Aquí
hay manantiales en el bosque, en el centro de la ciudad y hasta a borde de
carreteras y caminos reales.
Reportaje Especial
BAYAHIBE,
La Altagracia.- En cada pueblo de la República Dominicana, existen atractivos
que encantan y se convierten en lugares emblemáticos de la industria sin
chimenea.
Es
el caso del turístico pueblo de Bayahibe,
ubicado en medio de La Romana e Higüey que posee la particularidad en la zona
Este de conjugar al propio tiempo el turismo de aventura, cultural, ecoturismo
y el de playa, al poseer en sus entornos extravagantes cavernas, playas y
manantiales.
La
zona más rica en lagos o manantiales interiores es la que abarca el norte de
Bayahibe, donde es una verdadera aventura que se vive por pasadizos secretos
que se entrelazan uno con el otro.
El
buceo en los manantiales es alucinante, ya que dan paso a túneles y pasadizos
que te conducen a históricas cavernas con estalactitas y pictografías tainas,
que te hacen repasar o evocar nuestros
origines.
En
la zona de Bayahibe escasean los ríos y arroyos sobre tierra, pero los
asentamientos humanos han estado presentes desde tiempos inmemoriales en la
cercanía de los manantiales de agua dulce, que brotan de las entrañas mismas de
la tierra.
No
se tiene con exactitud la información del número de los afloramientos en
terrenos o dentro de algunas cuevas, de los manantiales, que son cursos de agua
subterránea que aparecen para hacer de Bayahibe un verdadero encanto natural.
Cuando
se está en Bayahibe, no se sabe a cual manantial visitar primero, porque es que
se destacan en diferentes puntos del pueblo, creando escenográficas piscinas
naturales.
Son
tan abundantes, que quienes le conocen primero que a sus playas, prefieren los
manantiales, que en su rocosa planicie aparecen hasta debajo de las cavernas.
Aquí hay manantiales en el monte, en el centro de la ciudad y
hasta a borde de carreteras y caminos reales.
Los
yacimientos hídricos establecidos en las cuevas de la zona de Padre Nuestro,
territorio del Parque Nacional del Este, son tan atrayentes que aparecen en
portales digitales y revistas internacionales por sus frías aguas termales.
La
abundancia de agua subterránea, manifestada en los manantiales es utilizada en
la comunidad para el consumo y en estructuras hoteleras.
Las
escorrentías subterráneas alcanzan hasta 10 kilómetros de distancia hasta
aflorar en Bayahibe.
Desde
siempre, los manantiales han sido el centro social de Bayahibe y comunidades
circunvecinas, donde a diario cientos de personas van por un chapuzón o
simplemente a conocer de estas estructuras de agua dulce, rodeadas de rocas.
ORIGEN
Las
depresiones de la tierra originan las lagunas y manantiales, que constituyen
cuerpos de agua que reciben aguas marinas y otras de montañas, sabanas y las
precipitaciones de lluvias.
Las
cuencas lacustres, se originan por depresiones tectónicas, que son las
cavidades más profundas y que generalmente son de agua dulce.
Se
presume que los cenotes o pozos bordeados de rocas y árboles de Bayahibe se
formaron por derrumbes en las altas montañas al oeste de Higuey, creando
cortinas que encerraron las aguas, convirtiéndolo en hermosos charcos, algunos
de ellos subterráneos.
Geólogos
han llegado a estimar, además, que los
derrumbes fueron rellenando cañones estrechos y profundos de agua, incluso con
cavernas.
Los
yacimientos de agua subterránea nacen en la cola de la Cordillera Oriental y
las escorrentías alcanzan hasta 60 kilómetros de distancia hasta aflorar en
Bayahibe.
En
la cultura precolombina eran sitios sagrados, llamados jagüeyes, y el propio
topónimo Bayahibe, elegido por los tainos, probablemente se relacionara con el
agua, según el científico Adolfo López Belando.
Hay que resaltar, que algunas de estas fuentes de agua presentan
descuidos, que se atribuye a los asentamientos humanos, que se han establecidos
en la zona, atraído por la bonanza y prosperidad que ha llevado la actividad
turística.
Las
autoridades deben iniciar una agresiva campaña de concienciación ciudadana,
para evitar sean afeadas estas fuentes eternas de agua subterráneas.
Los
hoyos de agua ya son un reclamo popular
en entre turistas de todo el mundo que visita el encantador y turístico
municipio de Bayahibe.
Es
que son muy singulares y heterogéneos, por sus cristalinas aguas, los tamaños y
los arbustos que rodea cada uno.
Las
charcas o piscinas naturales, bien promocionadas y con una política de
desarrollo turístico bien fundamentada y planificada, puede convertirse en una
Marca País, que volcaría el mundo exterior a visitar por obligatoriedad memorativa a Bayahibe.
Se
puede vender como el pueblo de los Manantiales en el mundo, por sus singulares
minas de agua aflorada.
ME
IMPORTAN
“Los
Manantiales me Importan”, es una asociación por iniciativa del Clúster
Turístico y la Asociación de Hoteles de La Romana-Bayahibe, que lucha y
promociona los recursos hídricos de la zona como atractivos turísticos.
Es
dirigido por Ileany Caroll Herrera Mercedes, que surge de la idea de transmitir
a niños los conocimientos ambientales necesarios para entender la importancia
de proteger el medio ambiente y especialmente las fuentes de agua.
Entre
las actividades que desarrollan están: limpiar, reciclar, reutilizar, recuperar,
reparar y restaurar las fuentes de agua, que consideran un tesoro divino en la
planicie oriental.
El
Clúster, la Asociación de Hoteles, el Ayuntamiento local, la Fundación de
Estudios Marinos y varios empresarios de la zona están interesados en una obra
de rescate para convertir los manantiales en centros de actividades sociales y
turísticas.
HISTORIA
Los
manantiales son afloramientos de fuentes subterráneas de agua, originadas por
el elevado drenaje del suelo de roca calcárea.
En
geología, se clasifican como formaciones cársticas (cavidades escavadas por el
agua que disuelve la roca caliza.
Constituyen
un sistema acuífero dentro de cuevas y túneles subterráneos que, en Bayahibe,
se extiende desde Padre Nuestro hasta el pueblo, desembocando en el mar.
Los
manantiales de Bayahibe concentran el agua procedente de la infiltración de un
territorio de unos 70 km2.
EN
PADRE NUESTRO
Padre
Nuestro es considerado la meca de los manantiales en Bayahibe, donde las
estructuras subterráneas tienen mayor presencia, incluyendo la caverna o cueva
de Chicho, un espacio con paredes decoradas con petroglifos rituales de épocas
prehistóricas.
El
levantamiento hecho en esta zona, precisa que existen unos ocho manantiales,
que se entrelazan uno del otro por entre las rocas Kársticas.
En
la “Cueva de Chicho”, el agua forma un pequeño lago de agua fresca y
transparente, que se cree era utilizado por los indígenas para actos rituales.
Las
galerías están repletas de estalactitas y estalagmitas, donde se han encontrado
depósitos notables de vestigios paleontológicos y arqueológicos, según explican
los guías turísticos en la zona.
CÓMO
LLEGAR
El
Clúster y la Asociación de Hoteles La Romana-Bayahibe han trazado dos tours
eco-culturales con guías especialmente formadas: el
El manantial de Paula es más sencillito, y
mejor para quienes no se atrevan a bañarse en el manantial de Chicho.
Aquí
el buceo de inmersión se hace de cuevas en cuevas, por túneles que conectan
varios manantiales subterráneos.
Para
ir a la Cueva de Chicho, y a la Cueva de Paula, primero hay que ir a la Caseta
de Medio Ambiente, en el aparcamiento de Bayahibe y comprar un brazalete, que
cuesta RD$ 100.00.
En
definitiva, Bayahibe es, el asentamiento de los cenotes más espectaculares que
existen en la zona Este de la República Dominicana.
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