viernes, 11 de septiembre de 2020

Solo ciclones, golpe de Estado y el Covid19 se suspendieron patronales Hato Mayor


HISTORIA HATO MAYOR

Las patronales Hato Mayor tres veces suspendidas: Con el golpe de estado a Juan Bosch, el ciclón Georges en 1998, tormenta María en 1917 y ahora  por el Covid-19 

Manuel Antonio Vega

HATO MAYOR.- Las patronales de Hato Mayor, que cada año para el mes de septiembre se celebran en honor la patrona Nuestra Señora de Las Mercedes, volvieron a ser interrumpida, esta vez por la pandemia del Coronavirus que da Covid19.

Siempre inician con el novenario de atabales en la ermita o santuario de Media Chiva, donde cientos de personas se concentran cada noche para para disfrutar de las sonadas de atables, que cada noche son patrocinadas por instituciones, autoridades y políticos.

Con el golpe de Estado a Juan Bosch en el primer quinquenio de la década de 1960 se interrumpieron las patronales no solo en Hato Mayor, sino en todo el territorio nacional.

El lunes 22 de septiembre del 1998, el día que se coronaria a reina Cesarina Núñez, llegaron desde tempranos de la tarde, los vientos huracanados del Georges, que asoló la ciudad, derribando la tarima de la cultura, destruyendo el parque y Miles de viviendas y provocando la muerte de varias personas.

Fue un día de terror jamás vivido por los hatomayorenses, que marcaron un antes y un después en la vida cultural y social de la ciudad, que corría despavorida de un lugar a otro, sin saber dónde refugiarse.

Los vientos, para entonces, dejaron calvas las montañas, sin los árboles que circundan y protejen el católico pueblo de Hato Mayor.

La tormenta María en 2017 cortó la celebración con las lluvias que anegaron los barrios de agua.

Ahora  el Covid19 con más de 10 víctimas y decenas de infectados, vuelve a impedir  la celebración de las patronale, que iniciaron de manera organizada en 1963, con la elección de la primera reina de la ciudad, la señorita Iris Núñez Balbuena, hija del extinto gobernador civil, José Altagracia Núñez Silvestre (José Buchin) y doña Amada Balbuena.

Cuentan que aquella elección y celebración de las patronales fue fuera de serie, con desfiles de comparsas, sonadas de atabales y presentaciones artística les con vocalistas locales. Desfilaron por la ciudad procesiones rurales, que al presentarse por las calles de la ciudad, se veían en porfías por los vistosos de los vestuario. 

En principios las patronales se realizaban con un recorrido de la imagen de la Patrinala Virgen de Las Mercedes, que facilitaba la parroquia de la ciudad, para tan magno acotecimiento cultural.

El pueblo se llenaba de visitantes de otras ciudades que venían a chorro por la promoción y buena fama de que eran las mejores patronales que se realizaban en la región Este.

 Las calles se llenaban de jinetes y amazonas en cabalgatas que recorrían los barrios a sin de atabales.

Se hacían competencias de atabales, con premios metálicos, lo que motivaba a los grupos a hacerlo mejor cada año para ganar la justa musical.

 ESPAÑOLES INTRODUCEN PATRONALES  HATO MAYOR

 La tradición histórica que se tiene de la celebración a la patrona de Hato Mayor, la Virgen de Las Mercedes, nos indica que las patronales fueron introducidas a la isla por los españoles, luego que el genovés Cristóbal Colón descubriera la isla Hispaniola, el 12 de octubre de 1492.

Los Dávila, que instituyeron el Mayorazgo de Dávila, hacia 1520 siguieron la tradición hasta su última descendiente que quedó en Hato Mayor del Rey, Mercedes de la Rocha Coca Landeche de Fernández, que fue la donante de los terrenos donde hoy está erigida esta ciudad.

Melchor Contín Alfau en su libro “Hato Mayor del Rey” Reseña Histórica-Geográfica- Tradicional y Religiosa, explica que la práctica del culto de Nuestra Señora  de Las Mercedes, en Hato Mayor del Rey, es más antigua que la formación misma de la villa, ya que existe evidencia de que, antes de que la población tomara perfiles urbanísticos, y, mientras  estos predios en que se asientan, solo constituían una rústica hacienda ganadera, dependiente de la villa de El Seibo, sus primeros moradores fueron fervorosos mercedarios y habían constituido una cofradía que rendía culto  a la Augusta Redentora de los cautivos, que en los primeros años de la conquista había hecho su milagrosa aparición  en el madero legendario de Santo Cerro, en La Vega.

La primera  alusión  a esta cofradía de nuestra señora de Las Mercedes, la encontramos en el interesante informe rendido al rey de España, en el mes de abril de 1740, por el arzobispo metropolitano, monseñor Domingo Pantaleón Álvarez  de Abreu, quien, al referirse a la ermita techada de hojas de palma que le  servía de asiento, que encontró el prelado en su visita pastoral a la región.

Esta ermita fue erigida por el alférez real, don Antonio de Coca y Landeche, heredero de las vastas extensiones de terreno del Mayorazgo de Dávila y en torno a ella se fomentó la actual población de Hato Mayor del Rey.

El minucioso informe del arzobispo Álvarez  de Abreu, que trata sobre el estado general de la colonia, es un indicio veraz de que, a la Excelsa Madre de Dios,  se le rendía filial homenaje en esta comarca desde unos 200 años atrás, y que, indudablemente, esta circunstancia determinara a la curia eclesiástica a que, al crearse la parroquia, esta fuera puesta bajo el tutelar patronato de la celestial señora, que a la vez es patrona de la república de Barcelona.

Hay que significar que, en sus inicios la parroquia estuvo consagrada a San José, lo que revela que así mismo el culto al padre putativo de Nuestro Redentor, también estuvo arraigado desde antaño, en el corazón de los hatomayorenses.

La primera imagen de la patrona de Hato Mayor, La Virgen de las Mercedes no se conserva, pero aún está en la iglesia central de Hato Mayor del Rey, la réplica que obsequiara por el año 1845 el ex-presidente, general Pedro Santana, quien era un fervoroso devoto de nuestra patrona y que varias veces visitó la comarca a conmemoraciones.

Esta antigua imagen de la virgen de Las Mercedes, constituye una venerable reliquia histórico-religiosa para los nativos de esta ciudad, bautizada con la nueva denominación de “La Capital del Cítrico”, por ser la mayor productora de naranja de la República Dominicana, con  unas 150 mil tareas sembradas

Anteriormente, según reseña Melchor Contín Alfau en su libro Hato Mayor del Rey, desde horas tempranas a mediado de septiembre de cada año, hacían su entrada las peregrinaciones seccionales, al ritmo de los estridentes atabales, en tanto algunos grupos entonaban cantadas y plenas al compás de panderos y güiros de bangaño y las campanas se echaban a vuelo para recibir las rurales cofradías.

A cada sección se le designaba su día y la imagen de la patrona se ofrecía al beso de los fieles. Todavía se conserva la tradición del novenario de la iglesia y simultáneamente con los cultos religiosos, aun se efectúan a la vez amenos festejos populares y sanas diversiones sociales y hogareñas.

Las lidias gallísticas, enlace de toros, palo encebado,  son parte de las actividades que se conservan en el tiempo y que forman parte de nuestro folklore  y atractivo del ciclo festivo en honor a la patrona, Nuestra Señora de Las Mercedes.

En las últimas décadas el calendario patronal ha sido enriquecido con nuevas atracciones, incorporándose a los números clásicos  primitivos, las corridas de cintas o de sortijas, corridas de caballos y en burro, motocicletas y otros pasatiempos que proporcionan grata expansión a los participantes en tales juegos y a quienes observan.

En los últimos  años hay que destacar la introducción de fuegos artificiales hecha por el empresario, Rubén Darío Cruz, así como el espectáculo que se realiza para escoger las beldades de las patronales y el lanzamiento de paracaídas desde avionetas y helicópteros que hace la Fuerza Área Dominicana.

Cada año se agrega un elemento nuevo a la celebración, haciendo que de las patronales vuelvan a retomar la tradición  y que los habitantes de Hato Mayor se interesen en  comprar ropas para el estreno y el disfrute del ciclo festivo.

Desde el 1995 se realizan febriles preparativos, hasta con dos y tres meses de preparación y las actividades del ejido se concentran en los atabales de Media Chiva, que no es más que la tradicional enramada donde se celebran los palos o atabales, así como alrededor de la tarima de la cultura que se improvisa a propósito de la celebración.

Los artistas locales, radicados en Santo Domingo y otras latitudes, así como los que viven en el patio, realizan presentaciones artísticas en los lugares más concurridos, llamando al pueblo ante su presencia, ya que generalmente buscan patrocinio de casas licoreras y otras empresas.

Orquestas de renombres hacen gala durante el ciclo festivo, las que logran sus presentaciones con pago por anticipado.

Modistas, sastres, estilistas, zapateros todavía hacen “zafra” con la creciente demanda de sus festinadas clientelas, pues prevalece la costumbre, en parte olvidada, de estrenar ropas, calzados, prendas y arreglarse el pelo para ir a las patronales.

 El comercio local, así como hoteles, fondas y restaurantes se llenan el “buche” durante las celebraciones donde la clientela aumenta.

Los nativos residentes en Santo Domingo, El Cibao, El Sur y otras poblaciones de la región Este y el exterior visitan la comarca en la época, para reencontrarse con sus coterráneos.

El baile de atabales es la tradición más arraigada entre los hatomayorenses, que se desbordan cada año a participar de las novenas que organiza el comité de festejo. Las novenas son sostenidas por empresarios y políticos, que en ocasiones la toman para demostrar su nivel de popularidad en la ciudad.

Hato Mayor y reinas patronales

La primera fiesta a la virgen de Las Mercedes se realizó en 1750, según un informe rendido al rey de España por el arzobispo metropolitano, Monseñor Domingo Pantaleón Álvarez de Abreu.

Pero no fue hasta septiembre de 1963 que se escoge la primera reina de las festividades patronales, que en honor a la virgen de Las Mercedes se celebran todos los años en esta ciudad. Anteriormente las fiestas patronales Hato Mayor se celebraban en la iglesia y en la enramada de Media Chiva y otros puntos de la ciudad con sonadas de atabales, y espectaculares juegos populares como el palo encebado, aparadas de huevos, corridas de burros, y otros, pero sin la presencia de una reina.

Las patronales, que tienen su origen en el catolicismo español, que impusieron sus costumbres religiosas y en cada parroquia que levantaban asignaban una patrona o patrón del santoral eclesiástico.

 Así surge la patrona de la Virgen de Las Mercedes, que además es patrona de los pueblos de Yamasá, Pimentel, Santo Cerro, Yuma, Palenque y otras poblaciones.

Francisco Dávila (1540-1554), Gaspar Dávila (1554-1560) y los descendientes de estos hasta la Era Haitiana (1822), impusieron la esclavitud y el vasallaje dentro de sus heredades o dominios, obligando a sus esclavos a tener una imagen de Las Mercedes como guía devocionario, entronizada en los barrancones o bohíos.

Fueron los Dávila que iniciaron el novenario que aún se realiza en la enramada de Media Chiva con solemnes actos religiosos y espectaculares fiestas populares gratuitas en comunidades rurales y calles de la comarca.

Primeras Reinas

Unos 57 años lleva Hato Mayor escogiendo su reina de las patronales, siendo la primera la niña de 9 años, Iris Josefina Núñez Balbuena (Iris), hija del fallecido ex-gobernador José Núñez (José Buchín) y Amada Balbuena. Su elección se hizo por escrutinio y se organizó un desfile para su coronación, que  partió desde la casa de sus padres, ubicada en la calle Miches con San Antonio, hasta el local de la Logia 21 de Enero.

Hay que destacar que los acontecimientos políticos y sociales que se sucedieron en el país con el golpe de Estado a Juan Bosch provocaron una interrupción en la elección de la reina y el desarrollo de las patronales.

Decenas han sido las beldades que han representado con dignidad y decoro a Hato Mayor del Rey en el desarrollo y recordación de nuestras raíces ancestrales y en sus fiestas patronales.

Recordamos con nostalgia a Consuelo Aurora Reyes Alcántara, electa reina en 1977;  hija del hacendado Carlito Reyes y Consuelo Alcántara.

Altagracia Bueno Arias fue una de las reinas más cacareada de la ciudad en 1980, ello se debió al despliegue publicitario y la edición de una revista, preparada por el comité de festejo, que para la época dirigió el ex senador Iván Rondón Sánchez.

Nena Vásquez Dismey, fue reina en 1979; Anny Victoria Peguero Astacio en 1988; Teresa Jiménez en 1989; Juliana Santana Peña en 1994; Berenice Frías en 1995; Sandra Sosa en 1995; Sintya Upia en 1996, Tania de la Rosa en 1997, Cesarína Núñez en 1998, y quien no pudo ser coronada por el paso del huracán Georges.


 Consuelo Nathaly de la Rosa Mota fue la reina de 1999, Rosaura Monegro fue la reina del 2000, la acompañaron Johanna Morales como Virreina y Vianet Morel; como reina de las festividades del 2002 fue escogida la novel artista local Carolina Polanco Pérez; como virreina la locutora Carmen Ligia Barceló González; y princesa Marián Raquel Paulino Hernández; la del 2005 fue Amanda González; como virreina y princesa el jurado escogió a Evelyn Rodríguez y Alejandra Sánchez.  

Hay que destacar que muchas de nuestras majestades hoy día son profesionales que sirven al proceso de desarrollo de la República Dominicana y el mundo

2 comentarios:

  1. Todo quedó planteado para este mes con exposiciones. Colectivas y un dinero que yo le debía a THOMY .todo se fue por el cajón.

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  2. Excelente reportaje que bueno que se destaque la historia de esa laboriosa provincia, que hay que recordar a nuevas y futaras generaciones de Hayo Mayor, y porqué no el país.

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