HATO MAYOR.- Autoridades
judiciales, policiales y antinarcóticos estarían recibiendo más de medio millón
de pesos mensuales por soborno hecho por narcotraficantes, que pagan "peajes", para no ser
molestados en Hato Mayor.
La denuncia la hicieron los
esposos Crisania Mercedes Soriano y Éngel Santana, quien es técnico dental y quien
salió en defensa de su esposa, quien está siendo perseguida por las autoridades
por estar supuestamente ligada al narco y haber denunciado la corrupción en la
venta de drogas, en esta ciudad.
En un video que cuelga en la página
de Facebook www.atacando.net, Crisania
Soriano, asegura que agentes de la Dirección Nacional de Control de Drogas, el
Departamento Criminal de la Policía (DICRIM) y la Policía Antinarcóticos
(DICAN), “me pusieron a vender drogas”. En el video de la autoría de Willy
Peguero se hacen denuncias serias sobre las operaciones del narcotráficos en
Hato Mayor
“Ellos me ponían a vender
drogas y tenía que pagar 8 mil pesos a la DNCD, 8 mil al DICÁN, 4 mil al DICRIM,
pero me quité cuando me dijeron que tenía que pagar 8 mil al fiscal Wintel Alí
Rodríguez”, sostuvo la perseguida mujer.
Explicó que todo iba muy bien,
“pero cuando el mayor de la DNCD se
enamoró de mí y me resistí a salir con él, lo que mi negativa lo molestó y
comenzó a atacar a mi gente que tenía vendiendo”.
Aclaró que ella nunca vendía drogas,
que solo hacía distribuirla, pero que ellos me pidieron quitara a Jabís de la
venta porque era muy bulloso y nos iba a acarrear problemas”.
Jabís, es un importante
vendedor y ya está preso con tres meses de coerción a purgar a la cárcel de El
Seibo.
La mujer dijo que posee una
grabación donde ella le está pagando el semanal de ocho mil pesos a la gente de
la DNCD y DICAN y donde los agentes le
suministran información de varias personas que ellos tienen vendiendo drogas.
Le advirtió al fiscal Wintel
que ella no está vendiendo drogas, pero le reclamó “que persiga a Tato, que sí
está vendiendo drogas en la misma calle de la fiscalía”.
“Yo tengo una grabación, donde
ellos me quitaban mi dinero, me pusieron y me quitaron también, porque no
aguantaba la zozobra de vida que me tenían”, recalcó la atrevida mujer.
Sostuvo que el encargado de la
DNCD, un mayor, que no identificó se reunía con ella y que en una le comunicaron
que el fiscal Wintel Rodríguez se había dado cuenta y que había que sacarle 8
mil pesos más que supuestamente eran para el fiscal.
Dijo que sólo ella repartía 20
mil pesos semanales entre las autoridades, pero que la DNCD operaba otros cinco
puntos, que daban 20 mil pesos también, lo que significa que al mes las
autoridades recibían medio millón de pesos del narcotráfico.
La mujer involucró a los
nombrados La Bola, Lebrón, Tato, Pre-Lavado, El Pelú, como vendedores que pagan
a las autoridades para vender drogas libremente.
Responsabilizó a la DNCD,
DICAN y el DICRIM de lo que le pueda pasar de ahora en adelante, por denunciar
la corrupción que protagonizan las autoridades en Hato Mayor.
Dijo que también le pagaba a
los agentes policiales de apellido Mota y Omar, jefe del DICRIM, así como a
muchos agentes uniformados que pasaban por su punto.
HABLA ENGEL SANTANA
El técnico dental, Éngel
Santana, esposo de Crisania, admitió que es un consumidor de marihuana, pero
que nunca ha vendido drogas, “para que se me esté persiguiendo”.
“Cuando yo me enteré que a mi
mujer me la tenían vendiendo drogas y Cuevas un capitán de la DNCD, el del
carro gris, dijo que me iba a poner drogas”.
Sostuvo que con los que pagaba
su mujer de “peaje”, que eran 100 mil pesos al mes, lo que significa que con
cinco puntos que tienen operando se estaban echando medio millón de pesos al
mes, lo que dijo deben ser investigadas.
Advirtió al capitán Cuevas de
la DNCD que anda solo por las calles de Hato Mayor y que no abandonará la
ciudad por capricho de los corruptos.
Las denuncias de los esposos
Crisania Soriano y Éngel Santana ha dejado seriamente cuestionada las acciones
del ministerio público y de las autoridades antinarcóticos de Hato Mayor, que
deben ser sancionadas, tras una seria y exhaustiva investigación
policíaco-judicial.
Realmente, el narcotráfico
está operando en Hato Mayor en complicidad con ciertas autoridades que se están
llenando los bolsillos, mientras cientos de familias se desgarran, se
desintegran porque sus hijos han sido arrastrados al consumo y venta de drogas.
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