Reportaje Especial
HATO MAYOR DEL REY.- La
fundación del Benemérito Cuerpo de Bomberos Civiles de Hato Mayor del Rey data
del 17 de julio de 1943, cuando el instructor agrícola Federico Santelises
(natural de Bayaguana), reúne a un grupo de seis hatomayorenses para dejar
instituida esa institución de servicio, que hoy está arropada de miseria y es
afectada por la deserción de sus miembros por los bajos salarios que devengan.
En su inicio el Cuerpo de
Bomberos Civiles de esta ciudad utilizaba como equipos para sofocar los
incendios y otras eventualidades, cubos, escobas y finas mangueras que
conectaban a los hidrantes que para el segundo quinquenio de la década del 50
no llegaban a siete. Además hachas, garfios, piquetas y otros.
El educador llegó a Hato Mayor
en 1935, durante los primeros años de gobierno del tirano Rafael Leonidas
Trujillo y en reconocimiento a su inquietud el grupo lo escoge como el primer
coronel del Cuerpo de Bomberos Civiles, puesto que desempeñó por espacio de un
año, ya que tuvo que emigrar a San Pedro de Macorís.
Los seis fundadores del Cuerpo
de Bomberos Civiles de Hato Mayor del Rey son: Manuel Silvestre. Nova de la
Rosa (Meme Nova), Juan Isidro Santana (Puyita); Pedro Trinidad, Blas
Betancourt, Félix Flores y Agustín Payano (Vale Payano), fallecidos.
Al emigrar Santelises a San
Pedro de Macorís, donde fue requerido por el gobierno, la institución pasó a
ser comandada por el comerciante Manuel
S. Nova de la Rosa, quien era nativo de Cambita Garabito, San Cristóbal y que
se estableció en esta ciudad junto a otros familiares en la década del 1930.
Solo dos hombres hacen la guardia permanente con salario de cinco mil pesos cada uno, lo que obliga acudir al pluriempleo para poder sobrevivir.
Cuando se fundó el Cuerpo de
Bomberos el síndico de la ciudad era Melchor Contín Alfau.
Meme Nova permaneció por
espacio de un año frente a la institución de servicios, ya que renunció al
cargo para atender los negocios instalados por su padre, Tiburcio Nova. Meme
siguió siendo miembro de la institución, de la cual era colaborador económico
hasta la hora de su muerte, ocurrida el 7 de junio de 1987.
A la salida de Nova de la
Rosa, la institución la dirigió el
ebanista Juan Isidro Santana (Puyita), quien permaneció de manera
ininterrumpida hasta octubre de 1967, cuando se presentó una crisis en la
Institución, pasando a la jefatura el maestro de educación física Fernando
Betancourt, quien sólo permaneció cinco días en el cargo.
Superada la crisis, el
ayuntamiento que para entonces era dirigido por el síndico Víctor Rosario,
designa nuevamente jefe del Benemérito Cuerpo de Bomberos Civiles a Juan Isidro
Santana (Puyita), quien estuvo al frente de la institución hasta la hora de su
muerte, ocurrida el 27 de febrero de 1971. Sufría del Corazón.
Donde primero operó el Cuerpo
de Bomberos fue en el local de la logia Regeneración No. 11154-21, Inc.,
ubicada en la calle Sánchez esquina Padre Peña. El mismo funcionó en la primera
planta del edificio.
En 1956 fueron desalojados del
local de la logia, debido a que el mismo estaba siendo solicitado para
desarrollar las actividades de esta entidad.
Luego del desalojo, la
institución fue trasladada a una casa propiedad de la destacada munícipe
Francisca Violeta Rosa Ramírez (Panchita Rosa), ubicada en la calle Santo
Domingo con Horacio María Núñez, donde actualmente opera Repuestos Klinton, frente
a la iglesia Las Mercedes. Aquí se pagaba alquiler.
En 1957 pasaron a operar donde
actualmente se encuentra
La institución duró más de 30
años sin camión bomba, y cuando se veían en apuros recurrían a la Secretaria de
Agricultura, Obra Públicas y a una empresa que se llamaba “Compañía de
Mecanización” que se instaló aquí para hacerle pozos, caminos vecinales y
lagunas a los hacendados y las cuales socorrían a los bomberos prestándoles
maquinarias pesadas.
RAMA FEMENINA
La Rama Femenina del
Benemérito Cuerpo de Bomberos Civiles fue creada en la jefatura de Juan Isidro
Santana a finales de la década del 50 y desapareció luego del ajusticiamiento
del dictador, Rafael Leonidas Trujillo; la misma estaba integrada por damas de
la élite social más elevada de la ciudad.
Entre estas damas se pueden
citar a María de los Santos Reyes Fulgencio (Clao), Nena Santos, y otras.
Cuando ocurría
un incendio en la población, los miembros de la entidad de servicio eran
avisados con tres toques de la campana
de la iglesia Las Mercedes.
En principios los miembros eran
convocado con una corneta (hoy trompeta) y la misma era tocada por un músico de
apellido Sabino. Para las prácticas se construían ranchos de pencas de cocos y
se les prendía fuego.
En principio el uniforme era un
pantalón azul marino con una raya roja incrustada a los lados, camisa roja y
corbata negra; el kepí gris y generalmente era donado por el coronel de la
aviación, Rolando Haché.
Las insignias con escudo y las dos hachas cruzadas, un kepí un caco de
bombero; los zapatos tenían que comprarlos los miembros de la entidad.
La marcha de los bomberos por
las calles de la ciudad constituía un atractivo que provocaba que el pueblo se
tirara a las calles, a celebrar y seguirle, como si se tratara de una marcha
política, desfile militar o una procesión religiosa.
Tras la muerte de Juan Isidro
Santana (Pullita), quien además se destacara como excelente ebanista en la
comarca, asumió la jefatura por recomendación de la plana mayor, el comerciante
Fermín Iván Morales Castro (El Peje).
Fue sustituido por el galeno
Rafael Humberto Brugal Montoya.
Pasada las elecciones e
instalado en la sindicatura Francisco Ramírez (Curro), se designa al mayor
Lorenzo Nieves como coronel de los Bomberos Civiles, con el rango de coronel full, quien permaneció hasta 1979, luego de
fallecer.
Al morir Lorenzo Nieves asume
la jefatura Fernando Betancourt, que fue ascendido de teniente coronel a
coronel full.
El músico Aníbal Morales
(Burro Prieto), quien falleció en 1996, sustituyó a Betancourt.
Burro Prieto comandó los
bomberos hasta octubre de 1982, en la gestión municipal de Isidro Ramírez
Jiménez.
En octubre y por recomendación
del Comité Ejecutivo Municipal del PRD, el Fernando Betancourt asume por
tercera vez la jefatura de la institución apaga fuego hasta el 30 de agosto de
1986, cuando asume la sindicatura el hacendado Juan Alberto Ortega Álvarez,
quien llegó a pedirle a Betancourt que no dimitiera al cargo.
El primero de octubre de 1986
la Sala Capitular designa nuevo coronel de los bomberos al mecánico William
Cedano Monegro, quien recibió el ascenso de primer teniente a coronel full;
permaneció al frente de la institución hasta que el 28 de noviembre de 1989
asumió por segunda vez la jefatura el próspero comerciante Fermín Iván Morales
Castro (El Peje).
El jefe de un cuerpo de
bomberos es nombrado por la facultad que confiere la Ley No. 34-55 artículos 60
sobre Organización Municipal.
Morales comandó hasta el 24 de
febrero de 1994, que lo sustituye su hijo Milton Fermín Morales Haché,
actualmente jefe de la institución.
Es en la gestión de Milton
Morales (Cruché) que el Cuerpo de Bomberos de Hato Mayor del Rey, adquiere un
moderno camión bomba, un América le France y se reconstruye el viejo que se
adquirió en la gestión del doctor Rafael Brugal Montoya en 1978.
Cruché gestionó además la
instalación de un moderno equipo de radio de comunicación (cinco radio con
alcance nacional) y una moderna escalera que obtuvo por gestiones del programa
“Atacando.net”.
CAMIÓN Y SIRENA
El primer camión del
Benemérito Cuerpo de Bomberos Civiles de Hato Mayor, fue donado por el Consejo
Estatal del Azúcar (CEA) y gestionado por José Núñez Silvestre (José Buchín)
con el ingeniero hatomayorense, Quirilio Vilorio, que para 1977 era director
general del Instituto Nacional del Azúcar (INAZUCAR).
La donación se produce después
que los bomberos tomaran las mangueras, cubos y montaran un camión propiedad de
José Buchín a sofocar un incendio al Ingenio Consuelo.
La sirena la donó el agro
empresario Juan Barceló Artiguez, que la adquirió en un muelle marítimo de
España, pertenecía según la tradición a un barco de guerra de la Armada
Española.
DESERCIÓN
Actualmente, los bomberos de
Hato Mayor del Rey, atraviesan por una de sus peores crisis, ya que más del 75%
de sus miembros han desertados por los bajos salarios y una crisis
institucional que afecta a la entidad de servicios.
El bombero que más gana es el
chofer, unos cinco mil pesos, después de unos 12 miembros que quedan, tienen
sueldos entre mil 500 y mil 200 pesos.
Muchos atribuyen la crisis
interna a la forma dictatorial en que está dirigiendo la institución, Milton
Fermín Morales Haché (Cruché), a quien se acusa además de no rendir informes de
los recursos que llegan a la institución bomberil.
Sin embargo, Morales Haché,
dice que apenas recibe 25 mil pesos de subvención del cabildo local, lo que
hace inmanejable la operatividad de la entidad de servicios.
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