EL
BOTECITO, Hato Mayor.- “La pobreza tiene cara de hereje”, reza un viejo adagio
popular, que se ajusta a la extremada y pesarosa vida de angustia que rodea al
niño Milton Rosario (El Niño Leche), quien solo se alimenta con leche y quien
por la falta de una vaca lechera puede morir.
Su
madre dejó de darle el pecho a los siete meses y, desde entonces, el hoy joven
que ya alcanzó los 15 años de edad, sólo bebe leche de vaca
“El
Niño Leche” vive junto a sus padres y una hermana en una casa que le construyó
el carismático médico Cruz Jiminian en un traspatio de la vivienda de la
dirigente comunitaria Bienvenida de la Rosa (Cambuyé).
Para ayudar llamar a los teléfonos 829-599-7480 y el 829-963-9355 a Bienvenida de la Rosa (Cambuyé) o depositar a la cuenta número 789760279 del Banco Popular Dominicano.
El
Botecito es un abandonado batey que está a unos 22 kilómetros, al sur de Hato
Mayor y es lugar rodeado de caña y potreros.
A
Pesar de que ya arribó a los 15 años de edad, solo mide dos pies once pulgadas
y su figura arqueada le obliga permanecer más sentado y acostado, porque no
puede caminar.
Es
un niño con pobreza por doquier y solo se entretiene con un viejo y diminuto
televisor que le regalaron a su madre Marianely Alfonseca (Nona).
“Al
ver que las tetas no llenaban al niño, ya a los siete meses le quité la mama y
ya cumplió 12 años solo alimentándose de leche de vaca, porque también rechaza
el agua”, apunta la madre del menor.
Milton
se bebe un biberón de 12 onzas en menos de 30 segundos y cuando sabe que
terminó el líquido en el recipiente lanza al aire el tetero, como señal de que
no se llenó.
Nona,
la madre del Niño Leche cree que el
hecho de que su vástago solo se alimente con leche es la razón que lo mantiene
delgado y se le ha detenido el crecimiento.
El
niño orina y evacua normal como todo ser humano.
“Es
arañando y pidiendo que ya puedo comprarle la leche, cuando era niño podía
solventar los gastos, pero ahora que ya está grande consume más el cuajo y
refunfuñea cuando no lo dan más”, acotó la atribulada mujer.
Milton
nació con problemas de salud; su visión es opaca, oye muy poco, no habla ni puede
caminar por sí solo.
Sin
embargo, no se anda enfermando, amén de una gripecita o diarrea que le produce
la ingesta de leche.
A
su edad toma la leche en biberón o tetero, porque tiene dificultad para abrir
su cavidad bucal.
En
el día se bebe hasta 12 biberones o teteros de leche y su madre cree que según
vaya alargando su edad, será mayor el consumo.
“Su
gran amor por la leche es lo que lo tiene con vida”, asegura Cambuyé, que ha
sido como otra madre para “El Niño Leche”.
Nona
era una mulata hermosa, pero la vida la
vida de su hijo la ha dejado hasta sorda y no puede trabajar, porque se
ha dedicado en cuerpo y alma al cuidado de su enfermo vástago.
UNA
VACA
La
estrechez económica en que viven sus padres impide comprar más de un galón de
leche, por lo que su madre, está solicitando la benevolencia y el buen corazón
de algún ganadero o institución, para que le donen una novilla, para la
reproducción.
Su
“adicción” por la leche al parecer será perenne y solo con la intervención de
Dios y de un especialista pueda asimilar otros alimentos que le permitan ser un
niño normal.
Médicos
que han visitado la vivienda donde reside Milton han sugerido que sea visto por
especialistas, que puedan ayudar a cambiar la vida de la criatura.
“El
niño necesita ingerir otros alimentos, que lo ayuden desarrollarse”, apuntó
Abraham Guerrero, médico de Hato Mayor.
Seferino
Rosario, el padre del “Niño Leche”, vive del chiripeo, repasando y chapeando
conucos en las fincas cercanas al batey y lo que gana apenas le da para comprar
arroz y habichuela y un buen día comer carne.
“Necesito
que los políticos de Hato Mayor o una empresa me dé un empleo fijo, con lo que
yo pueda llevar la comida y comprar la leche a Milton”, dijo.
“Es
deprimente el cuadro que vive la familia de ‘El Niño Leche’, como conocemos al
menor aquí en El Botecito, cualquier ayuda que nos llegue será agradecida por
Dios, porque aquí se vive mal”, dijo Cambuyé, presidenta la junta de vecinos en
el batey.
Los
padres tienen que dormir con el niño y otra hermanita juntos, porque ni para adquirir
otra cama gana Seferino.
CRUZ
JIMINIAN
El
doctor Antonio Cruz Jiminián fue en auxilio del Niño Leche y tras evaluarlo,
dijo que el niño debe ser llevado al exterior, para practicarle una cirugía
mexilo-facial, para que pueda ingerir otros alimentos.
Su
visita sirvió para que la Fundación que dirige ordenara la construcción de una
casa digna, la donación de una cama, ropa y alimentos que abasteció por tres
meses a los padres del niño.
Cruz
Jiminián lamentó que las ayudas prometidas por el senador Félix Bautista y
otras personalidades para ayudar a esa empobrecida familia aún no haya llegado.
“Fui
en una ambulancia a buscarlo, lo traje a mi clínica, le hice sus estudios y lo
alimenté durante un mes hasta, pero los que hicieron promesas no cumplieron y
su familia se desconectó totalmente de nosotros”, manifestó.
CASA
NUEVA
El
31 de diciembre del 2013 la empobrecida
familia del Niño Leche recibió una vivienda más digna, levantada en bloks y
zinc, con piso de cemento.
La
casa está, pero el niño leche necesita seguir viviendo y la donación de una
novilla o vaca lechera puede prolongar su vida, por lo que apelamos a las
personas de buen corazón ayudar a esta familia haciendo realidad su sueño de
contar con el animal que suplirá el alimento al enfermo.
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