Manuel Antonio Vega
El salto “El Yagrumo” es un rebote de agua que nace de una cueva, localizado a 54 kilómetros al norte de la provincia de El Seibo, en la zona de amortiguamiento del parque nacional Saltos de la Jalda y a 22 km de Hato Mayor, con una caída de agua con 18 metros de altura.
Es posiblemente la cascada más boscosa y de fácil acceso en El Seibo y la segunda más fría de la región Este.
El salto se forma por la caída del arroyo El Naranjo desde la alta meseta central del norte montañoso del parque Saltos la Jalda, donde los cuervos se escuchan cantar más que las palomas y el ruiseñor, aves milagrosas que alegran el agreste camino.
Las aguas están libre de contaminación, siendo utilizadas para el consumo por parceleros asentados en la zona de Juan Jiménez.
Cerca del lugar existen instalaciones de procesamientos de néctares de naranjas del Consorcio Citricola del Este, desde donde se hacen excursiones, para conocer este tesoro escondido de agua dulce y cristalina.
Adquiere el nombre por la voluminosa presencia de árboles de Yagrumo, al que los nativos le atribuyen sabiduría y ser anunciador de lluvia. Los campesinos creen que el yagrumo, frondoso árbol que rodea la cascada es un anunciador de agua y que por eso nunca se agota la chorrera del salto.
Al yagrumo, el viento fuerte les voltea las grandes hojas, que entonces muestran el envés de plata y de ahí la creencia campesina de que siempre llueve en la zona por la presencia de este enigmático árbol.
Para llegar a El Grayumo hay que pasar necesariamente por el bosque de aguacero que representan los árboles de esta especie, que al parecer crecieron después de una gran tala de árboles que se hizo para convertir el terreno donde se encuentra en parcelas agrícolas.
En todo su perímetro la vegetación es tupida y prácticamente impenetrable.
Cuando se está frente a la caída del agua, el visitante percibe que es vigilado, que alguien ronda el lugar, pero es que el jaleo del viento sobre las hojas de los yagrumos hace creer que alguien está caminando en acecho hacia el agua.
Al pie de la floresta columnada que deja entre los mástiles, amplios vanos para acceder a la charca, rodeada de negras y azules rocas, el goce y disfrute no tiene otro nombre que no sea el placer y la delicia de abrazar una naturaleza, escondida entre los grayumos. Aquí desde las rocas y dentro de la charca se puede contemplar más de las maravillas de fauna y flora terrestre, así como observar como las aves se arriman al follaje de los gigantes árboles que cubren el manantial de agua dulce y cristalina.
Cuando se pasa de las 4:00 de la tarde en el lugar se puede apreciar como la luz del sol va desapareciendo en medio de bosque. Cuando el agua abandona la charca se convierte en un algodón celeste recostado sobre las rocas, que al mirarla correr sobre el cauce parece una sábana blanca cubierta con un mosquitero bien tejido de árboles en las alturas del afluente.
Nace en una cueva
Cerca del salto está también la cueva Yagrumo, donde dejó el taíno huellas y hay vestigios de que allí se erigió un caserío y cultivó grandemente. Perdida entre bejucos y raíces de árboles, las paredes de la caverna te hacen pensar que allí se rufugiaron por mucho tiempo nuestros aborígenes.
Cerca del salto está también la cueva Yagrumo, donde dejó el taíno huellas y hay vestigios de que allí se erigió un caserío y cultivó grandemente. Perdida entre bejucos y raíces de árboles, las paredes de la caverna te hacen pensar que allí se rufugiaron por mucho tiempo nuestros aborígenes.
Por esta cueva cruza o nace el arroyo El Naranjo, en cuyo cauce está el salto El Yagrumo.
Espesamente vegetada, esta zona tiene similitud con el bosque húmedo de Los Haitises por su paisaje de cerros cónicos o puntuagudos. Es un recodo interno y deleitable.
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LA EXUBERANTE FLORA Y FAUNA DEL LUGAR
Aquí el vuelo matinal de los cuervos y cotorras es a cuello tendido, permitiendo que los nativos alcen la vista, para ver cómo las aves surcan el espacio sideral.
LA EXUBERANTE FLORA Y FAUNA DEL LUGAR
Aquí el vuelo matinal de los cuervos y cotorras es a cuello tendido, permitiendo que los nativos alcen la vista, para ver cómo las aves surcan el espacio sideral.
La zona es criadero de cigua palmera, ruiseñor, bobo, petiguere, carpintero, coli, paloma turquesa, carrao, coco y otras especies como helecho de sabana, hierba guinea y pajones.
Las aguas en los charcos del arroyo Naranjo, donde nace El Yagrumo, son alcaldías de peces, jaibas y camarones y su entono banderines de vuelo de aves que engalanan el bosque húmedo en la zona.
Los árboles de copey, cabilma, caoba, capá y amapolo hacen junto al Yagrumo una cama vegetal, un bosque excepcional para pernoctar o estaciarse por horas a contemplar la naturaleza.
El bosque que cubre salto El Yagrumo es circunscrito, cerrado, que permite una agradable temperatura, que atrapa al visitante.
Le aseguro que el que vaya a El Grayumo no volverá ver en ninguna otra parte de su patria, una vegetación tan copiosa y tan fría como esta.
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