fUENTE ELNUEVOGERAL
NTONIO MARIA DELGADO
ADELGADO@ELNUEVOHERALD.COM
El presidente encargado de Venezuela Nicolás Maduro y el candidato único de la oposición Henrique Capriles cerraron el jueves sus campañas presidenciales, ambos asegurando que emergerán victoriosos el domingo en la primera elección de la era post-Chávez.
Capriles, un abogado de 40 años que reúne a su alrededor a un conglomerado de partidos de oposición, enfrenta a un Maduro que se promociona a si mismo como el legítimo heredero de Hugo Chávez, en una contienda que podría definir si la Revolución Bolivariana emprendida por el mandatario logrará sobrevivir al fallecimiento de su arquitecto.
Según Capriles, ese no va a ser el caso.
“Yo estoy seguro de que el próximo lunes tenemos una nueva Venezuela”, manifestó el dirigente opositor desde Acarigua, estado Portuguesa. “Quiero juramentarme como Presidente de todos los venezolanos el 19 de abril”.
Pero Maduro tiene en su haber todo el aparato del Estado para tratar de capturar para sí todas las simpatías de los sectores de menos recursos, donde ha habitado el grueso del voto chavista.
“Lo dicen hasta las piedras que voy a ganar”, afirmó el mandatario encargado, quien viajó al estado occidental de Zulia para iniciar sus últimos actos de campaña.
“Aquí estoy, soy el hijo de Chávez, soy un hombre del pueblo, estoy listo para ser presidente […] los que quieran patria y los que quieran futuro vengan con Nicolás Maduro”, dijo este jueves el candidato oficialista antes de partir hacia Caracas, donde culminó su campaña con una gran concentración de sus simpatizantes.
Aunque la campaña oficial tuvo una duración de escasos 10 días, ambos candidatos comenzaron hace casi un mes sus actividades políticas, en las que dominaron los cruces de acusaciones y descalificaciones que intensificaron la temperatura política de Venezuela.
Pese a la ventaja que tiene en los sondeos el presidente encargado, la oposición se mantiene esperanzada en sus posibilidades de dar una sorpresa.
Los escasos sondeos han puesto a la cabeza de las preferencias a Maduro, quien ha utilizado la figura de Chávez para apuntalar su campaña, aunque en los últimos días un par de encuestas revelaron que se redujo su ventaja sobre Capriles, pronosticando que el resultado final podría estar muy estrecho.
Maduro y miembros del oficialismo pusieron sobre la mesa diversas teorías conspirativas, incluidos supuestos planes de la oposición para desconocer los resultados de los comicios y la presunta llegada de mercenarios salvadoreños para realizar actos de violencia, como un posible atentado contra el presidente encargado.
La oposición ha sostenido que los señalamientos del oficialismo sólo son parte de una campaña de rumores para generar miedo.
Maduro, quien es visto como el máximo representante del ala ortodoxa del chavismo, congregó a centenares de miles en un acto en la céntrica avenida Bolívar de Caracas y otras seis avenidas aledañas, en una concentración que pareció superar a la que Capriles realizó el domingo en el mismo lugar.
Sin embargo, voceros de la oposición dijeron que tal multitud sólo fue posible porque el gobierno, pese a ser un día laborable, cerró la mayoría de las oficinas públicas para llevar a empleados públicos y trajo en autobuses a miles de sus partidarios de distintas regiones del país.
“Estamos en presencia de un brutal uso de los bienes del Estado en la movilización de miles de personas de todo el país a Caracas. Aquí lo que cuenta es lo que pasará el domingo, cuando con votos se pondrá fin al abuso de poder”, dijo a la prensa el alcalde del municipio capitalino de Sucre, Carlos Ocariz.
En el evento de Maduro tenía previsto participar el exfutbolista argentino Diego Armando Maradona, un amigo cercano de Chávez que fue llamado por el gobierno para que hablara a favor del candidato bolivariano.
Capriles, quien compite por segunda vez por la presidencia tras perder por once puntos contra Chávez en octubre, cerró su campaña en Barquisimeto, estado Lara.
“El país necesita un cambio, ya esto no da para más. Yo no voy a eliminar nada que signifique un beneficio para nuestro pueblo, lo que sí voy a eliminar es la corrupción de este grupito de enchufados [oportunistas]. No soy la oposición, soy la solución”, dijo Capriles ante miles de seguidores en el estado Apure, poco antes de viajar hacia Barquisimeto.
La atípica campaña electoral, que abrió fuegos apenas murió el presidente el 5 de marzo, no dejó dudas de que la figura del fallecido líder y todo lo que representa serán decisivos el domingo: los venezolanos votarán por la continuidad o el cambio del régimen ultrapersonalizado que encabezó Chávez por 14 años.
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