MANUEL ANTONIO VEGA
EL RANCHO, EL SEIBO.- La mujer más anciana de la provincia de El Seibo alcanza 116 años, tiene una lucidez asombrosa, recordando episodios de su vida y narrando historias de “Los Gavilleros del Este”, a quienes dio refugios cuando eran perseguidos por el Yanqui Invasor en el período (1916-1922).
"No quiero morir sin conocer a Danilo Medna, me dicen que es un presidente bueno, que ayuda a la gente", dijo Bartola Cornelio
La longevidad de Bartola Cornelio, viuda Sosa es impar y ella misma asegura que no hay otra mujer más vieja que ella en El Seibo.
La anciana, nacida el 10 de julio de 1898 y que en su larga vida procreó con el hacendado Gayetano-Tano-Sosa (Fallecido), nueve hijos, tiene 33 nietos, 9 biznietos y 4 tataranietos.
DIETA
La centenaria mujer narra que nunca ha sufrido una enfermedad grave y asegura que el secreto para su longevidad es comer de manera saludable carne y leche todos los días.
Bartola desayuna víveres con bacalao y huevo frito o hervido; almuerza arroz con carne de res o pollo y cena con sándwich con tomate y queso. No come nada enlatados
“El que no come se muere pronto”, dijo
Pese a su avanzada edad conserva una excelente memoria, escucha nítido y no tiene problemas para hablar. Conserva su pelo lacio, pero la edad le han ido cerrando los ojos.
Bartola Cornelio era hija Leona de la Rosa y Camilo Cornelio.
Se casó cuando tenía 30 años y para tal ocasión fue que sacó cédula.
Recuerda que su padre tenía un pequeño fundo de 12 tareas y su madre unas 40 tareas.
Tras la muerte de su esposo, Gayetano Sosa, ocurrida en 1982, la centenaria mujer quedó rodeada de varios de sus hijos, que le cuidan la finca de cacao, los cerdos y aves que cría.
Nació cuando no había escuela en la comunidad de El Rancho, a unos 38 kilómetros al norte de El Seibo. Por ello no sabe leer ni escribir, pero es atenta de las noticias de radio.
FINA BAILADORA
Confesó que bailaba tanto en su juventud que salía de las fiestas a dar a luz con las “parteras” de la época, que recuerda eran Miguelina Vilorio y Tanin Abreu.
“Bailé balsié, mangulina, merengue típico del Cibao y las fiestas no comenzaban en mi comunidad hasta que no llegara yo”, afirmó.
Católica desde que nació, Bartola todavía reza el rosario y hace anécdotas que ponen a cualquiera a pelar los dientes.
Desde hace ocho años usa silla de rueda y su visión se ha ido apagando, aunque afirma ve un poquito. La silla de rueda está en malas condiciones
En su largo relato de su vida, nos contó que guardaba el riego de los partos de sus hijos, comiéndose 41 gallinas, una por día y un puerco para salir del período de riego.
Bartola reveló que en su época las mujeres pasaban el riego comiendo gallinas “para tener leche en los senos y dar el pecho a los hijos”.
“Fui ganadera con mi esposo y las vacas las comprábamos con la crianza de cerdo”, expuso.
Siguió narrando: “ Yo dejaba a mi madre cocinando y recorría 41 kilómetros a caballo, al municipio Consuelo a comprar y regresaba y no estaba la comida”. Le compraba los caballos a Ernesto Díaz.
“Mire periodista, yo nací cuando el refajo, una prenda interior de vestir era obligatorio usarlo y cuando a los vecinos se le besaba la mano tío. Solo usé pintalabios cuando se casó", acotó.
Se define como una mujer tranquila y sencilla, que gustaba del baile cuando joven.
A su edad nunca ha ido al médico y solo toma pastilla para la presión, que le recetó un médico que la visitó a su hogar.
No cuenta con el seguro del SENASA ni bono luz y le gustaría conocer al presidente de la República, Danilo Medina antes de “irme de este mundo. Me dicen que es un presidente bueno y que ayuda los pobres”.
Buenaventura Sosa, hija que le cuida desde 1982 cuando muere Tano, considera a su madre como una mujer “extraordinaria, que pese a su avanzada edad tiene el espíritu de vida latente y con ansias de comer de todos”.
Bartola le pide a los hijos que vivan en unión y que no tropiecen, después de su muerte, que asegura “falta muchos para que suceda”.
LOS GAVILLEROS
La envejeciente adulta, habla de los rebeldes o sublevados del Este, despectivamente llamado Los Gavilleros, con tanta propiedad como si lo hubiera tratado toda una vida.
Así recuerda que su casa fue visitada por Vicente Evangelista, Ramón Natera, Martín Peguero, José Piña, Luciano Reyes y Pedro Tolete, de quienes afirma eran muy amigo de su padre.
“Ellos eran revolucionario, pero los invasores querían quitarlo del medio, porque eran quienes le hacían oposición en su propósito de mancillar la patria”, dijo
Sostiene que Ramón Natera y Martín Peguero eran quienes más iban a la casa de su padre y almorzaban y dormían en su casa.
Para ayudar o tener contacto con la mujer más vieja de El Seibo pueden llamar a su biznieta Ilda Pozo Sosa al celular 849-340-1083.
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