Morquecho es la capital de
Matapalacio, un distrito municipal de Hato Mayor perdido entre bateyes,
cítricos y algunas vacas famélicas.
La estructura urbana de Morquecho son
apenas tres calles asfaltadas que forman un triángulo alrededor de un
parquecito con una glorieta.
Si haces un search en Google la
noticia más importante te relatará de un agricultor y su pareja, quienes
recibieron la descarga de un rayo mientras arriaban unos chivos en su
propiedad.
Ella salvó su vida luego de
arrastrarse 200 metros hasta la vivienda más cercana.
Así de remoto es Morquecho, así de
rural, así de agreste.
Hasta Matapalacio llegó el presidente
Danilo Medina en una de sus visitas sorpresa a comunidades rurales necesitadas.
Y su visita a este municipio no es
fortuita. En Matapalacio el 91% de los hogares son pobres y el 41% vive en
pobreza extrema, índices que duplican y triplican respectivamente el porcentaje
nacional.
La tasa de desempleo alcanza el 23% y
apenas un 14% tiene un nivel de educación por encima del nivel primario.
La planificación de comunidades
rurales es uno de los componentes territoriales que más atención deben recibir
en el futuro.
En nuestro país la cobertura de suelo
agrícola se ha disminuido considerablemente mientras la huella urbana ha
duplicado su porcentaje.
Los conglomerados urbanos están
tendiendo a crecer y superan ya en porcentaje a la población rural, pero eso no
significa estrictamente que las comunidades rurales se han despoblado, los
habitantes del campillo siguen siendo una población considerable y además los
que menos reciben.
De acuerdo a datos del Ministerio de
Economía, la inversión pública ha concentrado más del 25% de la ejecución del
presupuesto en la región Metropolitana, otras regiones como Yuma, Higuamo, El
Valle, Cibao Nordeste y Enriquillo juntas no alcanzan este monto.
Las consecuencias de este escenario
de inequidad económica no son solo demográficas.
La problemática ambiental no se
reduce a lo estrictamente urbano, en el ámbito rural existen elementos
centrales en la preocupación por el medio ambiente fundamentales para la
sostenibilidad futura de la sociedad urbana.
El deterioro sistemático de los
ecosistemas, la degradación de suelos fértiles y la reducción de fuentes
hídricas importantes, tienen un impacto directo sobre la seguridad alimentaria,
el abastecimiento de agua potable y la salud de las poblaciones urbanas.
Atender este problema implica
esfuerzos a gran escala que requieren de mucho tiempo y dinero.
Sin embargo, también es posible
atender la superación de estos desequilibrios económicos, sociales y
ambientales a través de acciones de acupuntura que impacten directamente sobre
el bienestar de las personas.
El gobierno dominicano ha realizado
ya más de 350 visitas sorpresas que han impulsado un buen número de microproyectos
de desarrollo agrícolas y comunitarios con un monto asignado de más de RD$8,000
millones.
Nos agrada ver al Presidente
acudiendo personalmente a las comunidades más pobres impulsando aspiraciones
locales largo tiempo ahogadas por la ausencia de esperanza, pero consideramos
también que es necesario gestionar modelos que puedan encauzar estas acciones
locales dentro de un modelo de planificación territorial a mayor escala que
garantice su sostenibilidad y empodere a las comunidades.
Bajo este esquema podríamos
asegurarnos que aún si Danilo Medina no se apersone hasta allí, el día que el
progreso llegue a Morquecho nos salvamos.

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