Es una lástima!

ANLLELO MARLA ISAMBERT

Hemos visto con mucho asombro como la palabra autopsia se usa como una forma correcta para describir el examen o análisis de un cuerpo muerto, con la finalidad de determinar las causas que produjeron el deceso, ya sea este de muerte natural, por impacto de bala, por objeto punzo-cortante, envenenamiento, accidente de tránsito, ahorcamiento, ahogamiento, entre otros.

Cuando entendemos que lo correcto debía ser el uso de la palabra necropsia, ya que esta si se ajusta a lo que es la investigacion forense.

Desde el punto de vista literal, estructural, semántico y hasta etimológico, si procedemos a dividir estas palabras vamos a observar que el prefijo necro se refiere a muerte o cadáver, mientras que psia se refiere a estudio.

Pero si procedemos bajo el mismo método a dividir la palabra autopsia nos vamos a encontrar con que el prefijo auto, se refiere a propio, por si mismo o a sí mismo, y es aquí cuando nos formulamos la pregunta del milenio: ¿Cómo un muerto o cadáver se puede autoanalizar? Lo que entendemos es que desde su origen y al momento de acuñar esta palabra y relacionarla con el estudio de un cuerpo ya fallecido, la palabra autopsia ha quedado por error muchas veces o por costumbre otras. Observamos a profesionales de diferentes ramas o quehacer intelectual tales como: médicos, abogados, periodistas. Dándole un uso a esta palabra con toda la normalidad del mundo y de paso son este tipo de personas los únicos responsables de que el embrutecimiento valla cada día en aumento en nuestro país, y esto verdaderamente es una lástima.