viernes, 4 de marzo de 2016

OMAR RAMÍREZ: “Mi anhelo es ver llegar a mis hijos adonde yo no he llegado”


“Mi anhelo es ver llegar a mis hijos adonde yo no he llegado”Florentino Durán

HATO MAYOR.- La vida de Omar Ramírez Severino ha estado matizada por la creatividad y la versatilidad con muchas vivencias que lo han llevado a sus 55 años a ser locutor, arquitecto, pintor, cantante, actor de teatro, de cine y constante soñador.
Pero este profesional de tono barítono no solo ha sudado en las tablas, sino que ha sido creativo de obras que hoy son el disfrute de mucha gente, como es el diseño del parque municipal Mercedes de la Rocha, de su natal Hato Mayor del Rey.
En 1976 se inició como locutor de Radio Maguá, esto lo llevó en 1978 por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) como figura destacada del coro y a través de esta academia se movió nacional e internacionalmente.
Para 1984 este inquieto hatero estudiaba arte dramático en Bellas Artes y en 1987 de la mano de Marianela Sánchez  aprendió canto lírico en el Conservatorio Nacional de Música, donde se graduó.
En 1990 apareció en la ”pera Merengue, junto a Johnny Ventura, Sonia Silvestre, Roberto Del Castillo, Fernando Casado y Víctor Víctor y para 1993 incursionó en el filme “Para vivir o morir”, de Radel Villalona.

En 1995 participó en la película “Cuatro hombres y un ataúd”, en el 2005 en “Ladrones a domicilio”, para el 2011 hizo el papel de Juan Tomás en la película producida por Huchi Lora, “El teniente Amado” en la que obtuvo fama por la forma como desempeñó su papel.
Pasó parte de su infancia estudiando en la escuela Bernardo Pichardo, luego en el liceo César Nicolás Penson de Hato Mayor, hasta terminar en la UASD.
 En su carrera como actor está a la espera de un papel protagónico, consciente de que la Ley de Cine ha ayudado a desarrollar esta industria en el país, aunque cree que se paga poco y, a su juicio, aquí  existe, como en el cine de Hollywood, lo bueno, lo regular y lo malo.
Lar nativo
Omar también tiene su hoja de servicio en su pueblo natal, al que adora, donde dirigió por 5 años el Comité de las fiestas patronales, en 1997 inició la Casa de la Cultura, siendo síndico Ramón Colchón y lamenta que no esté terminada, esperando el apoyo del Gobierno.

Relata que la parte física de esta obra está en un 75% y su interior sin equipos, pero él siente satisfacción de haber realizado el diseño del parque municipal Mercedes de la Rocha, aunque aún le deben de esta obra, construida con un concepto temático.
El lugar rememora la idiosincrasia del Hato Mayor del Rey de España, su cultura hatera, ganadera, pone énfasis en los cítricos y detalles de la peculiaridad de esta joven provincia del este del país, de gente solidaria, amena y laboriosa.
Lo familiar
Su padre es el hacendado y ganadero Agustín Ramírez, su madre Herminia Severino (Doña Menen), de quien heredó su inclinación por la poesía, el canto y la pintura. Son sus hermanos Francis Ramírez, destacado atleta de los 100 metros en los años 80, y Edward Ramírez quien es arquitecto.

Su anhelo es: “ver llegar a mis hijos, donde yo no he llegado”, con estas palabras exhorta a Omar Augusto, de 25 años, quien administra la empresa Rapi y Omar Ernesto quien estudia Piano clásico en Cleveland, Ohio.
Su musa
Pero ser laborioso y trabajador han llevado a este símbolo a diseñar residencias que como la de sus padres en Hato Mayor, muestra un original diseño, también villas, apartamentos en diversos lugares del país, diversas pinturas, incluida la de Jesucristo y un busto a Juan Pablo Duarte.

Su cara le permite ser ideal para múltiples caracterizaciones, sintiéndose admirador en el cine mundial de Marlon Brandon, Al Pacino y Morgan Freeman y Charlie Chaplin, entre otros.
Siente admiración por el trabajo de Ángel Muñiz, al que considera su director por excelencia, y sigue el talento en la cinematografía de José María Cabral.
Sus hábitos
El arquitecto Omar Ramírez es un empedernido lector de literatura científica e historia. “Tengo varios libros en producción, espero exponerlos al público, próximamente”.

 Seguidor de Gabriel García Márquez, a quien tiene como favorito, dice que gusta de Mario Benedetti y de los clásicos de Miguel de Cervantes y Saavedra, apodado como El Manco de Lepanto.
Él tiene una combinación de sueño, anhelo y creatividad, espera cosas también donde le ha tocado nacer y lo describe señalando: “En este país, tú no puedes vivir de nada, porque tienes que hacer de todo”, sellando su versatilidad.
 ((Detalle
Sobre la arquitectura en el país
La arquitectura dominicana ha experimentado un notable desarrollo en las últimas décadas aunada al impulso del sector construcción, de un significativo adelanto, no sólo en la cantidad de obras públicas y privadas, sino también al diseño y al uso de avances tecnológicos.

Con algo más de 48,000 kilómetros cuadrados, la República Dominicana es un territorio pequeño, donde encontramos modelos arquitectónicos diferentes, resultado de la conciliación de las necesidades de los campesinos y demás ciudadanos urbanos con el clima, de los recursos disponibles y de la propia cultura del grupo humano.
Siglos atrás, grupos migratorios provenientes de tierras continentales fueron poblando la isla La Española y con ellos trajeron, entre otras cosas, sus modelos arquitectónicos y sus tradiciones constructivas. Ante las nuevas condiciones ecológicas, posiblemente tuvieron que hacer algunos cambios de materiales, al no encontrar en la isla o en la región de la isla donde se establecieron los materiales tradicionalmente utilizados por ellos.

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