SANTO DOMINGO.- "Yo sólo quiero tener a mi hijo para seguir estudiando”, es la expresión de esperanza de una niña de 12 años, víctima de una violación sexual por cuatro hombres, hecho que además de la secuela física y emocional trajo consigo un embarazo que ya tiene cinco meses. Debido a este hecho, que además la convierte en grano de arena en un mar de injusticia, esta niña, que cursaba el quinto grado, tuvo que para la escuela porque en el centro no la podían recibir, con lágrimas en sus ojos pidió en El Gobierno de la Tarde, de la Z101.3, “que estén presos, que paguen por lo que me hicieron”.
Y continúa: “yo no sé lo que es tener un bebé ni sé cómo cuidarlo”, fue su última expresión de preocupación, además de decir que sus amiguitos se burlan de ella al ver su barriguita crecer cada día, por lo que ella llora constantemente, auque en otras ocaciones no les hace caso.
La inocente, quien reside en San Isidro, reveló que desde hacía muchos meses esos hombres la paraban cuando ella salía de la escuela y la entraban en un cuarto oscuro de la procesadora de agua conocida como Mundo Natural, suceso del cual el dueño era testigo y cómplice.
La niña explicó que además de los cuatro hombres que abusaban de ella, quienes eran empleados de la referida procesadora de agua, también el dueño del negocio, Antonio Marmolejos Medina y su hijo Kelmi Marmolejos Núñez eran cómplices, e inclusive la amenazaban con materle su papá y su hermanito de 10 años, si revelaba algo a sus familias.
Aseguró que cuando la trancaban gritaba fuerte, con la esperanza de que alguien le escuche, pero el dueño del negocio sólo se limitaba a decir “mátenla, háganle lo que ustedes quieran...”
Dada esas circunstancias, la nena, sintió temor de revelar los constantes abusos de los que semanalmente era objeto, sin embargo, ahora con apenas 12 años, tendrá la responsabilidad de cuidar su bebé, y sin saber quien es el padre.
Dijo que además de las amenazas de dar muerte algunos de sus parientes, según ella, después de violarla, los cuatro la maltrataban físicamente, otorgándoles golpes en su cabeza y tirándola al suelo para que se fuera para su casa.
No obstante, declaró que esos hombres han violado a otras menores de edad. En sus declaraciones a este medio, puso el ejemplo de otra niña, quien es su amiguita, y a quien le daban dinero a cambio del disfrute forzoso de su cuerpo.
Ante el cuestionamiento de si a ella también le ofrecían dinero, respondió, “sí, a mi también me daban 10 pesos y cuando yo llegaba a mi casa se lo entregaba a mi mamá”, dijo.
La niña expresó sentirse “muy mal y culpable” por no haberle contado antes a sus padres lo que le estaba pasando, al tiempo que dijo que sus abusadores, le miraban mal y la acozaban cada vez que ella crusaba por la procesadora de agua, que está muy cerca de su casa.
Al finalizar la conversación con quien suscribe, sus últimas palabras, repetitivas, fueron “yo ahora vivo llorando, porque todos mis amiguitos de la escuela se burlan de mi, y cuando llego a mi casa no puedo hablar. Yo no pude terminar mi curso, yo quiero volver a la escuela...”
Los abuelos...
Mílciades Mateo Feliz, padre de la niña y separado de la madre de ésta, muy aconcojado por el dolor e impotencia que siente, dijo que desconocían la situación por la que estaba pasando su nena, lo que ahora lamenta.
Contó que el crimen se descubrió porque llegó un momento en que la niña vomitaba todo lo que se comía, por lo que ellos imaginaron que estaba enferma, y un día fue él mismo quien decidió llevarla al médico. Los resultados: varias semanas de embarazo, siendo padre, hija y médico testigos mudos.
Mateo Feliz dijo que tras investigar la situación, sometieron a los cuatro individuos a la justicia, pero que salieron sin siquiera cumplir los tres meses de prisión preventiva impuestos como medida de coerción. Supone que el abogado que contrataron para representarlos, Ramón Manzueta Vásquez, “se vendió por unos pesitos”.
Del hecho, que ha consternado la comunidad de San Isidro, responsabilizan a Antonio Marmolejos Medina y su hijo Kelmi Marmolejos Núñez, éste último cabo de la Fuerza Aérea Dominicana. También a Manuel Antonio Bautista Mejía y a Miguel Valdez, siendo los únicos apresados por el abuso.
Sin embargo, dos meses después de producirse el sometimiento, la ayudante fiscal del Distrito Nacional, identificada por los acusadores solo como Bélida, apesar de ser la misma en dar la orden de arresto de los delincuentes, también fue quien ordenó su libertad, sin haber completado condena.
En ese sentido, Milcíades Mateo Feliz, lleno de rabia e impotencia, todavía no entiende porqué esos hombres le hicieron esa maldad tan grande a su pequeña. Espera que se haga justicia y que otras niñas no sean víctimas de un enfermo sexual
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