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Manuel Antonio Vega
HIGÜEY.- Harapientos, descalzos y con pedidos de compasión,
estuvieron presentes cientos de pedigüeños que más que visitar el santuario
católico y dar agradecimiento a la virgen, se convirtieron en asedio para
turistas y visitantes que cada año visitan el Santuario Católico en la Basílica
que alberga la imagen de la madre protectora del pueblo dominicano.
El patio y
las calles adyacentes del centro de peregrinación más grande del país, fue
escenario de cientos de “pedilones”, que buscaban “hacer su agosto” en
pleno enero.
Parece
ser que cada 21 de enero, estos seres humanos, muchos merecedores de ayuda,
tienen fueros o dominios del territorio visitado, que impide que las
autoridades intervengan y ante el asombro de los conductores, se observa a
minusválidos montados en su silla de ruedas que se sujetan a vehículos en
marcha buscando que le den algo.
Las
escenas más crudas se vivieron a la entrada del centro de devoción, donde
ningún visitante a la catedral católica y santuario de la Virgen de la
Altagracia, escapó al grito de “dame algo”.
Los “pedigüeños”,
que se caracterizan por no ser ni mancos, minusválidos ni ciegos, fueron los
que más insistieron en obtener ayuda económica de los visitantes locales e
internacionales.
Aunque en
los 365 días del año, la cantidad de indigentes que deambulan por las calles de
Higüey o que utilizan como refugio los parques y centros importantes, son los
días previos de la celebración del 21 de Enero que se ven más indigentes
pedilones y pedigüeños, en esta ciudad.
Quizás
por el desarrollo y la bonanza económica que exhibe esta ciudad católica y
turística es común observar en horas de la madrugada y el día, improvisadas
camas frente a los grandes establecimientos comerciales, edificios de
apartamentos o parques recreativos.
Muchos menores
Menores
que oscilan entre los 7, 10 y 16 años fueron un grueso importante para pedir
dinero, un pedazo de pan y hasta una menta para chupar.
Esa misma
escena se repite con normalidad con niños dominicanos y haitianos que se
dedican a limpiar zapatos, vender maní, dulces, jugos, quesos, flores y limpiar
cristales.
El desarrollo arrastra pobreza
La
expansión demográfica de Higüey que se vuelve atractiva para las demás
poblaciones del Este, es uno de los graves problemas que deben enfrentar las
autoridades municipales y del Gobierno Central.
El
progreso ha permitido que muchos pedigüeños provenientes de otras poblaciones
como El Seibo, La Romana, Hato Mayor, San Pedro de Macorís, Santo Domingo y
hasta de las regiones Sur y Norte corran hasta aquí movido por la generosidad,
caridad y dadivosidad de su gente.
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