Movido por la fama del dulce de caña allí llegan cada semana decenas de turistas nacionales y extranjeros interesados en conocer cómo se realiza el proceso artesanal del guarapo.
Ahora, con moderna cobija gracias al Ministerio de Turismo, Trapiche El Coco, ubicado en el paraje El Coco del distrito municipal Mata Palacio, una comunidad rodeada de pobreza y carente de servicios indispensables, se ha convertido en el escudo de la economía de la zona y en una atracción importante de la provincia ecoturística dominicana.
Es la única industria artesanal que se conoce en la comunidad de El Coco. Opera como una microempresa de patrimonio familiar.
El Trapiche El Coco es una pequeña y rudimentaria estructura. Allí se produce el guarapo (jugo de la caña), que luego mezclado con fárfaras de naranja (parte blanca que separa la piel y el jugo) y se coloca en una caldera a fuego lento para que tras el proceso se convierta en lo que se conoce como melao.
El melao tiene diversos usos. Para la fabricación de dulce de naranja, “melcocha”, caramelo, “masita” y dulce de naranja en almíbar, que es buscado por negociantes y productores de importantes ciudades costeras de la región Este y del mercado de Santo Domingo.
Aunque en el pasado existieron otros trapiches en Hato Mayor y en el Este, el de El Coco es el único que ha prevalecido en el tiempo.
La estructura del viejo trapiche está confeccionada con tres rolos o masas, que es por donde pasan la caña y al triturarse o molerse va dejando caer el guarapo, que consumido al natural da una sensación al paladar del sabor similar a un jugo procesado.
La madera utilizada en el proceso es de algarrobo, que a juicio de Nazario Reyes Cueto, descendiente de Don Nazario Reyes, fundador del trapiche de El Coco, ya fallecido, es la madera más resistente para el estiramiento de los bueyes.
Reyes Cueto es un trapichero nato. Esta tarea la inició desde que tenía seis años de edad, ayudando a pasar la caña a la máquina de madera.
Explica que cuando se le introduce poca caña a la masa, los bueyes solo tienen que dar una sola vuelta, que se establece en un espacio de cinco metros cuadrados.
Visitas
Cientos de turistas desfilan por el lugar con el interés de probar el guarapo y observar y obtener detalles de la maestría de dos bueyes utilizados para girar la máquina artesanal alrededor de la pequeña caseta, mientras el líquido cae a un envase.
El artesanal ingenio funciona desde hace 45 años. Don Nazario Reyes (padre) llegó a utilizarlo para fabricar alcohol crudo, conocido como “triculí”, que a principios del siglo XX pasado y durante la intervención norteamericana de 1916, era consumido por los “Gavilleros”, para prender el espíritu de lucha contra los norteamericanos. Es un ingenio sin chimenea, solo movido por la fuerza bruta de los bueyes, que en su movimiento van dejando que caiga el néctar de la caña y elevando el entusiasmo de quienes lo manejan, y de quienes disfrutan del espectáculo, aprovechado para el turismo sostenible en Hato Mayor.
La caña utilizada en el trapiche es producida en 40 tareas, propiedad de la familia Reyes Cueto, en El Coco.
La tradicional molienda engalana a la comunidad, a la que semanalmente llegan turistas, disfrutan del guarapo y del dulce (melao) procesado a alta temperatura en calderas.
La familia Reyes Cueto generalmente inicia esa labor desde marzo, la cual se extiende hasta diciembre.
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