Reportaje Especial
Milagros Martínez y Pablo Soriano, padres del piloto, relataron "él como que se estaba despidiendo, porque el domingo al mediodía nos cocinó en su casa, y dijo que cuando regresara nos tenía una sorpresa".
"El era el guía de la casa, era hijo y padre, porque nos daba todos", dijo entre sollozos doña Milagros. Dejó dos hijos en orfandad.
"Nos cocinó pescado, moro de guandules, frito maduro y jugo", recuerda con voz entrecortada su padre Pablo Soriano, quien no ha parado de llorar desde que se enteró de la tragedia.
"Me compraba hasta el tinte para la cabeza, y siempre vivía jugueteando con sus padres, es muy cariñoso y atento", narró su madre.
El piloto residía junto a su esposa e hijos en la calle La Trinitaria del sector Villa Velásquez, San Pedro de Macorís, y es velado en casa de sus padres, en la calle 4ta del sector México. Procreó con Jésica Mercedes a sus hijos Héctor y a Jésica.
Tenía unos 13 años ejerciendo la profesión, habiendo estudiado en la escuela de aeronaves de Herrera.
Domingo Reyes Cambumba, piloto y amigo desde hacía más de 10 años de Héctor Soriano, dijo que con su muerte el país pierde a un ser excepcional, que siempre estuvo apegado a la ética de vuelo.
Dijo no encontrar razón del accidente, pero espera que las autoridades den una clara explicación de la tragedia que afecta los viajes turísticos en Bávaro.
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