de tratamiento, construida en 1979, nunca funcionó. Las cañadas y ríos reciben los desperdicios de las cloacas.

Los promontorios de basura son visibles en cualquier esquina de barrios y el centro de la ciudad.
La vagancia de animales por calles y carreteras, que acceden a la turística ciudad, provocan accidentes de tránsito.
No hay agua
El sistema de agua potable opera con precariedad, lo que ha dado pie al surgimiento de un mercado informal de venta del líquido. Un tinaco de 250 galones hay que comprarlo a razón de 300 pesos y un tanque de 55 galones cuesta 70 pesos.
Muchas veces el agua a granel es extraída de pozos artesanales, sin ningún tipo de tratamiento para descontaminarla.
Vacas, caballos, cerdos y chivos se alientan del pasto que crece en calles y solares yermos de los barrios Nazaret, Los Platanitos, Villa Cerro, San Pablo y otros de las zonas norte, oeste y sur de la ciudad. Esta situación impide que muchos turistas que se alojan en el polo turístico visiten el municipio cabecera
A juicio de líderes comunitarios, periodistas y autoridades legislativas, el principal escollo por el que Salvaleón de Higüey no se beneficia de la visita de turistas es porque que la ciudad ha sido abandonada por las autoridades municipales.
Robert Antonio, Livio Mariano Cedeño y Tomás Villavicencio, veteranos comunicadores de Higuey, explican por separados que los pocos extranjeros que visitan esta ciudad entran a la basílica y se marchan, porque la ciudad es “hostil” al turismo.
Abandono de monumentos

“En Higüey, los monumentos religiosos y patrióticos no tienen tarjas, lucen sucios, carecen de iluminación, y en algunos duermen enfermos mentales y mendigos”, dijo Robert Antonio Guerrero.

Menciona el abandono de la plaza de la Restauración, el parque Duarte, el Boulevard Arévalo Cedeño y el monumento de Las Tres Cruces, íconos de la ciudad, que se encuentran en un progresivo estado de deterioro.
Denuncian que las áreas verdes y espacios públicos han sido copados por vendedores y dueños de talleres, instando recuperar las áreas verdes, mejorar la recogida de la basura e iluminar el centro de la ciudad.
Higüey, donde los animales realengos y la basura abundan por doquier
Explican que dado el abandono de la ciudad, “los principales tours operadores de Punta Cana prefieren llevar a los turistas a la isla Saona, a los Charcos de Damajagua, a Santo Domingo, o cualquier otro lugar que no sea Higüey.
Deploran el estado de abandono en que se encuentra Salvaleón de Higüey, cuyo ayuntamiento tiene para este 2018 un presupuesto de casi 400 millones de pesos.
Salvaleón de Higüey es una ciudad con más de 400 mil habitantes, pero las inversiones hoteleras en Punta Cana-Bávaro han rezagado su desarrollo, como también se han olvidado los gobiernos y las autoridades municipales de su desarrollo.
A pesar de esos ingresos, esta ciudad no dispone de una planta de tratamiento, agua potable eficiente y el tránsito es un más que un caos, es un desorden impar.
Este municipio es el tercer pilar económico del país, junto a Santiago y Santo Domingo, pero no exhibe crecimiento vertical en infraestructuras.
El diputado peledísta, Hamlet Melo, expresa que por la falta de planificación, el municipio de Higüey no estuvo preparado para lo que debería ser ahora y uno de los ejemplos más evidente es el caótico tránsito de la ciudad y el crecimiento desorganizado.

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