Una nueva historia de
abusos a menores conmociona a la sociedad china. El pasado ocho de mayo una
pequeña de once años de edad fue hallada con el cuerpo cubierto de cicatrices y
la boca cosida vagando por las calles de la ciudad de Shinchang, en la
provincia de Ghizhou, situada en el suroeste del país.
De acuerdo con el
testimonio de los vecinos, recogido por la cadena de televisión británica
SkyNews, la actitud de la pequeña Xiao Li —hablaba consigo misma y gritaba
ocasionalmente a los paseantes frases inconexas— llamó la atención de un
hombre, que responde al apodo de Mr. Fu. Fue él quién descubrió el lamentable
estado de la menor, que tenía el cuerpo repleto de cicatrices, la boca cosida
con sedal de pescar yhabía perdido gran parte del pelo por culpa de los
repetidos baños con agua hirviendo a los que había sido sometida.
Cuando Mr. Fu se
interesó por el origen de las cicatrices los vecinos le remitieron al padre, un
hombre llamado Yang. Fue entonces cuando éste llamó a la Policía, que arrestó a
Yang e ingresó a la niña en un hospital, donde permanece todavía.
Según declaró la abuela
Xiao Li en una entrevista, sus padres abandonaron el hogar poco después de que
naciera, cuando emigraron para buscar trabajo en otras partes de China. Durante
los primeros cinco años de su vida la niña permaneció con sus abuelos, pero
entonces su padre regresó.
A partir de ese momento
se sucedieron los abusos, que eran conocidos por los propios abuelos, los
cuales eran incapaces de impedirlos. «También abusó de mi», añadió la abuela.
«A veces nos pegaba a las dos juntas con un látigo».
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