POR
LUIS D. SANTAMARIA
El
autor es periodista
Qué bueno que para bien del país y nuestra sociedad la capacidad de defensa de las llamadas
bocinas del gobierno ha ido perdiendo
credibilidad y por más estrategias de
opinión que utilizan para confundir al pueblo no logran convencer a nadie.
Se
le ha hecho sumamente difícil por no decir imposible defender a los corruptos
como está sucediendo con un médico, tránsfuga de la política que de buena a primera se ha enganchado a
articulista de opinión queriendo hacerse el gracioso defendiendo lo
indefendible.
Me
refiero al doctor Humberto Salazar, si ese mismo tránsfuga reformista que ha emprendido un peregrinar
imposible de defender a los corruptos incursionando en los medios de
comunicación para proyectar su indecente aberración.
Este
señor no escatima el menor esfuerzo por
hacer el odioso papel de tumba polvo
pretendiendo hacerse el gracioso a los ojos de quienes gobiernan echando a un
lado la dignidad si es que la tiene ya que fue echado como un cualquiera de las
funciones que desempeñaba en el gobierno.
La
dignidad es lo último que debe perder una persona que se respete y al parecer
esto es lo que le ha sucedido al señor
Humberto Salazar que lamentablemente de buena a primera se ha convertido en una gallareta del gobierno
sin ser gobiernista.
En
estos días ha salido a meter la cuchara como todo un gallito de pelea defendiendo al ministro de la Presidencia de
las acusaciones que le hiciera el presidente del Frente Agropecuario del
Partido Revolucionario Mayoritario, ingeniero agrónomo Leonardo Faña.
Un
hombre que no lo quieren en el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) del
que decía ser miembro y mucho menos en al Partido de la Liberación Dominicana
(PLD) en el que siempre ha tratado de cobijarse sin que lo quieran en ese
litoral político.
Ahora,
lo que trata este vividor con esta estrategia de defensa a los imputados por
pueblo como corruptos sin lugar a dudas tiene como finalidad ver si desde el gobierno lo toman en cuenta para
algún carguito, ya que fue botado por el
presidente Danilo Medina como un perro de la administración pública.
Este
señor si se respetara dejará du “lambonismo” en los medios de comunicación y se
dedicara más en lleno a su labor
como médico que le podría dejar más que
la labor de limpia saco que penosamente realiza en la actual coyuntura
política.
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