Manuel
Antonio Vega
Vicentillo,
El Seibo.- Aunque no ha llegado la estación de Primavera, los jardines
naturales de Amapolo, en el distrito municipal de San Francisco-Vicentillo, en
El Seibo, son un verdadero espectáculo de la naturaleza, que sirven de paragua a las empinadas montañas, plantaciones de cacao y valles, agradando a turistas.
Haciendo
simetría ante los ojos humanos, este hermoso árbol de más de 14 metros de altura, hace creer que se está en
un parque de recreo o en un jardín botánico.
Existe
la creencia en Vicentillo de que las féminas no deben pisar la flor cuando caen
al suelo, porque despierta el apetito sexual, por los poderes afrodisíacos que
se le atribuyen al árbol.
Sus
hojas impirinadas hacen perder la vista en la lejanía, quitándole la vista a
las demás poblaciones de árboles que hay en la zona.
El
intenso color rojo de sus rosas, al ser tocada por los vientos alisios que son
más intensos por las montañas de la cordillera Oriental, se hacen inflorescente.
Desde
las alturas de la carretera Vicentillo-Yabón los árboles parecen racimos
alineados y sombrillas de color rojo.
El
cultivo del amapolo se acentuó en Vicentillo después del ciclón Georges, cuyos
vientos pudieron transportar semillas que se incrustaron en la tierra con las
correntías de agua, haciendo de esta zona un verdadero jardín.
El
llamativo árbol es muy perceptivo al frío, por lo que su cultivo se restringe
solo a tierra pródigas, como al parecer lo es la de Vicentillo.
Las
alineaciones y su color rojo anaranjado, quitan la vistosidad a las
plantaciones de cacao y café que abundan en la zona.
Actualmente
los amapolo de Vicentillo están en la etapa de floración, por lo que su color
es más espectacular y atrayente al ojo humano.
Al
caminar por los campos, su exuberante sombra sirve de sombrilla roja al
visitantes y las demás especies de arbustos menores, especialmente sirve de
sombra a las plantaciones de cacao.
Mitos y creencias
Para
los turistas y nativos, el árbol está rodeado de creencias y mitos, que hacen
conocer más de la naturaleza y el poder atractivo del frondoso árbol
En Vicentillo, los productores de cacao, tienen la creencia de que las
adolescentes no deben pizar la flor de amapola, porque la misma le alienta el
apetito sexual.
Hay
quienes aseguran que muchos matrimonios se produjeron en el pasado reciente,
cuando niñas campesinas de 13 y 17 años pisaban la flor de amapola, que le
atribuyen poderes afrodisíacos.
Los Amapolo engalanan a Vicentillo, zona donde se visualiza la mayor plantaciones,
en medio de cacaotales, montañas y alambradas rurales.
Son
enormes jardines que se aprecian en las comunidades de La Pocilga y Yabón, en
cuyas zonas están los saltos de agua Yabón y El Jobo, dos espectáculo de la
naturaleza en El Seibo.
Los
paraguas rojo que forman los árboles son más llamativos a media montaña, donde
sobresalen a los verdes pastizales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario