POR MARIANA RAMÍREZ MAC-LEAN
SAN PEDRO DE MACORIS.- Durante más de un siglo, operó en torno a la caña de azúcar. Desmantelada en 2006, de esta hacienda de San Pedro de Macorís solo queda en pie un esqueleto de cemento y hierro. Hoy, esas ruinas se levantan como la opción para sacar adelante la región Este. Es el ex Ingenio Consuelo, que abre sus puertas a la educación.
Jhonny Vásquez es un moreno de piel curtida. Ha seguido de cerca el recorrido de una comitiva que se pasea entre las altas estructuras de hierro que él conoce bien. Hace ya varios años, trabajó en este lugar como técnico del Ingenio. Ahora quiere conocer el proyecto que la Fundación Pringamosa (Fundaprin) gestiona para transformar las reliquias del lugar en un centro de capacitación y producción metalmecánica.
"No por mí, sino por mis hijos", explica Vásquez. "Este proyecto es muy importante porque así los jóvenes se mantienen alejados de los vicios", dice mientras observa al grupo de impulsores del cambio: la Agencia Brasileña de Cooperación (ABC), agentes del Estado dominicano, y diversas asociaciones de privados que representan a la comunidad.
"No por mí, sino por mis hijos", explica Vásquez. "Este proyecto es muy importante porque así los jóvenes se mantienen alejados de los vicios", dice mientras observa al grupo de impulsores del cambio: la Agencia Brasileña de Cooperación (ABC), agentes del Estado dominicano, y diversas asociaciones de privados que representan a la comunidad.
De qué se trata
Hace un año, la Fundación Pringamosa decidió convertir el desmantelado Ingenio en un centro de capacitación y producción. Con una infraestructura precaria se establecieron los talleres que funcionan hoy en las instalaciones de ventanas desdentadas, después que el Consejo Estatal del Azúcar (CEA) se las entregara.
El paso siguiente fue la búsqueda de fondos para desarrollar plenamente el proyecto. Es ahí donde aparece la Agencia Brasileña de Cooperación, que ya financia 12 proyectos en el país y que para fines de este año estaría apoyando 10 más. Entre ellos, el del ahora renombrado Centro de Producción y Capacitación Consuelo (CPC-Consuelo).
"Ellos [los de la ABC] están en la primera etapa, reconociendo las áreas en que van a ayudarnos", explica Máximo Mercedes, el director técnico de la Fundación y el proyecto. Lo que se requiere para una plena rehabilitación es "impulsar los métodos de trabajo en el taller, formar personal y reacondicionar el área física".
¿Y qué gana la Agencia Brasileña de Cooperación? En palabras de Marco Farani, el ministro de Cooperación Internacional de Brasil que lidera la comitiva, "solo la satisfacción de poder ayudar a una comunidad como esta". En otras palabras: relaciones bilaterales.
Hace un año, la Fundación Pringamosa decidió convertir el desmantelado Ingenio en un centro de capacitación y producción. Con una infraestructura precaria se establecieron los talleres que funcionan hoy en las instalaciones de ventanas desdentadas, después que el Consejo Estatal del Azúcar (CEA) se las entregara.
El paso siguiente fue la búsqueda de fondos para desarrollar plenamente el proyecto. Es ahí donde aparece la Agencia Brasileña de Cooperación, que ya financia 12 proyectos en el país y que para fines de este año estaría apoyando 10 más. Entre ellos, el del ahora renombrado Centro de Producción y Capacitación Consuelo (CPC-Consuelo).
"Ellos [los de la ABC] están en la primera etapa, reconociendo las áreas en que van a ayudarnos", explica Máximo Mercedes, el director técnico de la Fundación y el proyecto. Lo que se requiere para una plena rehabilitación es "impulsar los métodos de trabajo en el taller, formar personal y reacondicionar el área física".
¿Y qué gana la Agencia Brasileña de Cooperación? En palabras de Marco Farani, el ministro de Cooperación Internacional de Brasil que lidera la comitiva, "solo la satisfacción de poder ayudar a una comunidad como esta". En otras palabras: relaciones bilaterales.
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Los frutos
"Los proyectos se levantan en virtud de las necesidades que refleja la comunidad", explica Héctor Dionisio Pérez, embajador dominicano en Brasil. Entonces la agencia las analiza y busca a los especialistas que puedan suplirlas.
¿Y qué necesita la región? "La comunidad del Este tiene un 67% de la población en la línea extrema de pobreza. Este proyecto cambiaría el perfil de la gente que no tiene posibilidad, porque no tiene acceso a la educación, a integrarse al medio productivo", dice Antonio Giraldez, presidente de Fundaprin.
"Lo primero es que tenemos que suplir ese déficit técnico que tenemos en la región Este. No hay técnicos en ningún arte de metalmecánica, ni tecnología de artes técnicas, entonces la idea es empezar a proveer técnicos", explica. Con una tasa de desocupación que alcanza el 13.9% en la zona, se combatiría otro mal: "Esto va a integrar a mucha juventud que no hace nada, a un medio de producción digno. Es un proyecto que apunta a toda la población, de cualquier sexo y edad. Incluso ahora mismo tenemos un programa de capacitación de niños en extrema pobreza, que estamos rescatando y educando con idiomas básicos, ingles y francés, y eventualmente vamos a montar aquí mismo un centro de computadores para ellos".
Francisco Antonio (25 años) es uno de los jóvenes entusiasmado con el proyecto. Colaborador activo del mismo, cuenta que está interesado en capacitarse en el área de metalmecánica. "Creo que es el trabajo que va a ser la carrera del futuro", dice. Ya ha tomado algunos cursos que los mismos técnicos que trabajaron en el ex Ingenio han dado, y espera que pronto las 100 tareas donde se levantan las malogradas instalaciones, sean un espacio que acoja a muchas más personas de la comunidad.}
Los frutos
"Los proyectos se levantan en virtud de las necesidades que refleja la comunidad", explica Héctor Dionisio Pérez, embajador dominicano en Brasil. Entonces la agencia las analiza y busca a los especialistas que puedan suplirlas.
¿Y qué necesita la región? "La comunidad del Este tiene un 67% de la población en la línea extrema de pobreza. Este proyecto cambiaría el perfil de la gente que no tiene posibilidad, porque no tiene acceso a la educación, a integrarse al medio productivo", dice Antonio Giraldez, presidente de Fundaprin.
"Lo primero es que tenemos que suplir ese déficit técnico que tenemos en la región Este. No hay técnicos en ningún arte de metalmecánica, ni tecnología de artes técnicas, entonces la idea es empezar a proveer técnicos", explica. Con una tasa de desocupación que alcanza el 13.9% en la zona, se combatiría otro mal: "Esto va a integrar a mucha juventud que no hace nada, a un medio de producción digno. Es un proyecto que apunta a toda la población, de cualquier sexo y edad. Incluso ahora mismo tenemos un programa de capacitación de niños en extrema pobreza, que estamos rescatando y educando con idiomas básicos, ingles y francés, y eventualmente vamos a montar aquí mismo un centro de computadores para ellos".
Francisco Antonio (25 años) es uno de los jóvenes entusiasmado con el proyecto. Colaborador activo del mismo, cuenta que está interesado en capacitarse en el área de metalmecánica. "Creo que es el trabajo que va a ser la carrera del futuro", dice. Ya ha tomado algunos cursos que los mismos técnicos que trabajaron en el ex Ingenio han dado, y espera que pronto las 100 tareas donde se levantan las malogradas instalaciones, sean un espacio que acoja a muchas más personas de la comunidad.}
Qué ha sido aprobado
-La visita de un técnico que rehabilitará los equipos del taller, obtendrá los repuestos necesarios y elaborará el plan de desarrollo.
-Envío de personal técnico para su capacitación en Brasil, así como una persona para su entrenamiento en la gerencia de fundaciones.
-Reparación de la planta física de las naves de los talleres y oficinas.
Una sala digital completa para la enseñanza de informática.
-Transferencia de conocimientos en reconstrucción de motores de combustión interna y sistemas de inyección de combustibles.
-Centro de emprendedurismo para mujeres, incluyendo un taller equipado para la enseñanza y la confección de textiles.
-La visita de un técnico que rehabilitará los equipos del taller, obtendrá los repuestos necesarios y elaborará el plan de desarrollo.
-Envío de personal técnico para su capacitación en Brasil, así como una persona para su entrenamiento en la gerencia de fundaciones.
-Reparación de la planta física de las naves de los talleres y oficinas.
Una sala digital completa para la enseñanza de informática.
-Transferencia de conocimientos en reconstrucción de motores de combustión interna y sistemas de inyección de combustibles.
-Centro de emprendedurismo para mujeres, incluyendo un taller equipado para la enseñanza y la confección de textiles.
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