SABANQA DE LA MAR.- Desde
siempre, las fuentes de agua han sido una atracción para las personas, pero el
río El Naranjo, que nace en una caverna navegable y con más 120 metros de
longitud, puede considerarse como una verdadera obra de arte de la naturaleza
en Los Haitises, para el disfrute de turistas nacionales y extranjeros
Es en la actualidad la mejor
carta de presentación de los atractivos turísticos que alberga la reserva
natural en el ala Este, al ser visitada por cientos de turistas.
Es una atracción digna de conocer,
porque te permite apreciar el río más corto de la zona, de agua gélida y penetrar
en la embarcación al nacimiento de El
Naranjo, de donde el agua sale a borbollones de entre las rocas.
La caverna es reservorio de murciélagos y vencejos y en sus aguas habitan especies de peces nativas, que en otros ríos y arroyos son cosas de pasado, como guabinas, dajaos, carpías, camarones y jaibas.
La caverna es reservorio de murciélagos y vencejos y en sus aguas habitan especies de peces nativas, que en otros ríos y arroyos son cosas de pasado, como guabinas, dajaos, carpías, camarones y jaibas.
El nacimiento es como la cabeza
de un gigante que bota galones de agua por su boca para recibir a la gente que
visita un museo de agua cristalina, frente al mar y recostada a las rocas
cálcicas en las formaciones de Los Haitises.
Frente a una ensenada, compuestas
de cayos y las cristalinas aguas de la bahía de Samaná, es como un lugar sacado
de un libro de fantasía.
Al lugar, por su belleza y poseer
una playa de arena de mar, es tomado por turistas para contraer nupcias.
La caverna que da lugar al río es
como un lugar mágico, donde penetran las embarcaciones y donde se lanzan los
turistas que se dejan arrastrar por la fuerte corriente de agua que sale de la
gruta.
El verde bosque que cubre la
gruta y que se piropea en las alturas, da un color azul turquesa al agua del
corto río.
Estando dentro de la gruta, se
aprecia hacia afuera un río en curva, alfombrado de un lado de un grueso
follaje y al extremo Este por una playita de arena de mar, color amarillo, tan
fina que sirve para pañete de hogar.
La garganta por donde brota el
agua de entre las rocas, forman una cascada sin sol, por la oscuridad reinante
en el interior de la caverna.
Dentro de la caverna, en el ala
este, existen bancos de rocas, que al parecer fueron diseñadas para impresionar
a turistas y visitantes.
UBICACIÓN
Esta magnífica obra, producto de
la formación cálcica de Los Haitises, está a 8.35 millas náuticas, unos 15.53
kilómetros del embarcadero del río Caño Hondo hasta la caverna del río.
Aquí la naturaleza atrapa a los
mortales, llevándolo a creer que se está en un verdadero mundo de fantasías,
cuando no. Es un mundo real donde el azul turquesa del agua, el deseo de
conocer dentro de la gruta el nacimiento del río y lanzarse desde las naves
marinas a las corrientes de agua del río El Naranjo es puro sueño, hecho
realidad.
El naranjo es una fuente de agua
y a la vez una verdadera obra de arte y escenario para bodas de extranjeros.
Además del bello efecto que
genera estar en sus aguas, este se ve
potenciado por la calidad del agua, la cual es dulce, a pesar de la cercanía
con las aguas marinas de la bahía de Samaná.
Al lugar no se pasa una hora sin que llegue una nueva embarcación con
turistas, que solo esperan penetre a la caverna, para lanzarse en picadas a
flotar sobre las escarchadas aguas, y dejarse impulsar por la fuerte corriente
que arrastra el río.
El trinar de aves, incluyendo la del mamífero
murciélago incrustado en la parte superior de la caverna de El Naranjo, no cesa
y obligan a turistas y visitantes auditar oídos y ojos, para contemplar y
escuchar los sonidos.
Dentro de la vistosa gruta, el
goteo del agua sobre tu cuerpo, es una sensación impar. Es granizo de fría.
El goteo ha ido formando durante
miles de años estalactitas y estalagmitas, que hacen más extravagante el oscuro
lugar.
PROTECCIÓN
Frente al río y el mar, en un
pequeño espacio de tierra de unos 300 metros, el ministerio de Medio Ambiente y
Recursos Naturales, construyó una caseta con guardabosques, para proteger la
ensenada de los pescadores inescrupulosos.
El nombre le viene por la
existencia en el pasado de árboles de Naranjo, quedando pocos en el lugar.
Leyenda
Cuenta la Leyenda que
antiguamente el corto y frio rio estaba reservado solo para bañarse los jeques indígenas,
donde llevaban a sus hermosas mujeres a pasar el día y cocinar.
Las embarcaciones de 23 pies de esloras penetran con facilidad con
turistas hasta las paredes internas del nacimiento del río.
En su interior hay rocas que
sirven de bancos para sentarse.
El agua que cae del techo, y que
han ido formando las estalactitas y estalagmitas son más fría que la del rio.
Cuando caen a tu cuerpo se siente
como granizos en tiempos de lluvias.
En el ala sur del El Naranjo la
arena se convierte en una playita
En tiempo de lluvia a pesar de la
corta distancia, la chorrera te arrastra hasta el mar.
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