viernes, 23 de enero de 2015

La lechosa, un fruto con mercado asegurado en el Este


MANUEL ANTONIO VEGA

HATO MAYOR.- Excelentes plantaciones de lechosas se  levantan en algunas ciudades del Este del país, cuya producción tiene un mercado seguro en hoteles turísticos y supermercados.
El cultivo de la papaya o lechosa en la zona Este inició en el primer quinquenio de la década de 1980, cuando el hacendado y productor de cacao Octavio Amparo Astacio, habilitó unas 50 tareas al cultivo de esta fruto en la comunidad de Doña Ana, provincia El Seibo.
El cultivo de la fruta tropical se ha ido extendiendo desde entonces, a propósito de que el microclima es favorable para su producción.
Su cultivo se ha ido introduciendo progresivamente en poblaciones como Hato Mayor, El Seibo, San Pedro de Macorís, Higüey y La Romana

Originaria de América Central, concretamente de la zona de México, Perú y Costa Rica, esta fruta que da unos exquisitos jugos, ya sea mezclado con leche o con agua, es utilizada para la preparación de jugos en hogares, hoteles o comerla directamente como aperitivo para dieta.
De entre todas las variedades comerciales existentes destacan las variedades Sunrise Solo, Bluestem, Graham, Betty, Fairchild y Rissimee.
Denominada como árbol de la salud, la lechosa se cultiva con mayor notoriedad en Hato Mayor y El Seibo, donde se estima hay más de 3 mil tareas dedicadas a su cultivo, que genera manos de obras agrícolas, ya sea para la siembra o para la recolección del fruto.
El ministerio de Agricultura estima en 106 los pequeños y medianos productores de lechosa en la zona Este.
El árbol es muy productivo y de relativa poca altura dónde (casi) en su punto más alto crecen estos frutos y en grandes cantidades, justo después de que se deshoje de forma natural.
Entre los mayores cultivadores están Lilí Polanco, Kelvin Peguero establecidos en las comunidades de  Guayabo Dulce y Paso Cibao.
PROPIEDADES
Sus propiedades beneficiosas han sido reconocidas y supervisadas por cientos de científicos y espero que cojáis un boli para apuntar al menos las siguientes. Veréis, la papaya es buena para el estreñimiento por su efecto laxante y unas fibras de alta calidad.
Gracias al retininol (o vitamina A) la papaya ayuda a la melanina de la piel a adquirir entre otras cosas ese famoso bronceado de calidad mientras combate demostradamente cuadros de eczemas y manchas cutáneas. Es además cicatrizante (también antiulcerosa), digestiva (la famosa enzima proteolítica papaína), anticancerígena (cáncer de estómago), fungicida (una de las pocas frutas que desparasita), refuerza además el sistema inmunológico (con su vitamina C y los folatos), es hidratante, ayuda a nuestros huesos (colágeno), es analgésica, purgante, antiinflamatoria, poco calórica y rica en nutrientes. Es alcalina (bueno para la sangre), suaviza cuadros hepáticos y es ideal para embarazadas por ese alto contenido en ácido fólico, sales minerales y vitaminas. También está recomendada para las personas celíacas (ayuda a digerir el gluten).
TONALIDADES
Su color debe de ser amarillo más o menos uniforme, aunque con algunas tonalidades verdes y naranjas.
Es un cultivo tradicional en toda la extensión del país, aunque siempre ha predominado su siembra comercial en la provincia Peravia.
PLAGAS Y ENFERMEDADES
Las plagas y enfermedades han estado presente en este cultivo desde los años 80, enfrentando los agricultores el Ditiorton ring pot y el Bunchy top, ambas producidas por virus.
Tito Pozo, agrónomo extensionista, del ministerio de Agricultura en Hato Mayor, recomendaba a los productores mantener un control estricto de los insectos vectores como el Nezara virídula (Chinche hiede vivo) y los diferentes áfidos.
Los virus logran penetrar en las semillas de la lechosa durante la formación del fruto y la semilla.
Explica que cuando se siembra una plantación es muy probable que desde ese momento los virus ya están presentes y por más que se controlen los insectos vectores, al momento de la floración o antes, se podrán observar los síntomas de la enfermedad.
Para enfrentar los virus, los cultivadores han optado por plantas resistentes a los virus, para lo cual han logrado el cruce con especies silvestres de lechosas con resistencia a los virus, las cuales se producen abiertamente en plantaciones de cacao y café en El Seibo, Hato Mayor, El Valle, Sabana de la Mar e Higüey.
Las exigencias alimenticias de una población humana en crecimiento y las garantías de los mercados, principalmente en la zona turística de Higuey, han permitido un incremento en el cultivo de la lechosa. 

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