miércoles, 12 de marzo de 2014

Siembran mangles en áreas Los Haitises

El lugar donde fueron plantados los mangles rojos fue en las riberas del río Jibales o Caño Hondo en Sabana de la Mar
MANUEL ANTONIO VEGA
 
SABANA DE LA MAR.- Voluntarios y estudiantes nacionales e internacionales plantaron cientos de árboles de mangles rojo en las costas adyacentes al parque nacional Los Haitises, por el ala de Sabana de la Mar.
La acción de reforestación con mangles fue coordinada por estudiantes del Colegio Bilingüe New Horizons y el club de Jóvenes Ambientalistas Guardianes Verdes, que dirige el ambientalista, Luis Carlos López Calcaño.
Los mangles fueron plantados en toda la ribera del río Jibales o Caño Hondo, que fue afectado por los vientos huracanados del ciclón Georges en el año 1998.
A la terea de siembra fueron integrados turistas que visitaban el parque nacional Los Haitises, que valoraron como positiva la iniciativa, que viene a mejorar el ecosistema y el medio ambiente en la zona costera de Sabana de la Mar.
Unos 80 jóvenes voluntarios, algunos procedentes de  Estados Unidos, Venezuela y Dominicanos, acompañaron a los voluntarios locales a plantar más de mil matas de mangle rojo
Previo a la tarea de siembra, los voluntarios reforestadores fueron recibidos en el aula de la Naturaleza o Museo del Parque Nacional Los Haitises, ubicado frente a la playa Acapulco en el costero municipio de Sabana de la Mar.
Aquí el ambientalista, Lusi Carlos López Calcaño ofreció una mini charla sobre la importancia del ecoturismo en la zona y la conservación del medio ambiente.

El manglar rojo (Rhizophora mangle) es una especie vegetal de la familia Rhizophoraceae, la cual cuenta con alrededor de 120 especies distribuidas en 16 géneros, siendo el género Rhizophora el mejor conocido, dominando las partes más anegadas de los ecosistemas manglar.
Los árboles de Rhizophora mangle son de 4 a 10 metros de alto, su forma es de árbol o arbusto perennifolio, halófilo, en el tronco se encuentran apoyadas numerosas raíces aéreas simples o dicotómicamente ramificadas con numerosas lenticelas.
La corteza es de color olivo pálido con manchas grises, sin embargo en el interior es de color rojizo, su textura es de lisa a levemente rugosa con apariencia fibrosa.
Las hojas son simples, opuestas, pecioladas, de hoja redondeada, elípticas a oblongas, estas se aglomeran en las puntas de las ramas, su color es verde oscuro en el haz y amarillentas en el envés.
Las flores son pequeñas, de 2.5 cm de diámetro con cuatro sépalos lanceados, gruesos y coriáceos. La flor tiene cuatro pétalos blancos amarillentos.
Tiene de dos a cuatro flores por tallo o pedúnculo. Los frutos se presentan en forma de baya de color pardo, coriácea, dura, piriforme, farinosa.
El desarrollo de las semillas se lleva a cabo en el interior del fruto por “viviparidad”, los propágulos son frecuentemente curvos, de color verde a pardo en la parte inferior y presentan numerosas lenticelas y por último sus raíces son fúlcreas, ramificadas, curvas y arqueadas.
Las zonas costeras en las cuales se localizan los ecosistemas de manglar son consideradas sistemas muy dinámicos, motivo por el cual las plantas allí situadas están sometidas a una serie de variables que se encuentran en interacción constante, entre estas se pueden mencionar las corrientes marinas, las mareas, los vientos, la precipitación, el caudal y la sedimentación de los ríos, entre otros.
Con el fin de tolerar todas estas condiciones a las cuales se encuentran expuestas, las plantas han desarrollado ciertas estrategias de adaptación fisiológicas y anatómicas como una marcada tolerancia a las altas concentraciones de sal, adaptaciones para ocupar suelos inestables, adaptaciones para intercambiar gases en sustratos anaeróbicos y embriones capaces de flotar que se dispersan transportados por el agua (Prahl, 1990).
Todos los mangles excluyen alguna porción de sal cuando se absorbe el agua a través de las raíces, otra parte se concentra al interior en el tejido de la planta, variando las cantidades acumuladas de acuerdo a cada especie.

El mangle rojo (Rhizophora mangle) deja entrar el agua con cantidades bajas de sal a través de membranas situadas en las raíces, realizando filtraciones, ello se logra manteniendo diferencias de presión negativas en el interior del tejido a través de un proceso físico (Prahl, 1989).

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