viernes, 7 de enero de 2011

Anselmo Silverio: Escudo Heráldico del periodismo de Provincias en el Cibao



MANUEL A. VEGA
atacando10@hotmail.com

HATO MAYOR.- Confieso que estoy padeciendo en estos momentos de una “erisipela” que me mantiene postrado en cama en Hato Mayor, pero cuando accedí al internet, la primera noticia que leí en listindiariodigital.com, fue la que daba cuenta de la infausta noticia  de la muerte de Anselmo Silverio.
Con Silverio traté poco en este paraíso terrenal, pero su buena labor y reputación de periodista de provincia, me hacía estar cerca de él, aún sin conocerle, porque tenía contacto sólo a través de correo electrónico, cuando me envíaba notas, para que se la reprodujera en www.atacando.net y otros medios, donde logré tener primera página, gracias a su colaboración.
Para mí que creo en la eternidad de las acciones que hacen los inmortales en la tierra, Anselmo Silverio no ha muerto; seguirá gravitando en muchas acciones, comportamientos de comunicadores que lo tendrán como referente.
Eso fue en su región, un referente moral, que jamás se dejó atrapar por los insensatos que siempre buscan corromper y añadir tintas por dineros, para variar conductas y patrones en el ejercicio periodístico.
Usualmente se deja al arbitrio de los individuos, en el marco de los conceptos dados por su sociedad, la decisión de creer o no creer y en qué creer exactamente. La esperanza de vida en el entorno social determina la presencia en la vida de los individuos de la muerte, y su relación con ella. Su presencia en el arte es constante, siendo uno de los elementos dramáticos a los que más se recurre tanto en el teatro, como en el cine o en novelas y relatos”.
La muerte ha sido definida como el fin de la vida en la tierra, es un evento que se lleva lo  material, pero no podemos obviar lo intelectual que nos legó Anselmo Silverio con sus escritos cotidianos, ya fuera por el prestigioso periódico La información de Santiago o por su página de internet y la televisión de aquella estratégica urbe del norte de la República Dominicana.
Escribiré a los Arqueólogos del Futuro, para si algún día encuentran la tumba donde yacen los restos de Silverio y luego de leer su epitafio, puedan saber que fue un periodista honesto, que no claudicó pese a las tentaciones de los malvados en la tierra.
Que fue una columna de ese arte de escribir que se llama periodismo; que era buen amigo, inteligente, altruista, emprendedor, capaz.
Anselmo, no pude verte en el 2011, año que tenía para consolidar tu empresa periodística, pero sé que nos veremos y aspiro al igual que tu estar al lado de los honestos, de los pulcros, de lo que creen en la ética hasta después de la muerte.
Para mi fuiste un escudo heráldico, un emblema del periodismo de provincias.

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