Manuel A. Vega
LA ROMANA.- La rebelión realizada por internos en la cárcel pública Santa Rosa de Lima en La Romana, ayer viernes, donde murió de un tiro al pecho el recluso, Amaury Inirio, 21 años y resultaron heridas otras cinco personas, incluyendo a dos bomberos, se produjo por el control en la venta de drogas que se estaría realizando ante las miradas indiferentes de las autoridades del penal.


El cadáver del muerto y de los reclusos heridos fueron llevados al hospital Francisco Gonzalvo, donde fueron atendidos, entre ellos los miembros de los bomberos que fueron apedreados por los reclusos para que no intervinieran.

Unas 81 mujeres que ocupan el segundo nivel del centro penitenciario Santa Rosa de Lima, al ver las llamas y la humareda comenzaron a gritar desesperadamente, pidiendo a las autoridades que no la dejaran morir quemadas.
Roberto Obando Prestol, director de prisiones justificó la acción militar para restablecer el orden en e recinto militar, que está sobrepoblados de reclusos.
Aunque el director de prisiones quiso decir que el muerto fue producto de las rebatiñas entre los internos, las reclusas y demás reos gritaban “fue un guardia que lo mató, fue un guardia”.
En el motín fueron incendiados colchones, mesas y otros artículos, que los bomberos trataron de sofocar, pero fueron atacados a pedradas por los rebeldes reclusos, que buscaban prolongar el siniestro.
En la cárcel Santa Rosa de Lima hay más de 500 reos guardando prisión, recinto que fue construido para unos 160 internos.
En los ataques a los bomberos, los reclusos rompieron los cristales a uno de los camiones bomba.
Los tres reclusos resultaron heridos de bala cuando los custodias del penal trataron de controlar la situación haciendo disparos, mientras que los dos bomberos heridos fueron atacados a pedradas cuando sofocaban el fuego que provocaron los reclusos. Todos fueron llevados al hospital Francisco Gonzalvo.
El motín se habría originado por el descontento de un grupo de reclusos por el traslado a la cárcel de San Pedro de Macorís de Janson Fracois, llamado “El Probó” de ese penal, el cual supuestamente controla el negocio de las drogas.
Las autoridades policiales y judiciales ordenaron el traslado del recluso muerto al Instituto de Ciencias Forenses, en San Pedro de Macorís, para fines de necropsia.
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