martes, 15 de septiembre de 2015

Hato Mayor del Rey se llena de pocilgas para crianzas de cerdos


MANUEL ANTONIO VEGA

HATO MAYOR.- La proliferación de pocilgas para las crianzas de cerdos está preocupando seriamente a los habitantes de Hato Mayor, que ven como cientos de animales se crían en barrios y riberas de los ríos Maguá y Paña-Paña, sin que las autoridades sanitarias y Medio Ambiente intervengan para detener el alto grado de contaminación que afecta a primera provincia ecoturística del país.
En Hato Mayor hay cerdos a pipá en los barrios Villa Ortega, Los Polanco, Villa Vilorio, La Javilla, Punta de Garza y otros, creando malos olores y la emanación de metano.
Aquí se acusa a las autoridades de Medio Ambiente, Salud Pública, el cabildo, la fiscalía y la policía de no hacer nada para sacar o desterrar la crianza de cerdos en el casco urbano de esta ciudad.

“Hay una proliferación de pocilgas que debes estar apartado de la ciudad, los animales es para estar pastando y criando en pocilgas en las zonas rurales, no en el pueblo”, César Lizardo de la Federación de Juntas de Vecinos de Hato Mayor.
Dirigentes comunitarios en los distintos barrios consideran la crianza de cerdos en Hato Mayor como  un acto criminal y apelan a las autoridades del gobierno enfrentar el mal en lo inmediato.
“No se puede vivir como en el aldeas y la crianza de cerdos da notación de que Hato Mayor no es una ciudad, sino una aldea habitadas de gentes y animales”, dijo Lizardo
Las aguas residuales de las pocilgas van a parar a cañadas y canales y los ríos, lo que ha provocado que desaparezcan los balnearios que existían sobre los cauces de estos ríos.
RETRETES
En Hato Mayor nunca ha funcionado el sistema sanitario debidamente, por lo que los habitantes de esta ciudad han habilitados hoyos para guardar los excrementos y orinas, pero la mayoría son retretes que descargan en las cañadas y los ríos que bordean la ciudad.
Hasta los baños y despojos humanos del hospital Leopoldo Martínez van a parar al Papa-Paña, a través de una cañada que pasa por el frente del centro hospitalario.
Los hatomayorenses llevan más de 40 años exigiendo del Gobierno Central la construcción de una planta de tratamiento y un verdadero sistema sanitario, pero las promesas han llovidos, pero caen cada cuatro años en el saco del olvido.

Hace más de siete años colapsó el sistema sanitario y las aguas residuales van directo al río Maguá.

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