MANUEL ANTONIO VEGA
HATO MAYOR.- El lunes 22 de septiembre del año 1998, en medio de la celebración de las fiestas patronales en honor a la Virgen de Las Mercedes, la furia devastadora del ciclón Georges asoló la ciudad de Hato Mayor, dejando un saldo de tres víctimas, heridos e incalculables pérdidas de bienes.
Después
que la provincia de Hato Mayor fuera destruida por el fenomeno natural, a muchos
hatomayorenses aún no le ha llegado la “Diosa de la Suerte” para que el
gobierno le arregles sus casas, mientras que otros se les ponen los pelos de
puntas al recordar ese histórico acontecimiento que cambió hasta la forma de
vivir en esta ciudad.
En
fracciones de segundos, el pánico y el terror se apoderó de los más de 80 mil
habitantes de la provincia y un panorama desolador, causado por los furiosos
vientos huracanados, sembró el caos más espantoso vivido en las últimas seis
décadas por los hatomayorenses.
La
fuerza axiomática de los vientos del terrible huracán aún se desconoce, en
vista de que nuestra provincia no cuenta con los equipos meteorológicos para
medir este tipo de fenómeno.
Escasas viviendas
de madera y zinc quedaron paradas y los vientos actuaron con
crudeza y pravedad en contra de la producción agrícola, derribando
árboles maderables y frutales y por consiguiente diezmando la economía en la
provincia.
Al
ciclón George le siguió el rumor de un maremoto, que obligó a los parroquianos
amanecer en las calles en busca de información, mientras otros se fueron a los
templos religiosos a rezar. La energía eléctrica y el teléfono fueron servicios
interrumpidos por Georges.
Los
ríos se desbordaron y varios puentes que dan acceso a la ciudad y comunidades
rurales fueron averiados por las turbulentas aguas. Más del 80 por ciento de
las viviendas fueron afectadas por los vientos huracanados, que despegaban zinc
y madera y ponía a volar.
Tan
pronto ocurrió la tragedia natural, el gobierno y la comunidad internacional
iniciaron el envío de ayuda económica, ropas, comidas y materiales de construcción
como zinc, clavos, maderas, pero muchas de estas ayudas no llegaron a su
destino, fueron hurtadas, robadas y vendidas a negocios establecidos en esta
ciudad y otras de la región Este.
Muchos funcionarios hicieron riqueza con el dolor del pueblo.
Los
países solidarios con República Dominicana fueron España, Estados Unidos, Cuba,
Puerto Rico, Venezuela y otros donde residen hatomayorenses, que buscaron y
gestionaron cuanto pudieron para enviarlo hasta acá.
A
casi diez años del devastador meteoro más de 500 familias pasan las de Caín
como damnificados en los proyectos habitacionales de Hato Mayor y Sabana de la
Mar.
Las
víctimas del ciclón Georges fueron el hacendado Fello Santini, quien decidió
quedarse en su casa campestre de la sección Don López y fue aplastado por una
pared que cedió a los vientos del fenómeno atmosférico y el nacional haitiano
Miguel Yan que falleció en el municipio de El Valle, donde los vientos
destruyeron las plantaciones de palma africana, cítrico y rubros agrícolas.
Los
barrios más afectados con la presencia de George en Hato Mayor fueron Villa
Ortega, Ondina, La China, Villa Navarro, Las Malvinas, Villa Canto, Punta de
Garza, Los Cocos, Gualey, Las Javillas y otros donde los vientos actuaron sin
piedad y miramientos.
Mata Palacio, Guayabo Dulce, Las Palmillas, Yerba Buena, Las Claras, Bejucal, La Mora, Casa Colorá, Monte Coca, Las Pajas, Morquecho, Jalonga, La Sierra, Capote, Rancho Cosme, Manchado, Los Jíbaros, Doña Ana, Santana, El Cercadito, Paso Cibao, San Valerio, El Coco, Los Vásquez, Moña Gorry, entre otras fueron las más afectadas con el del fenómeno natural, que destruyó el 80 por cientos de las casas de maderas y devastó las plantaciones agrícolas.
Una profunda escasez de dinero siguió golpeando a los residentes de Hato Mayor, que se sentían impotentes a enfrentar la situación que de manera individual y en general dejó el ciclón a su paso.
El parque municipal “Mercedes de la Rocha” fue destruido por los vientos, que además hicieron volar algunas planchuelas de la parroquia Las Mercedes.
El río Maguá se salió de su cauce y tomó la calle San Esteban, impidiendo el acceso de transeúntes y vehículos hacia las comunidades de Yerba Buena y Pringamosa.
En las calles de la ciudad y los campos se veían escenas desgarradoras y espeluznantes, como madres con niños llorando, mujeres y hombres casi desnudo, porque los vientos y las lluvias extrañaron sus ropas. La comida escaseó y la especulación hizo presa de los habitantes de la ciudad.
Los canales que cruzan los barrios Ondina, Villa Canto, Las Guamas, Media Chiva, Plata Bella y desemboca al arroyo Paña-Paña se desbordó y arrastró consigo ajuares de las viviendas en sus riberas. Viviendas construidas a principio y mediado del siglo XX fueron derribadas por los vientos, que en momento parecían retirarse, pero que luego regresaban con mayor intensidad. El ojo del ciclón pasó como a la 1:00 P.M., pero la gente amaneció en la calle.
El martilleo de clavo sobre el zinc de viviendas todavía no ha cesado en Hato Mayor, después que pasó el fenómeno atmosférico. Las montañas que circundan la ciudad y los bosques fueron pelados, parecían como si le hubiesen pasado una rastra o una tijera. Sencillamente quedaron calvas.
El edificio que alojó la procesadora de jugo Procotric fue destruido y afectado quedó la empacadora de china de la compañía Barceló Salas.
El gobierno de Leonel Fernández construyó decenas de viviendas en barrios y comunidades rurales tras el paso de Georges, pero en ocasiones se denunció que con las construcciones sólo se benefició a cuadros y miembros del PLD.
La República Dominicana ha sido afectada por otros ciclones también devastadores, como fue el San Zenón que solo asoló la capital el 3 de septiembre de 1930; CATIE, en 1955; Edith, en 1963; Inés, en 1966; Beaulah, en 1967; David, en 1978; Emely 1987; Hortense, 1996 y Jeanne en el 2004. Este también afectó seriamente la ciudad y destruyó los cultivos en toda la región Este
Georges afectó las seis provincias que integran la región Este, y donde aún hay familias damnificadas.
La magnitud de los daños del huracán Georges serán recordados siempre por los hatomayorenses que vivieron momentos de penurias tras el paso del fenómeno natural.
El ciclo productivo fue cambiado por el fenómeno, como es el caso de los mangos que sólo hacían cosecha una sola vez al año y ahora se ve mango a principio y fin de año, entre otros rubros y frutas.
Muertes y destrucción de Georges
Al menos tres personas resultaron muertas, 73 heridas y cuatro están desaparecidas, y cuantiosos daños a la agricultura y a la propiedad pública y privada, son parte de los daños ocasionados por el paso del huracán Georges por esta provincia.
Los informes preliminares daban cuenta de que los fuertes vientos del meteoro destruyeron alrededor de cinco mil viviendas en la provincia y dejaron cerca de 12 mil personas refugiadas.
Decenas de comunidades quedaron incomunicadas, el tránsito de esta ciudad con El Seibo quedó totalmente nulo, debido a que los vientos y crecidas de ríos y arroyos destruyeron puentes y derribaron miles de árboles en las vías de accesos.
Más de 600 millones de pesos en pérdidas dejó Georges en por lo menos dos proyectos de cítricos, de palma africana y uno de flores, establecidos en la provincia de Hato Mayor.
Más de 40 centros educativos resultaron totalmente destruidos, las seis naves de la zona franca industrial de aquí, también fueron arrasadas, mientras que la producción de quesos quedó afectada, debido a que los fuertes vientos del huracán dañaron parte de las instalaciones de la fábrica de “Queso Hatuey, y Patrón de Oro”.
Las Víctimas son Rafael Santini, de 70 años de edad, Guillermo Carrasco, de 58 años, y Salvador Rodríguez. Asimismo seis clínicas rurales fueron afectadas y unos 15 proyectos agrícolas de la Reforma Agraria fueron devastados.
Los locales de los partidos políticos quedaron totalmente destruidos, el local de la Iglesia Católica al igual que otros templos religiosos sufrieron serias averías.
Los barrios Villa Ortega, La Malvinas, Villa Alfonseca, La Chica, Los Cocos, Punta de Garza y Las Toronja fueron inundados por las aguas; en El Valle quedaron en pie pocas viviendas.
Desde Sabana de la Mar el diputado Rolando Pimentel Baralt, reportó que más del 90 por ciento de las viviendas resultaron averiadas y el puente que da acceso al parque nacional de Los Haitises fue destruido por las aguas del río Yabón. En este municipio hay cientos de refugiados, quienes están pasando todas clases de penurias donde están albergados.
Tras el paso de Georges por esta provincia, hombres armados y haciéndose pasar por supuestos militares se han dedicaron al robo en establecimientos comerciales y en fincas privadas. Estas bandas armadas recorrían las fincas en Hato Mayor, El Seibo e Higüey, donde matan y descuartizan las reses. Estos hechos delictivos se cometían en horas de la noche.
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