Aquí se observa la entrada de la cuerva debajo de El Salto |
Manuel Antonio Vega
El agua es fria pese a tener pocos árboles en su nacimiento |
EL SEIBO.- Desconocido por la
casi generalidad de los seibanos y oculto entre dos campos de caña, propiedad
del Central Romana, en el batey La Higuera, a seis kilómetros al Este de El
Seibo, se localiza cascada La Higuera o salto La Cueva, un escondite que aportó
la naturaleza para el disfrute de la gente.
Rodeado de gigantes árboles de jabillas,
este salto tiene la particularidad, que al extremo sur de la caída de agua, se
puede observar, con dedos de estalactitas colgando, la puerta a una pequeña
cueva, que al parecer llegó a ser refugio de indígenas a la llegada de los colonizadores
en el siglo XV.
Otra de la cosa a resaltar y que
puede servir para promover este recurso hídrico, es que al sur del balneario, a
unos 13 metros, hay una línea ferroviaria, para transportar la caña en
locomotora del Central Romana, que al cruzar, el sonido echa a correr los peces
de la charca que se formó con la caída de agua.
Abundan los peces, jaibas y camorones |
La razón de ser poco visitado y
que ha servido para su protección, es que está en medio de una colonia de caña
del emporio azucarero y la gente de la comunidad de La Higuera y los pobladores
de El Seibo, respetan a esta compañía, que en sus campos tienen vigías y guardas
campestres, para cuidar sus propiedades.
Sus aguas, sustentadas en rocas y
tierra caliche tiene una tonalidad azul claro, que se combina con el verde de
la caña que lo rodea.
Las aguas del salto provienen de
la empinada montaña del Cruce Pavón, sección Santa Lucía, pero en su trayecto
la misma se desliza a cielo abierto y solo se ven árboles en las inmediaciones
del salto.
Sería bueno que el Ministerio de
Medio Ambiente y Recursos Naturales tome la iniciativa de reforestar las
cuencas y riachuelos que le entran al río La Higuera, como forma de proteger
las aguas y fauna del lugar.
La escasez de árboles han ido
diezmando la producción de agua en esta zona, pero salto La Higuera puede
prolongar su vida si se toman las iniciativas gubernamentales o la propia
empresa Central Romana para plantar árboles, que ayuden a proteger este recurso
hídrico, único en la región Este y donde
es un encanto estar.
Aunque sus aguas corren a cielo
abierto, por no tener árboles, el agua del salto es fría a cualquier hora del
día.
A la charca le entra agua de otro
riachuelo por el ala norte, lo que hace más rica la estadía en el lugar.
CRUSTACEO Y PECES
Las rocas y riberas del río La
Higuera, un afluente del río Soco, en El Seibo, están preñadas de jaibas y
camarones.
La gran cantidad de huecos y flote de tierras en sus riberas indican
la presencia masiva del crustáceo.
En sus aguas se capturan
guabinas, tilapias y anguilas.
OTROS SALTOS
Por su formación rocosa y por
tener la buena suerte de cruzar por esta provincia de montañas, la Cordillera
Oriental, El Seibo goza el privilegio de contar con 10 saltos de agua
explorable y otros aun no conocido por la comunidad.
Se destaca salto La Jalda,
localizado entre Miches y Sabana de la Mar, el más alto del Caribe, con unos
120 metros de caída de agua; El Cocuyo en el distrito municipal de Pedro
Sánchez, con 35 metros de altura, saliendo sus aguas del medio de una montaña.
Asimismo en El Seibo se aprecian
los saltos “Los Prietos” en Arroyo Grande; Los Marrones en río Los Marrones; La
Rosa en el Cuey y salto Limón en Miches, cuyas aguas alimentan a Laguna Limón;
salto El Jobo y el Yabón en Vicentillo, entre otras riquezas naturales.
CUEVAS
Cavernas que se destacan En Seibo
son Doña Ana, en el distrito municipal San Francisco-Vicentillo, La Chiva en el
distrito municipal Pedro Sánchez y las cuevas Jonduná y El Zumbío en el paraje
El Grumo, donde abundan los murciélagos y nacen ríos en su interior.
Estas cavernas en su mayoría
están rodeadas de árboles centenarios de Caoba, Roble, Ceiba, Cabirma, Capá,
Anón, Grayumo, Anacahuita y Palma Real.
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