RAMÓN PERDOMO |
“Hay que
educar al hombre para que respete las leyes. Sin leyes no hay sociedad humana,
y las leyes sólo tienen valor si cada persona las acepta y las respeta y las
hace respetar”.
Juan Bosch
RAMÓN PERDOMO
Dicen algunos, otros lo
aceptan, que ya han desaparecido los principios (refiriéndose a los principios
ideológicos), cosa que en la realidad no es cierta. Pues, por principio, por
apego a los reclamos a una mayor justicia social, quien suscribe, de ninguna
manera podía estar contrario a la marcha de este domingo 22 de enero, pese a
mis cuestionamientos. Los que provocaron en algunos hacerse la idea de que yo
estaba opuesto a la marcha. Claro, el dominicano no acepta “la contradicción”:
“tú estás conmigo o estás en mi contra”, y es que la influencia maniqueista por
asuntos de cultura fluye en el dominicano: “Quien no está conmigo, está en mi
contra” "Si tú no eres mía, no serás de nadie”.
Mis pareceres sobre la impunidad y
la corrupción, no son excusas para no aceptar dicha campaña así por así, preso
de otras experiencias, soy de los que creen que esto debe ir más allá de una
marcha (bastante concurrida la del domingo 22), porque no creo que es el
remedio definitivo a una enfermedad que afecta el cuerpo social dominicano y si
se ve así, pues auguro que es un “paño tibio” que en definitiva solo creará
expectativas fantasiosas que dejarán la amargura de la frustración, porque aquí
estamos viendo la corrupción como un efecto de un mal ejercicio en el manejo de
los bienes públicos y eso es falso, la corrupción que se vive hoy día, está
diseminada en todos los estratos sociales, en todas las clases sociales y la
clase que más se beneficia es la que representa la clase dominante.
Esa clase dominante que en nuestro
país, se ha hecho dueña de una gran parte de los medios de comunicación: ¿“para
educar al país”?, empresarios que hace unos años solo hacían sus inversiones en
renglones como la importación, la fabricación y los servicios, ahora tienen en
sus manos decenas de medios de comunicación: Escritos, y electrónicos (Mass
media) y todo esto con la mera intención de manipular a una gran parte de la
sociedad.
Esto lo digo, porque el viernes 20 del presente mes, dos días antes
de la marcha, los empresarios dominicanos agrupados en unas 50 instituciones
dieron a conocer un comunicado, a través de los medios escritos, donde pedían
al Procurador General de la Republica que se tomaran medidas drásticas
“aplicando todo el peso de la ley” a los implicados en el caso Odebrecht, no
así contra los corruptos en sentido general.
La clase dominante de nuestro
país, tiene grandes responsabilidades en la corrupción que se verifica y esto
lo demuestra una simple actitud como la de usar agentes policiales y militares
como empleados suyos en sus negocios, en sus fincas, en sus empresas: Porteros,
capataz, choferes, etc. y a estos militares y policías nosotros los ciudadanos
los dotamos de armas de fuego, uniformes, vehículos, seguros médicos. El
ejemplo lo pondría esa clase dominante, contratando empresas privadas que dan
esos servicios y dejar que los militares y policías den el servicio a toda la
sociedad y no a ellos en particular: Esa sería una muestra de la toma de
conciencia de esa clase dominicana, dueña única del sistema capitalista en que
vivimos y que ahora parece “La perrita de María Ramos”.
De esos empresarios (capitalistas)
que están “en contra de la corrupción” habría que verificar cuántos de ellos
permiten la libre sindicalización de sus trabajadores y empleados, y cuántos de
ellos no entregan prebendas (sobornos), a los seudos-sindicalistas sin darse
cuenta que con actitudes como esas, atentan contra el propio sistema del que
ellos son los sustentadores o deben ser los sustentadores principales, y ni
hablar de cuántos de ellos hacen pactos colectivos, pagan sus impuestos o la
seguridad social a tiempo de sus empleados.
“Las sociedades (o sistemas) se
enferman y esas enfermedades también son sintomáticas, que contrario a un ser
humano puede que ese efecto solo afecte a un individuo, sino es una enfermedad
contagiosa, pero en la sociedad esos efectos esas enfermedades por lo general
afectan la colectividad…”, esto lo expresé en mi escrito pasado y ahora quiero
concluir con unas preguntas ¿Después de la marcha qué? ¿Esperaremos a que la
clase dominante cambie? ¿Y los actos de corrupción de años anteriores? ¿Borrón
y cuenta nueva? ¿Y la evasión de impuestos? ¿Y el incumplimiento en el pago de
la seguridad social?
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