SABANA
DE LA MAR.- Colacia Calcaño de María, es una anciana de 83 años de edad, que
procreó 13 hijos que hoy son tan pobres como ella y que lleva 13 años enviudó,
pero que anhela antes de morir dejar de ser la mujer más pobre de Sabana de la
Mar y ser rica, si el presidente Danilo Medina o cualquier persona caritativa
le puede construir su casita en el sector San Carlos, de este costero
municipio.
A la vivienda de Colacia, construida con techo
de tablas de palma y zinc viejos, ya no le caben más rendijas y goteras, por lo
cual sus vecinos la consideran la mujer más pobre de Sabana de la Mar.
Su
humilde vivienda no tiene una cocina digna y cueces los alimentos en un fogón
que hizo sobre cuatro llantas de vehículos, en el patio, la cual carece de
paredes y cobijada de hojalatas. Usa leña de palos que arrancas de empalizadas
para cocinar, porque tampoco tiene
estufa ni consigue para comprar carbón.
La
octogenaria mujer tampoco tiene una cama decente donde dormir ni sillas para
sentarse y dar a sentar a las escasas visitas que llegan a su abandonada
morada.
El periodista Manuel Antonio Vega posando con doña Colacia Calcaño |
Su
casa, ubicada en la calle Raúl Rubio del sector San Carlos al Este del pueblo
de Sabana de la Mar, está marcada por una pobreza tan extrema que sus escasas
ropas las tiendes sobre un hilo de nylon que le sirve de cordel o cáñamo y que
estiró sobre su estrecha habitación de unos 2x4 metros cuadrados, donde tiene
muy poca movilidad.
Solo
un gatito blanco la acompaña en la casa, que dice es su mejor amigo, porque
siempre está a su lado. Sus hijos e hijas le dan vuelta y llevan algo de comer.
Una
mesa de madera vieja le sirve para colocar los escasos trastes que posee,
mientras que las puertas son de zinc viejo y tienen como bisagras pedazos de
llanta de carro.
Confieso
que en mis 30 años de ejercicio periodístico, nunca había visto tanta pobreza
rodear la vida de un ser humano, como la triste realidad que vive Colacia en
Sabana de la Mar.
Le
hacen falta ropas y zapatos, ya que se pasa el día en calizo. No consigue ni
para ir al salón, por eso se pasa el tiempo con un pañuelo amarrado a la
cabeza. Bebe agua fría si alguien le regala hielo.
Su
piel de lozana y blanca que era se ha ido llenando de estrías y arrugas, que
van denunciando que su vida se va desgastando.
De
13 hijos que procreó con Francisco María (fallecido) le sobreviven seis hembras
y cuatro varones, quienes no pueden ayudar a su progenitora, porque también
están arropados de miseria y son pobres de solemnidad.
Las
carcomas le han ido destruyendo la base de la cama donde duerme y las escasas
maderas protegen la vivienda de zinc viejo y tablas de palma.
Sueños
“Anhelo
ser rica antes de morir, solo necesito para serlo tener mi casa arregladita,
una mejor cama para dormir, sillas, comedor, una nevera y piso de cemento, pero
tengo la corazonada de que alguien vendrá y me regalará este sueño antes de
morir”, dijo con voz entrecortada la atribulada anciana, que dice que cuando
llueve tiene que correr donde los vecinos, porque acampa afuera y llueve
adentro.
Y
agrega: “Mis hijos han sido bueno, pero no pueden hacer nada por mí, porque
solo trabajan la agricultura y tienen sus familias a quien atender pobremente”,
apunta.
Dijo
que Danilo Medina, a quien definió como el presidente de los pobres puede
cambiar su pobreza por riqueza, disponiendo la construcción de su casita y
amueblarla.
Colacia
nació en El Majagual de la provincia María Trinidad Sánchez, pero llegó de 10
años con sus padres a la comunidad conocida como La Manaclita, sección El Brujo,
de Sabana de la Mar.
Es
hipertensa y presenta problemas visuales. Estudio hasta el cuarto curso de primaria.
Para
ayudar a doña Colacia puede llamar al teléfono 829 772 7227, a nombre de su
hijo Rafael Calcaño o la cuenta del Banco Popular Dominicano No. 769-663-451.
Sabana
de la Mar es un municipio marcado por la pobreza, pero en casa de la
octogenaria dama es más acentuada que en cualquier otras del municipio costero.
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