HATO MAYOR.- La
proliferación de pocilgas para la crianzas de cerdos está indignando a los
habitantes de El Seibo, que ven como miles de animales se crían en barrios y
riberas de los ríos Soco y Seibo, sin que las autoridades sanitarias y Medio
Ambiente intervengan para detener el alto grado de contaminación que afecta a
la ciudad más vieja del Este del país.
En El Seibo al cerdos
a pipá en los barrios Ginandiana, El Hospital, Villa Guerrero, creando malos
olores y la emanación de metano.
Fermín Tineo, vice
ministro y director de al Comisión Sónica del Ministerio de Interior y Policía,
quien dictó una charla sobre la contaminación sónica y ambiental en El Seibo,
dijo que las autoridades de Medio Ambiente, Salud Pública, el cabildo, la fiscalía
y la policía debe coordinar para sacar o desterrar la crianza de cerdos en el
casco urbano de esta ciudad.
“Hay una proliferación
de pocilgas que debes estar apartado de la ciudad, los animales es para estar
pastando y criando en pocilgas en las zonas rurales, no en el pueblo”, adujo el
funcionario.
Consideró la crianza
de cerdos en El Seibo y cualquier otra ciudad como un acto criminal y apeló a las autoridades del
gobierno enfrentar el mal en lo inmediato.
“No se puede vivir
como en el aldeas y la crianza de cerdos da notación de que El Seibo no es una
ciudad, sino una aldea habitadas de gentes y animales, pero eso no puede seguir
ocurriendo, hay que sacar los cerdos ya”, reiteró en su alocución.
Las aguas residuales
de las pocilgas van a parar a cañadas y los ríos Soco y Seibo, lo que ha
provocado que desaparezcan los balnearios que existían sobre los cauces de
estos ríos y que permitían que excursionistas de Hato Mayor, Higüey, La Romana
viajaran a esa ciudad a disfrutar de sus aguas.
Los retretes
En El Seibo nunca ha
funcionado el sistema sanitario, por lo que los habitantes de esta ciudad han
habilitados hoyos para guardar los excrementos y orinas, pero la mayoría son
retretes que descargan en las cañadas y los ríos que bordean la ciudad.
Los baños de la
cárcel pública de El Seibo van a parar directamente a una cañada que bordea el
recinto penitenciario
Los seibanos tienen más de 40 años exigiendo del
gobierno central la construcción de una planta de tratamiento y un verdadero
sistema sanitario, pero las promesas han llovidos, pero caen cada cuatro años
en el saco del olvido
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