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| Moderno parque Mercedes de la Rocha en Hato Mayor |
HISTORIA
Manuel Antonio Vega
Horacio Vásquez fue presidente en
tres ocasiones de la República Dominicana, siendo derrocado en 1899 y 1002,
pero asumió el solio presidencial en 1924 hasta 1930, definiéndose como un
gobernante respetuoso de las libertades civiles y haciendo un gobierno de
prosperidad económica.
Su último período fue evaluado en la
historia como el de mayor progreso.
Es en ese escenario que llega la
prosperidad al pueblo de Hato Mayor, llegando a circular las papeletas en
cantidades extraodinarias. La gente asistía a todas las fiestas a derrochar
dinero en bebidas y a exhibir finas ropas.
Las armas que habían sido usadas en
combates contra el Yanqui Invasor, fueron abandonadas y en cambio, se tomaron
las azadas y otras herramientas de trabajo agrícola.
Las guerras de los partidos
políticos de principios de siglo XX desaparecieron y en cambio, el cacao, el
café y otros productos de exportación subieron de precio en el mercado
internacional, permitiendo la circulación de mucho dinero. En 1929 hubo una
depresión económica mundial, que
debilitó el país, pero no afectó la abundancia agrícola de Hato Mayor.
El historiador Manuel Antonio Sosa
Jiménez (Boby), en su libro “Hato Mayor del Rey, el capítulo 78, pagina 401
dice que el dinamismo municipal creció tanto que el cabildo local emitió unas 28 resoluciones, donde se resalta la
bonanza y acordes con el dinamismo del período.
De esa resoluciones se resaltan la
colocación de impuesto al consumo del cigarros, alcoholes, la venta de
gasolina, placas de vehículos como carretas, carretillas. Coches, carros de
refrescos, cobro por matanza de animales y otras.
También se vio como un éxito la
prohibición a bañarse de desnudo en las aguas de los ríos Maguá y Cibao; se
vendieron unos 100 solares, cuyos recursos se utilizaron en la construcción de
aceras y contenes, así como aperturas de calles.
Se construyó un área de parqueo de vehículos
en 1925 detrás de la iglesia Las Mercedes; se obligaba a pintar las casas y
desyerbar los frentes.
Durante el último gobierno de
Horacio Vásquez era obligatorio que estuviera presente la autoridad policial
para la matanza de animales, destinado al consumo humano.
El primer carro fúnebre llegó a Hato
Mayor el 12 de abril de 1928, adquirido por el Ayuntamiento Constitucional,
como antiguamente se denominaban los cabildos. Costó 600 pesos y se le compró a
Manuel de León.
Aunque se veía como un progreso de
la ciudad, el coche “feo destartalado, usado por muchos años en San Pedro de
Macorís, provocaba el ataque de nervios entre deudos del difunto, que no lo
habían visto antes. Era de color negro y estaba tapizado y encortinado. La gente
le puse el nombre de “catafalco” y era conducido por Vale Víctor Alfonseca,
abuelo del fiscal Manuel Emilio Santana Montero.
Durante el gobierno de Horacio
Vásquez aumentó el número de personal en el cabildo local e igualmente los salarios
de los empleados municipales.
Se inauguraron las carreteras Hato
Mayor-San Pedro de Macorís, Hato Mayor-El Seibo e iniciada la Hato Mayor-El
Valle; Se construyó el matadero municipal en el 1925, el cual operó en la calle
Duarte con 30 de Mayo, el cual fue demolido en 1961, para afianzar el ornado en
el sector Puerto Rico.
El cabildo local logró un superávit de
17 mil 500 pesos, el cual fue tomado prestado por el gobierno central para
ayudar a otros cabildos en apuros económicos, incluyendo el de El Seibo
En 1928 Hato Mayor estreno un
moderno mercado, el cual operó donde hoy está Castillo del Mueble entre la
calle Manuel de Jesús Silverio, Quintino
Peguero y la Mella.
El gobierno instaló la Estación de
Monta y Remonta de animales de fina raza, con sementales vacunos, mular y
caballar, aves de corral, el cual operó con categoría regional. También se
construyó la Superintendencia de Obras Públicas, que funciono donde hoy está el
edificio de Oficinas Públicas.
En navidad de 1925 llegó la primera vitrola, aparato receptor de ondas
hertzianas, estrenado por Antonio Carbucia Andrade.
Otras adelantos fueron marcando el progreso de Hato Mayor, hasta que en 1930 es derrocado Haracio Vásquez y llega el sátrapa, Rafael Leonidas Trujillo, que dejó negros episodios en la vida hatera
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