Manuel Antonio Vega
EL SEIBO.- Silvestre Cayetano, 53 años de edad, siempre vivió de cultivar
la tierra, pero hace siete años que un mosquito de humedales le cambió la vida
para siempre, al dejarlo infectado con el parásito causante de la enfermedad
conocida como Elefantiasis, que ahora cada día que pasa le hace crecer sin
parar su brazo derecho, llegando a pesar más de 40 libras.
La enfermedad no lo ha amilanado, pero sostiene que su vida ya no es la
misma y pide ayuda para cambiar su estado de salud.
El caso de Silvestre es considerado como atípico, ya que generalmente esta
enfermedad ataca las extremidades inferiores y genitales, pero él fue afectado
en una de las extremidades superiores.
Confiesa que ha recorrido todos los pueblos del Este, buscando ayuda para
quitarse la mano pesada, que dice le ha limitado su vida a grado tal, que niños
y mujeres se atemorizan con su brazo, porque creen que es un monstruo.
“Este brazo grande ha marcado mi vida y aunque no me avergüenzo de lo
anormal de mi brazo, me preocupa porque soy un cuco e inflijo miedo en niños y
mujeres”, manifestó el afligido agricultor.
Silvestre lleva siete años con su brazo grande y va de pueblo en pueblo
buscando ayuda para enfrentar el quebranto.
Vive en una montaña del distrito municipal de Pedro Sánchez de El Seibo, en
una zahurda o choza que le prestó un cuñado para pernoctar la noche, porque el
día lo pasa caminando, buscando a alguien que pueda ayudarlo a “Quitarme esta
pesada cruz que cuelga en mi brazo”.
Pidió a cualquier ciudadano o funcionario de noble corazón que se conmueva
con su caso llamarlo al teléfono 809- 206-2532, para ver si puede salir del
calvario que vive sin poder trabajar ya el peso de su brazo, que no para de
crecer.
Teme que la enfermedad pueda cruzarsele a al otro brazos o las extremidades
inferiores y dejarlo paralítico. El brazo afectado se ha ido cubierto de
ampollas, que emanan un liquido grisaceo, que tienen que estar secando a
menudo, para evitar se asienten moscas, que puedan llevar otras bacterias.
Adquirió la enfermedad a finales del 2006 en los humedales de Juanillo en
Higüey, mientras laboraba construcción en los hoteles.
“A veces siento un dolor en el brazo que me obliga a revolcarme en el
suelo, pero ya los antibióticos no me surten efecto, por lo que debo soportar
el dolor hasta que ceda”, manifiesta.
Dijo tener la esperanza de que alguien del gobierno o una fundación puedan
socorrerlo para sanar su brazo y así poder hacer su vida normal, dedicada al
trabajo.
La estrechez económica ha agravado más su situación de salud, ya que
cuantos consigue tiene que distribuirlo entre los medicamentos y su
alimentación.
Aprovechó para llamar a hombres y mujeres a no estar en lugares fangosos,
para que no estén expuestos a la picada del mosquito causante de transmitir la
bacteria que causa la elefantiasis.
La enfermedad
La elefantiasis es un síndrome caracterizado por el aumento enorme de
algunas partes del cuerpo, especialmente de las extremidades inferiores y de
los órganos genitales externos.
Puede producirse por diversas enfermedades inflamatorias persistentes, y
muy especialmente por los parásitos de los países cálidos del grupo de la
filaria, con más de 253 millones de casos registrados hasta 2013.
Esta enfermedad se debe a la obstrucción de vasos linfáticos, y es por ello
que se dan como resultado inflamaciones severas y de parásitos sanguíneos como
las filarias (parásitos habitantes de los vasos linfáticos, de cavidades
corporales, corazón y otros lugares del cuerpo dependiendo de la especie).
El parásito causante de la enfermedad puede ser llevado al cuerpo por un
insectos en lugares humedos.
La elefantiasis se produce en presencia de gusanos microscópicos, parásitos
como Wuchereria bancrofti, Brugia malayi y timori, son todos ellos transmitidos
por los mosquitos
También causa malformación de huesos, la cual va deformando el cuerpo hasta
donde la deformación lo permita.
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