HATO MAYOR.- Jesús Gregorio
Barriola Ayala (Bacho), hijo natural del español Jesús Barriola y la puertorriqueña,
Teodosia Ayala (Fallecidos), es un exitoso hacendado que nació con “las espuelas puestas” y saltado a la fama como
uno de los más grandes competidores de lidias de gallos en el país.
Orgullo de Hato Mayor, donde
es respetado y admirado por su fiereza y dedicación al deporte del pico y la
espuela, Bacho, como prefieren llamarlo
amigos y familiares, es el gallero más destacados de la región Este.
Ama tanto a los gallos que
confiesa “Gasto alrededor de 2 mil pesos
diario en la dieta y comida de los gallos, y tengo unos siete empleados para
atenderlos”.
Corpulento, de gran fortaleza
física, a primera vista destacan los ojos expresivos, sus pastillas, copiosas
cejas y el bigote que remeda las astas de un miura.
De temperamento abierto, de
clara inteligencia, Bacho o “El Cacique de los Gallos en la región Este”, como
muchos amigos le llaman, exhibe en la sala de su casa, como testimonio fiel de
que vive las lidias de gallos, unas 400 placas, trofeos, pergaminos y medallas.
Se aficiona a las peleas de
gallos cuando apenas contaba los 10 años de edad, y cuando su padre, Jesús
Barriola, criaba las aves para regalarlas a los amigos.
“Tú sabes que mi padre era un
castador de gallos de pelea. Aunque no los jugaba, papá encastaba los gallos,
para regalarlos a los amigos y de muy niño yo comienzo a entusiasmarme por la
cría de los gallos, pero realmente quien me introdujo en las peleas de gallos es mi hermano Jesús Manuel (Chun), fallecido”,
nos relata.
En el gallerismo se ha
destacado como una de las figuras preponderantes de la región Este y el auge y
adelanto que ese deporte tiene actualmente en esa ala del país se debe en gran
parte a su esfuerzo.
Casado con Daysi Fernández desde 1971, este apasionado
de los gallos ha recibido innúmeros reconocimientos, pero para él lo más
importante son las amistades y relaciones que ha ganado con importantes
personalidades de la vida nacional.
Bacho ha sido justipreciado
por sus destacados atributos ciudadanos y el aporte al desarrollo del deporte
del pico y la espuela.
Unos 350 gallos de pelea están
en la traba, ubicada al lado del parque industrial de zona franca de de Hato
Mayor, y emplumando, en una finca de su propiedad, hay unos 400 pupilos.
Tiene la ganadería como su
fuente real de ingreso económico y los gallos “como
el hobby que hemos creado desde niño”.
Ha participado en todos los
torneos de lidias de gallos que se han celebrado en el país, incluyendo ser
delegado por la región Este en los juegos Nacionales de Mao, de donde trajo el
trofeo de la pelea “más rápida”.
A su juicio, para ser un buen
gallero “hay que criar los gallos, cuidar los gallos y pelear los gallos, y
después ser una persona afable, cariñosa con los otros galleros, no tener mala
forma de competir”.
“Ahora, el verdadero gallero,
realmente, se diferencia mucho del apostador. Pues el apostador es el que
va a la gallera e invierte dinero por la
pata de un gallo, y el gallero es el que tiene las lidias de gallos como un
deporte de caballeros”, indicó.
RECONOCIMIENTOS
Jesús Gregorio Barriola Ayala
(Bacho) ha recibido reconocimientos de los clubes gallísticos de Santiago, Mao,
Cotuí, Los Alcarrizos, San Cristóbal, Higüey, La Romana, El Seibo, San Pedro de
Macorís, Hato Mayor, Los Mameyes, Baní, San Rafael del Yuma, Santo Domingo y
otras ciudades y comunidades del país y el exterior.
En honor a Bacho Barriola, la
Asociación de Clubes Gallísticos de la Región Este celebra todo los años, para
el mes de de febrero, un torneo, el cual coincide con su natalicio, el 27 de
febrero.
CÁBALAS
Los galleros son cabalistas y
Bacho recuerda con mucha claridad lo que le pasó a un amigo camino a la
gallera.
“Un día José Then, salió rumbo
a la gallera y accidentalmente se mató u perro, después ganó todos los gallos
que jugó. Pero a la siguiente semana iba para la gallera con sus gallos, pero
no quería llegar sin verse con un perro, por lo que dio vueltas y vueltas antes
de llegar a la gallera y cuando alcanzó a ver un perro quiso tirarle el carro
encima y acabó chocando, poder pelear los gallos”.
Dijo también que hay gallero
que cuando van con una ropa nueva a la
gallera y gana los gallos, deben regresar con esa misma ropa el domingo
siguiente.
Además cuando usted sale con
un grupo de amigos y los gallos pierden, no se debe regresar a la gallera con
ese grupo, “porque no traen suerte”. Hasta viajar en vehículo diferentes trae
suerte.
Fue el propietario del primer
club gallístico de la región Este, que construyó en Hato Mayor en el año 1979,
y desde entonces dedica más tiempo a los gallos que a las actividades agrícolas
y pecuarias.
Lleva como satisfacción haber
conocido galleros de la talla de Alberti Bonetti Burgo (fallecido), Ángel
Contreras, Adriano Rodríguez, Carlos Sánchez, Noé Sterling Vásquez, Osiris Sidor, Yompino
Kennedy, la familia Palma, Carlos Morales Troncoso y otros.
EL GALLO PAVA
Bacho Barriola ha tenido miles
de gallos, pero entre todos ellos recuerda a Todos los Días”, que hizo 13
peleas sin perder una, “El Matatán”, con 11 peleas, “El Padrote”, 7 peleas y el
“Gallo Pava”, con 11 peleas y que alcanzó fama internacional, porque luego que
ganó su novena pelea don Bacho decidió encastarlo con una gallina de fina
calidad, para tener descendientes de quien hasta hace poco era tan digno
ejemplar.
El gallo Pava se lo regaló el
general Tuty Cáceres en 1971, para que tuviera buenos ejemplares.
Al final sucedió que la gallina puso seis huevos y el Gallo
Pava no dejó que jamás que esta se echara sobre los huevos, y lo empolló y sacó
el mismo como si fuera una gallina.
El raro caso ocurrió a
mediados de la década de 1980 y llamó poderosamente la atención de los
habitantes de Hato Mayor, la prensa nacional y la agencia de noticia EFE, que
divulgó por todo el mundo el insólito caso. La crónica del raro caso fue
escrito en la ocasión por fallecido periodista hatomayorense, Alejandro Sánchez
Mejía en las páginas de Listín Diario y el mensuario “El Informador Hatero”,
que editaba.
El mote de Pava se le puso
debido a su gran tamaño y peso, cuatro libra y doce onzas.
Para deshonra de su clase en
un país eminentemente machista, el legendario Gallo Pava se encloecó y decidió
echarse sobre los huevos que puso la gallina con la que estaba “encastado”.
Y para colmo de humillación,
Gallo Pava “sacó” seis polluelos, herederos legítimos de su bravura inicial,
demostrada a lo largo de mucho tiempo durante nueve peleas que ganó antes de
perder la última y mortal batalla que lo condujo por los senderos de la derrota
primero y lo llevó a su transformación en dulce y apoyadora “mamá”, después.
Nunca más ganó una pelea, lo
que hacía era recibir golpes como una “gallina”, en lo que se había convertido,
perdiendo la pelea número once.
Gallo ha vendido gallos en su
traba hasta 100 mil pesos.
Bacho es una leyenda viviente
que gravitará en la región Este más allá de su muerte, por sus grandes aportes
y experiencias en las lidias de gallos.
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