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Sin conocerlo, pero atraído por la fama que se le ha dado al grueso salto de agua, turistas españoles han expresado que “La naturaleza nació en El Valle y que termina en las aguas de El Zumbador”. |
EL VALLE, HATO MAYOR.- El municipio de El Valle, rodeado de palma aceitera, coco y minas de ámbar, es también poseedor de múltiples saltos de agua dulce, que como El Zumbador se convierten en correas y sábanas de agua, que van bañando praderas y encantando al visitante, que atraído por la naturaleza, no quiere salir de la zona.

La correa de agua que se
desprende de su altura va a tono con la espesura vegetal que abraza su entorno.
Las enredaderas, los árboles
entretejidos y la agradable temperatura que provoca el follaje de plantas
endémicas, permiten ser cómplice de la aventura que se vive al introducirse en
sus aguas.
Cuando se penetra al chorro
de agua, se puede observar que entre las rocas que sostienen la caída libre de
agua, hay una pequeña cueva, que puede servir de refugio a cualquier mortal que
busque darle un susto a alguien.
En el trayecto, los turistas
pueden participar con su vista de las excavaciones de ámbar que realizan buzos
del mineral, que en cada visita que
reciben, explican y detallan
sobre el origen de los fósiles que se encuentran en las piedras preciosas que
extraen de las entrañas de la madre naturaleza.
Además los excursionistas
podrán conocer al parpar piedras de carbón mineral o lignito, que abundan en
los cauces y potreros que circundan el recurso hídrico, que puede ser explotado
por el gobierno con una hidroeléctrica.
Para enamorarse, para
escribir poesías o simplemente para descansar, es la zona ideal en El Valle
para vivir la nueva aventura del turismo de montaña, un municipio perteneciente
a la provincia Hato Mayor.
Es una verdadera terapia
natural la que recibe el cuerpo cuando la correa de agua descarga en los
hombros de los visitantes.
El lugar es frecuentado por
turistas españoles y canadienses que se alojan en el típico hotel “El 3”,
ubicado a unos 4 kilómetros de El Valle, por la carretera que va al costero
municipio de Sabana de la Mar, de donde se organizan las expediciones o
excursiones al recurso hídrico, forrado por una espesa vegetación.
Localizado en una finca
privada, propiedad de la hacendada Martha Frías, de origen español, El Zumbador
es desconocido para la generalidad de los
habitantes en El Valle, un
municipio que se le atribuye su fundación al indígena Ycagua.
Está en la zona de
amortiguamiento del Parque Nacional Los Haitises y para llegar a él hay que
apartar enredaderas, cruzar pastizales húmedos y saltar orificios y agujeros
sobre rocas que se han formado en la zona cálcica de la reserva científica.
La chorrera se forma con la
caída del agua y tiene un grosor de más de seis metros de ancho por 35 de
altura.
Las plantaciones de
helechos, pajones y moriviví, combinadas con la humedad de la zona, van
indicando que se está cerca del escenario acuático, donde el cambio de
temperatura se convierte en cómplice de la fauna y la flora que asaltan en el
lugar.
El Zumbador es el salto más
alto que se registra en Hato Mayor y se conserva como una melena de agua dulce
que asombra a cualquier mortal.
Es un verdadero legado que
da la naturaleza y que bien explotado podría convertirse en lugar ideal para
una verdadera convivencia con la naturaleza.
Aquí los rayos del sol
penetran lentamente a tierra, porque antes son atrapados por las hojas que van
impidiendo que el astro luz queman la corteza terrestre, haciendo un juego
astral con los árboles.
El Zumbador está rodeado de
una espesa y exuberante vegetación de Helecho, Palma Real, Caobas y otras
especies endémicas, que dan un toque de paraíso escondido al lugar.
Cuenta con tres chorros o
cascadas de agua que se entrelazan y hacen simetría para caer a un charco donde
los bañistas pueden apreciar carbón mineral, que abunda en la zona.
La abundancia de árboles y
los silbatos de aves endémicas como el zumbador, paloma turquesa, barrancolí,
ruiseñor, chinchilín y otras, convierten el lugar en zona privilegiada para el
descanso y el disfrute.
Sin conocerlo, pero atraído
por la fama que se le ha dado al grueso salto de agua, turistas españoles han
expresado que “La naturaleza nació en El Valle y que termina en las aguas de El
Zumbador”.
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