Doña Lila, San Pedro de Macorís.- La comunidad bateyera conocida como
Doña Lila, en el municipio Consuelo, a 20 kilómetros al norte de San Pedro de
Macorís, poco a poco se va alejando de la miseria, para convertirse en una
comunidad de progreso, gracias a la Agencia de los Estados Unidos para el
Desarrollo Internacional (USAID), que desde 1910 viene ejecutando proyectos
comunitarios en bateyes de San Pedro de Macorís.
Las últimas acciones de la USAID ha llegado a través de la Fundación
Mujeres en Desarrollo (MUDE) y Save The
Children, que han construido un centro comunal, una escuela para la enseñanza del nivel inicial, un mini
acueducto, mejoramiento y ampliación de
las viviendas y tres mini parque para el recreo de su gente.
Las obras gestionadas por la Junta de Vecinos del batey, que dirige
Maribel Pardilla, han venido a resolver múltiples problemas de educación,
salud, agua potable y bienestar social.
Además la USAID aportó recursos para la construcción en concreto de los
pasillos que van de una vivienda a otra, evitando que sus más de 160 habitantes
no tengan que pisar el lodo en época de lluvia.
El centro para la enseñanza escolar, además de que es de concreto y
sirve de refugio, le fue instalado un área de recreo con tobogán y columpios.
El centro comunal, construido a unos 40 metros de la escuela tiene una
capacidad para unas 100 personas sentadas.
Al batey le fue instalada la energía eléctrica con 24 horas de luz
permanente.
La Lila es un batey que inició a poblarse hacia 1975 y tiene un solo
colmado, que administra el anciano de 99 años, Agustín Pardilla y como micro
empresa opera la panadería de Andrés Coffi, un nacional haitiano que se asentó
en el batey en 1985.
El horno de Coffi opera al borde del cañaveral más cercano y a su
pequeño negocio va toda la comunidad a comprar pan, coconete, mabí y dulce.
El artesanal horno en ladrillo, block y cemento, fue construido por una
pareja de esposo Estadounidense en el 2010 y que ahora la comunidad recuerda con añoranza.
Maribel Pardilla, presidenta de la Junta de Vecinos del batey, dice que
la comunidad está agradecida por los significativos aportes que ha hecho a esa
comunidad la USAID, a través de MUDE y
Children.
Doña Lila, es un batey que debe su nombre a
Lila Vicini, hija de Juan Vicini, quien ponía sus heredades o predios a nombre
de hijos y familiares, a quien quería o guardaba estima.
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