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LA ROMANA.- Justificando que tienen que vivir y no dejarse morir, miles de haitianos han tomado las calles, barrios y comunidades circunvecinas de la turística provincia de La Romana, vendiendo e instalando de manera ambulatoria todo tipo de negocios, lo que está trastornando el tránsito de peatones y afectando la imagen del turismo en la zona.
Muchos vienen atraídos por el buen pago que hace el Central Romana, emporio azucarero de capital extranjero.
Desplegados en calles, avenidas y callejones de barrios, los vendedores ambulantes, expenden desde gofio, maní tostado, coconete, caña, arroz con leche hasta maíz hervido.
Los puntos más críticos lo constituye las inmediaciones de parque central Juan Pablo Duarte y las paradas de guaguas, donde pasajeros y transeúntes son importunadas por los comerciantes invasores.
Esta situación está tomando un aspecto de un mercado haitiano, donde el descontrol y la falta de supervisión por parte de las autoridades son tangibles.
Al no tener el rose social en La Romana, los vendedores haitianos ambulantes, una vez sienten realizar cual necesidad fisiológica la realizan en cualquier esquina donde venden sus productos.
La presencia masiva de vendedores haitianos en calles y avenidas de La Romana, está dando un aspecto de aldea o batey arrabalizado a esta ciudad, que es predominante en el turismo en la región Este.
De continuar esta tendencia las calles podrán ser convertidas en verdaderas centros de comercio, donde se ofrecen desde ropas, artículos para el hogar, hasta comida rápida.
Muchos atribuyen la presencia haitiana al predominio que tiene el Central Romana, que aunque invierte en la industria sin chimenea, que es el turismo, no menos cierto es que su principal renglón de producción, lo es la producción azucarera y donde más del 90 de los obreros son de origen haitianos.
Hay barrios como Villa Verde, La Piedra y Los Rieles que más del 30 por ciento de sus moradores son de origen haitiano, quienes tienen la venta de viandas y frituras como medio de sustento en la ciudad.
En los hechos de violencia, el crimen organizado y el narcotráfico, se ve un gran número de haitianos, según las estadísticas policiales y judiciales de La Romana.
El periódico digital “16 Minutos” que dirige el periodista, Lincoln Rivera, ha denunciado que las calles se están minando de haitianos, dedicados a las ventas de viandas y todo tipo de comida hervidas y chucherías.
El predominio empresarial del Central Romana, impide que la Oficina de Inmigración haga el trabajo para diezmar y enviar a sus país a los haitianos. Se denuncia que la oficina de Inmigración está solo para que algunos miembros del Partido de la liberación Dominicana (PLD), que controla el gobierno, cobren sueldos considerables, mientras La Romana se arrabaliza por la presencia haitiana.
Los indocumentados en su mayoría, se denuncia aquí, son traídos por “buscadores”, que van a la frontera dominico-haitiana y los transportan y luego lo abandonan en calles, campos y barrios de la ciudad.
Muchos de los ilegales reciben la promesa de que van a trabajar de inmediato en el Central Romana, empresa que tiene más de 70 mil tareas cultivadas del palo dulce, que convierte en azúcar y luego comercializa en gran mayoría en el exterior.
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