Hato Mayor.- El senador Rubén Darío Cruz (Rubén
Toyota), consideró como la “antesala del infierno” al hospital de Hato Mayor,
por el avanzado estado de deterioro que presenta, la falta de médicos y
enfermeras y pidió sea declarado en estado de Emergencia.
Al hablar en una asamblea de
médicos, celebrada en el centro estatal de salud, el congresista, advirtió que
sino se pone atención a tiempo a los problemas del centro, el lugar puede ser
arropados por bacterias, que pudieran cobrar vidas humanas.
El hospital de Hato Mayor está
siendo afectados por profusas grietas y filtraciones en los techos, la falta de
agua,a baños en buen estado, medicamentos, médicos especialistas y enfermeras.
Para el diputado José Alberto
Vásquez, quien también participó de la asamblea, resulta inaceptable que el
centro de salud siga operando en medio de las precariedades y charcos de agua,
que filtran por paredes y techos.
“Amerita que el ministerio de Salud
Pública declare en estado de emergencia el hospital Leopoldo Martínez, porque aquí
no existen las condiciones para impartir salud”, dijo Rubén Toyota.
Cuando llueve escampa fuera y llueve
adentro, ya que el agua que filtran los techos le caen sobre las camas a los
pacientes.
En la sala de parto, pos parto y de
cirugía las filtraciones son más patéticas, teniendo los facultativos que
detener las intervenciones, para evitar los pacientes adquieran bacterias.
La pintura del techo se ha machado
con la humedad, dando un aspecto de ruina al centro hospitalario estatal.
Para la reparación y ampliación del
centro se han hecho dos presupuesto, iniciando los trabajos, pero luego son
paralizados de manera repentina y sin darle explicaciones ni a las autoridades
del centro.
La estrechez en algunas áreas, como
por ejemplo la de emergencia es tan marcada, que dos médicos no pueden estar
juntos atendiendo a los pacientes, mientras que la morgue es un chiquero.
Por el frente del centro cruza un
canal de agua, que se ha convertido en un verdadero criaderos de plagas de insectos
como mosquitos, cucarachas y ratones, que finalmente van a parar a las salas de
internamientos y la cocina.
Sólo 20 enfermeras prestan servicio
para una población que supera los 101 mil habitantes.
Hacen falta médicos especialista,
como ortopedas, cirujano, gastroenterologos, internistas, anestesistas, cardiógrafos y otros, para evitar los pacientes tengan que ser referidos a otros
centros especializados de salud de la región Este o Santo Domingo.
Hay camas que datan de 1979 cuando
fue inaugurado el centro de salud, que hoy está en estado deplorable.
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