EL
VALLE, Hato Mayor.- En medio del trinar de las aves
y del ruido de las chicharras y los ronquidos de los toros pardo suizo, que pueblan los campos
del agrícola municipio de El Valle, provincia Hato Mayor, está el balneario “Doña
Fina”, que se devela como un paraíso para olvidar el intenso calor del verano.
El
balneario “Doña Fina”, localizado en la sección Yanigua del agrícola municipio
de El Valle, es otra de las maravillas naturales, rodeado de plantaciones de
cacao, pastizales y minas de ámbar.
Localizado
a 6 kilómetros al oeste de El Valle, sobre la carretera que va a la zona minera
de Yanigua, es un paradisiaco lugar, donde sus cristalinas aguas, provenientes
de las montañas de Los Haitises, forman continuos chorros, que a la vez se
desplazan en lindas pozas de agua en la parte plana del río.
El
nombre le viene por la propietaria del fundo, Doña Fina Martínez, madre de
Rafael Martínez, quien desarrolla el proyecto ecoturístico.
Por
su singular belleza, su entorno natural y su fácil acceso, Doña Fina es, uno de
los balnearios más visitados por los pobladores y turistas, que llegan al lugar atraído por
los recursos naturales, que le rodean y el bosque húmedo que lo cubre.
Aquí
cuando el agua está serenada, se pueden apreciar manadas de peces endémicos, que
le dan un toque especial al lugar.
Es
realmente un paraíso de relajación, ya que sus aguas termales te hacen preso de
una baja temperatura.
En
verano y siempre, al lugar llegan excursiones de todos lados, atraído también
por la fama de que sus aguas sirven de remedio para restablecer la piel, al
untarse el barro azul que se avista en el lugar.
Sobre
las charcas y fuera de ellas, se han instalados hamacas que sirven para socializar,
pasar un agradable rato en familia o entre amigos.
Es
un lugar idóneo para practicar el turismo alternativo que tiene como fin
realizar actividades recreativas en contacto directo con la naturaleza y
expresiones culturales que le envuelven.
Se
enmarca en el ecoturismo y en que el visitante disfrute de un buen baño de agua
fría en compañía del medio ambiente que le rodea.
Visitar
el lugar, permite a los turistas y excursionistas conocer de la producción y
manejo de las fincas de cacao que prácticamente cubren el cauce del río
Yanigua, sobre el cual está el proyecto ecoturístico.
En
algunas de las charcas, el agua se observa azul turquesa, color que adquiere
por el barro azul en sus riberas y cauce.
La
cocina
Se
ha construido una barbacoa en una cocina abierta, donde los excursionistas
pueden llevar y cocer sus alimentos y colar café en una “coladora” en tela.
¿Cómo
llegar?
Es
posible ir de excursión desde El Valle.
Las
zambullidas en el agua más merecida y refrescante premian el camino.
Después
de tomar la carretera de Yanigua seguirá siempre derecho hasta que una señal le
apunte “Balneario Doña Fina”.
La
excursión no es difícil y tiene parqueo espacioso, a menos de 30 metros del
atractivo lugar.
El
camino cruza un extenso túnel de palma aceitera de la empresa Inasca
Agroindustrial.
La
natura que rodea el extravagante balneario es abundante, y hay muchos animales
que se pueden ver y oír.
No
es una mala idea llevar protector solar, pero lo que no se puede olvidar es el
traje de baño para zambullirse bajo la
casi escarchada agua de Doña Fina.
Este pedazo del Edén está dentro de una propiedad de Rafael
Martínez, quien permite el ingreso de todos los nacionales y extranjeros que
quieran disfrutar de las cristalinas y frías aguas.
Siguiendo curso arriba del río Yanigua, y caminando 800 metros
entre las lisas piedras, los turistas más aventureros pueden llegar al Salto Yanigua,
otro balneario que deslumbra, y lo puede hacer cambiar en su agenda su próximo
destino para vacacionar.
FAUNA Y FLORA
Además del sabroso chapuzón, los visitantes pueden aprovechar la
visita para apreciar la fauna y la flora típicas del trópico seco.
Es el sitio ideal para observar matas de Ceibas, Pinos. Cacao, Guazumas,
Piñón, Yagrumos, así como árboles de maderas preciosas como caoba, Robles,
roble y Cabirma, entre otras especies.
Entre la fauna, chicharras, chinchilín, paloma turquesa, cuervo,
cotorra, pájaro bobo, cigua palmera, colí y guinea alzada.
Rafael Martínez no acepta que nadie capture jaibas y lance
anzuelo al agua para pescar los peces y camarones que abundan en el lugar.
Y es que la conservación ambiental es una prioridad en esta área
privada.
Es importante mencionar el balneario Doña Fina, tiene diversas
alternativas que hacen la estadía más agradable, y permiten olvidar rápidamente
el estrés de la vida cotidiana: además de la energía natural que emana de la
corriente de agua, los vacacionistas podrán encontrar agua potable y una ,
cocina natural, que cede su propietario, para que los vacacionistas puedan
cocer sus alimentos..
Este paraíso natural está rodeado de varias haciendas privadas,
incluyendo una de cacao y ganado, propiedad del rector de la Unviersidad
Central del Este (UCE), José Hazim Frappier, quien con frecuencia visita el
lugar en familia.
La tradición histórica de El Valle, el sitio fue habitado por el
cacique Ycagua, a quien se le atribuye la fundación del pueblo.
A metros del balneario se localizan minas de ámbar, donde los
turistas visitan para conocer la forma artesanal como es sacada la resina
fosilizada.
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