DR. FRANK ESPINO |
Siento mucha tristeza cuando uno se desplaza a los diferentes lugares o ciudades del país, y nota que nuestro símbolo distintivo y más puro como es la Bandera, no se le tiene el debido respeto que merece.Parece como si a las nuevas generaciones no se les explica el valor que ésta encierra. No se le ha enseñado el sacrificio de nuestros héroes para darle a República Dominicana su distinción entre las naciones del mundo.
Si esa irreverencia da pena, que se nota en todo el territorio nacional, más dolor y angustia produce, su exhibición en los edificios públicos incluyendo recintos militares y oficiales. ¡Descolorida!, ¡Desgarrada, ¡Sin la textura adecuada y en ocasiones hasta mal inhestada.El otro día me detuve a ver la bandera que muestra el “Edificio Gubernamental Don Antonio Guzmán” de Santiago (Guacalito) frente a la Avenida Estrella Sadhalá, debajo del elevado, donde se desplazan la mayor cantidad de vehículos que salen y entran a Santiago, donde incluimos los turistas. Da la impresión, que ningunos de los que lo visitan ya sea en calidad de empleados o adquirientes de servicios, como ningunas de las instituciones que están en dicho edificio, no se sienten identificados como dominicanos. ¡Pues nuestra bandera se ve pálida, roída, sin un escudo que la distinga, su rojo, azul y blanco, más que tricolor es berrenda! También se observa al lado de esta, una “Bandera Municipal”. Al parecer a nuestra sindicatura, no le han informado de tan estrafalaria “insignia municipal”. Las dos juntas: ¡Muestran un deprimente espectáculo! ¡Adornadas por el desgaste, la suciedad y el abandono!.
Esta actitud de ¡no mostrar banderas limpias, con sus colores relucientes, dista de mucho de la expresión: “!Qué linda en el tope estás Dominicana Bandera, más arriba, mucho más! ¡Qué va! ¡Parece como si la quisiéramos tener más abajo, mucho más! Así como están la mayoría de las cosas en mi país.
¡Qué mal ejemplo les estamos dando a las futuras generaciones! ¡Por Dios, si el Gobierno Central, “no tiene” con qué cambiar esos “telajes” salgan a pedir, por las calles para que nuestros símbolos patrios se luzcan con orgullo!
¡Mostremos al mundo que somos una nación! ¡Mostremos al mundo que tenemos dignidad! ¡Mostremos al mundo, que por lo menos somos libres!.¡Merecemos un mejor país!
¡Luchemos por banderas limpias, escudos visibles, para que nuestra nacionalidad no muera!
¡Nosotros damos la voz de alarma con las palabras escritas en nuestra columna! ¡Continúe usted poniendo su granito de arena! Para evitar irrespeto.
¡Qué siga firme, bella, y limpia nuestro símbolo tricolor en instituciones públicas y privadas! La Biblia abierta en medio de ella, con la expresión: “Conoceréis la verdad, y la verdad, os hará libre”, y para evitar el olvido de las nuevas y futuras generaciones a nuestra Bandera, que su escudo muestre con claridad y orgullo: ¡Dios, Patria, y Libertad!
El autor es médico
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