MANUEL ANTONIO VEGA
El actual escudo de
Hato Mayor, aprobado por la Sala Capitular del
Ayuntamiento Municipal de Hato Mayor. en abril de 1991, es distinto al
original emblema heráldico de la ciudad, que data de 1520.
Las interpretaciones
del pasado son tan arriesgadas como las del presente y las por venir. En la trilogía de los casos
estamos expuestos a equivocaciones lamentables.
La historia de Hato
Mayor se ha escrito con símbolos y otros elementos que verdaderamente no
explican quienes fueron nuestros antepasados, y que en cambio, están creando un
ambiente de enajenación para las presentes y futuras generaciones.
Ha sido una bochornosa afrenta la que se hizo al al
católico pueblo de Hato Mayor al confeccionar el escudo heráldico, que hoy se exhibe en la sala de sesiones del
Ayuntamiento Municipal.
Hato Mayor tiene un
escudo heráldico que data de la fundación misma de la villa en 1520, y que este
se encontraba incrustado al frente de un edificio, por los alrededores del
palacio Presidencial, en Santo Domingo.
El escudo antiguo está
descrito por el fenecido historiador y ex síndico Melchor Contín Alfau, en su
obra póstuma “Hato Mayor del Rey, Reseña Histórica-Geográfica- Tradicional y
Religiosa” (Pág. 43).
Este escudo, según lo
muestra Fray Cipriano de Utrera en su
obra “Dilucidaciones Históricas”, es como sigue: “Escudo en cuatro cuarteles:
en el superior de la derecha, diez reales de plata en campo de oro en el
interior de la derecha, banda blanca engalanada en campo de plata orlado con
una cadena; el superior de la izquierda castillo en campo de sable”.
Este escudo de acuerdo
a la tradición, era el escudo de arma de la casa de Dávila, fundadores de la
villa ganadera de Hato Mayor del Rey, hacia 1520, fecha en que se instituye el
Mayorazgo de Los Dávila.
EL ESCUDO AMARILLO
La descripción del
escudo “amarillo”, que confeccionó un grupo de personas, obedeciendo a
intereses políticos, religiosos y particulares, es como sigue: Está dividido en
cuatro cuarteles, el primero con el fondo rojo y con una lanza montera y un
sable, el rojo representa la sangre derramada por los patriotas en batallas
heroicas, como Limonada, Palo Hincado, Restauración y otras.
El segundo cuartel
configura una imagen de la Virgen de Las
Mercedes, patrona de Hato Mayor, con un fondo amarillo claro, que
simboliza auxilio y malestares del municipio.
El tercer cuartel
presenta una res criolla traída por los colonizadores que convirtieron esta
zona del país en lugar de pastoreo o hato en 1520, que pasó a ser aldea en
1720- 1729.
El cuarto y último
cuartel presenta un árbol de naranja y una rueda industrial, que perfila a esta
ciudad como gran productor de cítricos para la exportación y la
industrialización, y el fondo azul tenue que simboliza la participación de Hato
Mayor en el concurso nacional de la Independencia Nacional y todas las luchas.
El fondo del escudo es
el amarillo, que simboliza alegría, mientras que el cintillo verde colocado en
el extremo superior habla de la vitalidad y potencial agrícola y pecuario del
municipio. Mientras que el cintillo inferior
del color amarillo habla de la paz nacional y los ideales frente a los
agresores de nuestra nacionalidad.
El escudo “amarillo”,
como es denominado por su desnaturalizada configuración, fue develizado el 24 de abril de 1991,
durante un acto celebrado en el Ayuntamiento Municipal; fue bendecido por el
cura párroco René Désilets.
Fue aprobado por la
Sala Capitular de entonces mediante la resolución 2-91, que en su artículo
primero establece: “Queda aprobado con carácter definitivo y permanente el
escudo heráldico municipal”.
Fue diseñado,
discutido por un equipo de profesionales e intelectuales, encabezado por el
fallecido obispo de la Diócesis de la Altagracia, Monseñor Hugo Eduardo Polanco
Brito, el asesinado historiador e investigador de la historia del Este, Manuel
Antonio Sosa Jiménez (Boby); el padre René Désilets, el fallecido historiador y
escritor César Cáceres Castillo, Leontes Morales, Abel Sosa Beltré y el síndico
de la época, el historiador Manuel del Rosario.
Se estableció que el
escudo heráldico sería llevado a las escuelas públicas y colegios privados,
para que la conciencia de la niñez y la juventud conozcan nuestras tradiciones.
Esto nunca se ha practicado o hecho.
Vistas estas
explicaciones, y considerando el valor histórico que tiene para los nacidos en
estos lares el escudo de Armas de la casa de Dávila, pido a los hatomayorenses,
principalmente a los intelectuales, profesionales y estudiantes sugerirle al
Ayuntamiento Municipal disolver o dejar sin efecto la resolución 2-91 y que
resuelva adoptar simbólicamente el expresivo escudo de Dávila, tronco genealógico de los fundadores de la
villa de Hato Mayor del Rey.
Pienso, al igual que
lo hizo y lo escribió el historiador Melchor Contín Alfau en su obra “Hato
Mayor del Rey” en la página 43, que el escudo de Dávila debe ser acogido por el
Ayuntamiento Municipal como un tributo de reverente recordación a los egregios
fundadores de este pueblo y a su origen histórico desvirtuado por escritores en
los últimos tiempos.
Deseo,
pues, que se interprete tal sugerencia, simple y llanamente, como una evocación
histórica, íntimamente vinculada nacimiento y formación de la villa, que,
quiérase o no, no puede soslayar la solera de la procedencia de sus habitantes,
en idioma, religión y costumbre, por los hombres que, enfrentados a la
inmensidad del océano, sufrieron angustias y privaciones para legarnos estos
pueblos que tras haberse sacudido del yugo colonial y encarar otras peripecias,
marchan optimistas hacia más amplias metas de recuperación y formación
ideológica, con el más preciado escudo por delante: el escudo de la libertad y
de la humanización
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