HATO
MAYOR.- “Josefa te voy a decir una adivinanza, porque quiero si la adivina que
me cocine un locrio de gallina criolla o de carne de cerdo con este condimento hoy, le dijo el
agricultor Zenón Muñoz a su esposa de 40 años. Aquí voy: “Tiene pelo por fuera,
es rojo por dentro y tiene semilla”
“Mira
muchacho, tu sabes que eso es la bija”, contestó Josefa, que no reparó en
decir: “Sabes que había pensado en eso”.
El
agricultor, nativo de Las Palmillas en Hato Mayor, también le hizo saber a su
amada, que la bija no hace daño a la salud como la salsa de tomate que se
venden como condimento para cocer los alimentos.
Zenón,
un sabio campesino, estaba lleno de razón en su enunciado, quizás sin conocer
las propiedades que se le atribuyen a la bija, un colorante natural que tanto
se utiliza en la cocción de alimentos en los campos, restaurantes y hoteles del país.
Es
que el colorante desde hace centurias forma parte en el arte culinario
dominicano, convirtiéndose prácticamente en una exquisitez en el buen comer.
El
olor que expele y color que arroja a los alimentos son perceptibles en
cualquier manjar que se sirve.
Es
una cualidad única, que no puede ser imitada por ningún condimento usado en la
cocina.
Sus
efectos colorantes son tan especiales que los chef en hoteles y restaurantes,
siempre buscan dar color al arroz, los cárnicos y vegetales.
Es
un amarillo característico que solo aporta el bijol, como también denominan al
condimento.
El
árbol es un bixáceo, oriundo de América y de su semilla es que se extrae la sustancia
roja, que a temperatura da un amarillo único a los alimentos.
Antiguamente,
se relata, que nuestros aborígenes lo empleaban para teñirse el cuerpo y la cara, no
sólo con el objetivo de atemorizar a sus enemigos, si no para protegerse de los mosquitos, porque se
le atribuye ser un repelente.
EN
LA INDUSTRIA
Su
color es tan llamativo y efectivo a la vista, que desde hace un tiempo la bija es
utilizada en la industria de la pintura y en tintorería.
Es
utilizada para la variación de colores, por su efecto positivo.
Cuando
está verde se puede pintar paredes y maderas, sin que pierda vistosidad.
EN
LA COCINA
En
el arte culinario se utilizan dos procedimientos diferentes: tostando y moliendo
la semilla, ligada con otras especies o condimentos como el comino, el orégano y el
romero; o echarse esa drupa en un recipiente con agua, y al cabo de un tiempo
prudencial, el producto será un líquido rojizo, idóneo para colorear los
arroces o las carnes.
EN
MEDICINA
En
el campo de la medicina, el fruto de esta planta se utiliza para combatir la
disentería, la inflamación del tubo digestivo,
cefalea.
Los
estudios farmacológicos inscriben sus acciones terapéuticas, dada la presencia
de flavonoides, alcaloides, antraquinonas, esteroides y saponinas.
En
quemaduras y heridas cortantes actúa como secante, que ayuda a cicatrizar con
rapidez.
Entre
los atributos que le adornan, también se registran propiedades diuréticas,
antigonorreicas, antiflamatorias y
antibacterianas.
En
las quemaduras se debe utilizar como ungüento, tostando la semilla, mezclando
con gelatina de sábila y miel de abeja, aplicándola en la parte lesionada.
DEL
ÁRBOL
Una
mata de bija puede llegar a medir hasta 9 m de altura, de corteza parda y ramas
jóvenes comúnmente escamosas.
Sus
hojas aovadas miden de 8 a 20 cm de largo y de 4 a 15 cm de ancho, con pecíolo
largo. Flores en panículas terminales; corola de 5 pétalos, torcidos en el
botón, redondeados y rosados; estambres numerosos.
Fruto
capsular aovado-globoso, de unos 4 cm de diámetro, densamente cubierto de
espinas suaves y delgadas.
Las
semillas en la bolsa o vaqueta las semillas son numerosas y el número va
depender de la fertilidad del terreno y del cuidado que tenga el fruto.
Su
producción inicia con florecimiento que se desarrolla entre agosto y
septiembre; 60 días después de iniciada la floración se observan frutos
maduros, los que son posibles de localizar en la planta hasta enero y febrero.
En
la región Este, la producción de bija se registra con más presencia en los
campos de Miches, El Valle, Sabana de la Mar, Hato Mayor, El Seibo e Higüey.
Es
muy utilizada en la elaboración de pasteles, pastelito de harina y quipes de
yuca.
En
los guisos de palmito de palma real y espaguetis es sabrosa.
ANÉCDOTAS
En algunos pueblos y campos del Este, como
Hato Mayor, Magua, Miches y El Seibo, muchos jóvenes utilizan la bija para
teñirse el cabello, por eso hoy día a
muchos de ellos le dicen “Caco de Bija o Caco de Locrio”.
También existen comunidades y barrios que
llevan el nombre del rojo fruto que da color y sabor a la comida.
Ahora es en los campos, donde realmente se
dan los trucos del buen comer, utilizando la bija como condimento.
Es una especia que produce la semilla,
conocida como annatto, la cual está relacionada con la salud.
Procesada industrialmente es utilizada en la
coloración de quesos como el cheddar, de
margarina, mantequilla, arroz, pescado ahumado y a veces como un simple
saborizante en la cocina.
Cada vez más, los dominicanos, están dejando
de utilizar la salsa de tomaste y otros condimentos, que dañan la salud, para
regresar al uso de la bija, por su agradable sabor, así como por atributos de
curación que posee.
MERCADO
El sabroso colorante se expende empacada en
semilla y molida en supermercados de la zona Este del país y Santo Domingo.
A partir de hoy, hay que dejarse tentar por
un locrio teñido con bija, como una invitación a volver a nuestras raíces,
perdida en el tiempo por la aculturación y la campaña mediática para establecer
la venta de productos que afectan la salud humana.
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