jueves, 28 de agosto de 2014

Doña Fina, una maravilla de agua dulce rodeado de ámbar en El Valle


MANUEL ANTONIO VEGA

EL VALLE, Hato Mayor.- En medio del trinar de las aves y del ruido de las chicharras y los ronquidos de  los toros pardo suizo, que pueblan los campos del agrícola municipio de El Valle, provincia Hato Mayor, está el balneario “Doña Fina”, que se devela como un paraíso para olvidar el intenso calor del verano.
El balneario “Doña Fina”, localizado en la sección Yanigua del agrícola municipio de El Valle, es otra de las maravillas naturales, rodeado de plantaciones de cacao, pastizales y minas de ámbar.
Localizado a 6 kilómetros al oeste de El Valle, sobre la carretera que va a la zona minera de Yanigua, es un paradisiaco lugar, donde sus cristalinas aguas, provenientes de las montañas de Los Haitises, forman continuos chorros, que a la vez se desplazan en lindas pozas de agua en la parte plana del río.
El nombre le viene por la propietaria del fundo, Doña Fina Martínez, madre de Rafael Martínez, quien desarrolla el proyecto ecoturístico.
Por su singular belleza, su entorno natural y su fácil acceso, Doña Fina es, uno de los balnearios más visitados por los pobladores  y turistas, que llegan al lugar atraído por los recursos naturales, que le rodean y el bosque húmedo que lo cubre.
Aquí cuando el agua está serenada, se pueden apreciar manadas de peces endémicos, que le dan un toque especial al lugar.
Es realmente un paraíso de relajación, ya que sus aguas termales te hacen preso de una baja temperatura.
En verano y siempre, al lugar llegan excursiones de todos lados, atraído también por la fama de que sus aguas sirven de remedio para restablecer la piel, al untarse el barro azul que se avista en el lugar.
Sobre las charcas y fuera de ellas, se han instalados hamacas que sirven para socializar, pasar un agradable rato en familia o entre amigos.
Es un lugar idóneo para practicar el turismo alternativo que tiene como fin realizar actividades recreativas en contacto directo con la naturaleza y expresiones culturales que le envuelven.
Se enmarca en el ecoturismo y en que el visitante disfrute de un buen baño de agua fría en compañía del medio ambiente que le rodea.
Visitar el lugar, permite a los turistas y excursionistas conocer de la producción y manejo de las fincas de cacao que prácticamente cubren el cauce del río Yanigua, sobre el cual está el proyecto ecoturístico.
En algunas de las charcas, el agua se observa azul turquesa, color que adquiere por el barro azul en sus riberas y cauce.
La cocina
Se ha construido una barbacoa en una cocina abierta, donde los excursionistas pueden llevar y cocer sus alimentos y colar café en una “coladora” en tela.
¿Cómo llegar?
Es posible ir de excursión desde El Valle.
Esto tomará una media hora y no es cansón ni tortuoso el camino.
Las zambullidas en el agua más merecida y refrescante premian el camino.
Después de tomar la carretera de Yanigua seguirá siempre derecho hasta que una señal le apunte “Balneario Doña Fina”.
La excursión no es difícil y tiene parqueo espacioso, a menos de 30 metros del atractivo lugar.
El camino cruza un extenso túnel de palma aceitera de la empresa Inasca Agroindustrial.
La natura que rodea el extravagante balneario es abundante, y hay muchos animales que se pueden ver y oír.
No es una mala idea llevar protector solar, pero lo que no se puede olvidar es el traje de baño para zambullirse  bajo la casi escarchada agua de Doña Fina.
Este pedazo del Edén está dentro de una propiedad de Rafael Martínez, quien permite el ingreso de todos los nacionales y extranjeros que quieran disfrutar de las cristalinas y frías aguas.
Siguiendo curso arriba del río Yanigua, y caminando 800 metros entre las lisas piedras, los turistas más aventureros pueden llegar al Salto Yanigua, otro balneario que deslumbra, y lo puede hacer cambiar en su agenda su próximo destino para vacacionar.
FAUNA Y FLORA
Además del sabroso chapuzón, los visitantes pueden aprovechar la visita para apreciar la fauna y la flora típicas del trópico seco. 
Es el sitio ideal para observar matas de Ceibas, Pinos. Cacao, Guazumas, Piñón, Yagrumos, así como árboles de maderas preciosas como caoba, Robles, roble y Cabirma, entre otras especies.
Entre la fauna, chicharras, chinchilín, paloma turquesa, cuervo, cotorra, pájaro bobo, cigua palmera, colí y guinea alzada.
Rafael Martínez no acepta que nadie capture jaibas y lance anzuelo al agua para pescar los peces y camarones que abundan en el lugar.
Y es que la conservación ambiental es una prioridad en esta área privada.
Es importante mencionar el balneario Doña Fina, tiene diversas alternativas que hacen la estadía más agradable, y permiten olvidar rápidamente el estrés de la vida cotidiana: además de la energía natural que emana de la corriente de agua, los vacacionistas podrán encontrar agua potable y una , cocina natural, que cede su propietario, para que los vacacionistas puedan cocer sus alimentos.. 
Este paraíso natural está rodeado de varias haciendas privadas, incluyendo una de cacao y ganado, propiedad del rector de la Unviersidad Central del Este (UCE), José Hazim Frappier, quien con frecuencia visita el lugar en familia.
La tradición histórica de El Valle, el sitio fue habitado por el cacique Ycagua, a quien se le atribuye la fundación del pueblo.
A metros del balneario se localizan minas de ámbar, donde los turistas visitan para conocer la forma artesanal como es sacada la resina fosilizada.

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