Hato Mayor.-Directores, maestros y estudiantes de los centros educativos San Pablo Apóstol, en San Pedro de Macorís Oeste, y Profesor Guillermo Lizardo Eusebio (Vicentillo), de El Seibo, dieron ayer testimonio del impacto positivo que ha tenido en ambos casos la implementación del Programa Piloto de Jornada Extendida de 8:00 de la mañana a 4:00 de la tarde, que puso en marcha con el inicio del año escolar el Ministerio de Educación.
Ellos forman parte de las 21 escuelas en que tiene cabida esta dinámica que beneficia a ocho mil 629 estudiantes, logrando un modelo de desarrollo integral en la población escolar.
Han aprendido a optimizar el tiempo, a mejorar en términos de la calidad de la enseñanza y las relaciones entre sí, al tiempo de adoptar otras disciplinas extracurriculares, como la enseñanza de otros idiomas, clases de manualidades y música, aparte de economizar recursos a las familias de los estudiantes.
Durante un recorrido de los medios de comunicación auspiciado por el Ministerio de Educación, Jacinto Nolasco y Aníbal Julio Peguero, directores de ambos planteles, respectivamente, coincidieron en que ha sido una experiencia “riquísima e importante” por la efectividad y aprovechamiento del tiempo de aprendizaje.
“Nos hemos sentido muy bien, trabajamos más de cerca con los niños, especialmente con aquellos que tienen alguna dificultad, y en la tarde realizamos algunos talleres.
Yo trabajaba dos tandas y tenía que trasladarme al mediodía corriendo a otro centro y a veces no me daba tiempo a comer y en la noche tenía que ir a preparar clases”, comentó Rosi Teresa Juan, quien imparte el cuarto grado de básica en la San Pablo Apóstol, y lleva 15 años en el magisterio.
Ella, al igual que los demás maestros, antes percibía RD$14 mil pesos por tanda y ahora hace una que le duplicó el sueldo a 28 mil , permitiéndole ofrecer mejor calidad en la enseñanza y tener calidad de vida.
Niños satisfechos
Dafne Mariela Vélez Pérez, de 11 años, del quinto grado, dijo que antes tenía que ir a una escuela por la tarde a estudiar inglés, ahora lo recibe en el mismo centro. Se quedaba con su hermana y las demás en horas libres y no hacía manualidades y pintura como ahora.
Alcance
El primer centro cuenta con 634 estudiantes, 371 de estos del nivel básico, que se benefician con la jornada extendida, mientras que el otro plantel tiene 230 estudiantes matriculados, con 16 y 14 maestros, respectivamente.
En los dos planteles faltan varios docentes por ser nombrados.
Los alumnos reciben dos meriendas por día, la primera en la mañana, leche, pan y bizcocho; en la tarde galletas, jugo, bizcocho u otro aperitivo, mientras que el almuerzo varía. Un día les toca moro con sardina Paco Fish, como ayer, arroz con maíz, harina, coditos y otras ofertas.
Estos alimentos son preparados por las madres de los estudiantes, de forma voluntaria.
Necesidades por superar
Pese a la mejoría que registran estos centros que exhiben una estructura adecuada, faltan profesores por ser nombrados y equipos tecnológicos.
En el Guillermo Lizardo Eusebio no cuentan con un comedor, lo que obliga a los estudiantes a almorzar en las aulas.
Tienen la disyuntiva de que los profesores se tienen que trasladar a 17 kilómetros y no cuentan con transporte, a lo que se agrega el mal estado de la carretera. Pertenecen a El Seybo en término territorial y en la parte educativa a Hato Mayor, lo que les genera dificultad a la hora de reclamos.
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